¿Qué le pareció a usted el gesto de Don Ángel Sánchez Santiago, en Juchitán?

De las imágenes que los medios se han encargado de difundir, relacionadas todas con los efectos devastadores del terremoto más reciente, hay una -la cual, por desgracia-, parece haber quedado olvidada.

El gesto de un mexicano quien, al ver la bandera entre escombros, no duda un momento y la recoge; enseguida, la ata a una rústica e improvisada asta, y clava ésta en la parte más alta de los escombros del Palacio Municipal.

De inmediato, la bandera ondea en medio de la tragedia y parece decirnos: ¡Arriba! ¡Estamos vivos, México está vivo!

Aquí puede ver usted las imágenes que, por mi incapacidad, no puedo describir fielmente su profundo significado:

¿Quién recuerda hoy, el nombre completo de Don Ángel? ¿Quién se ha propuesto, tanto en la Secretaría de Educación Pública como en la Secretaría de Gobernación y Presidencia de la República, rescatar ese gesto y ponerlo como ejemplo a quienes hoy, parecen estar más cerca de lo que señaló agudamente Carlos Monsiváis al referirse a la generación de los años sesenta del siglo pasado, como La primera generación de norteamericanos nacidos en México-, que de los mexicanos sencillos quienes, a pesar de dificultades de toda índole, no regatean ni esconden su profundo amor a México?

Si usted me hiciere el favor de ver las imágenes en esos poco más de dos minutos, ¿qué sentimientos han despertado en usted? ¿Qué concluye al ver a Don Ángel recoger con cariño y sumo cuidado su bandera, y regresarla al punto más alto, ya no del Palacio Municipal sino de las ruinas del mismo?

¿Qué habría hecho usted? ¿Lo mismo que Don Ángel? ¿Cuántos mexicanos andana ahí? ¿Cuántos, al igual que Don Ángel vieron la bandera entre los escombros y siguieron sin detenerse?

Tres días después, el lunes por la mañana, Don Ángel fue entrevistado por Pascal Beltrán del Río en IMAGEN Radio, programa que conduce. Ahí, ya para terminar la entrevista, le pide a Don Ángel que le diga en zapoteco, qué sintió y por qué levantó la Bandera y la izó en lo más alto del monte formado por las ruinas del Palacio Municipal.

Al terminar, le pidió que tradujera sus palabras.

¿Qué le puedo decir de lo escuchado de Don Ángel? Simplemente, que ese amor a México -expresado con la sencillez de quien no busca el reflector, menos la gloria pasajera-, es lo que no debemos olvidar de ese terremoto, que tan severamente golpeó a millones de mexicanos.

¿Cuántos de los integrantes de nuestra desprestigiadísima clase política, podrían dar muestra de un amor a México como el que Don Ángel, con su gesto hacia la Bandera, nos expresó?

¿Y usted, en verdad quiere a este país, vibra con nuestro himno y al ver ondear a nuestra bandera?

Contéstese con sinceridad; ¿o es usted un extranjero nacido en México, como sentenció Monsiváis?

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