¿Qué mensaje envían hoy, algunas de sus frases?

Como he dicho en ocasiones anteriores, el proceso electoral 2017-2018 está desbocado; la realidad despiadada de la búsqueda del poder no conoce límites. Menos aún, fechas impuestas en contra de la realidad que se vive en México desde tiempo inmemorial, en materia de campañas electorales.

Los partidos y sus peones en el Congreso, en una complicidad perversa entre todos ellos, han pretendido con textos amañados que únicamente buscan perpetuar privilegios acumulados en decenios de corrupción, detener lo que a todas luces es imposible, la promoción de uno y del otro o la de la una y de la otra con miras, digámoslo sin pena alguna, a obtener una candidatura.

La que fuere, pero que deje recursos y proporcione una posición desde la cual, no únicamente se pueda hacer negocios sino también, como si estuviéremos en el Circo Atayde, saltar al otro trapecio 

De entre todos esos que hoy son mencionados, destaca el subgrupo de los independientes. Éstos, al no pertenecer a partido alguno, o al menos no pertenecer hoy, sus límites los fijan ellos mismos y, ellos también, deciden si los respetan o no.

Pero dejemos los límites legales, y veamos el más peligroso de todos: la incontinencia verbal; esa diarrea de palabras -las más de las veces sin sentido alguno y con un pésimo uso del idioma y sendos golpes de karate al conocimiento.

¿Qué mensaje envían, sin proponérselo obviamente, las frases que pronuncian o los tweets que suben dos o tres de esos que buscan una candidatura independiente?

Tomo dos casos; dos de ellos que hoy, sin freno alguno, gustan de lanzar sin ton ni son frases que, o se caracterizan por lo políticamente correcto o por la ignorancia total del tema específico que toca la frase.

El primero de ellos es el hoy senador, Armando Ríos Píter, conocido en los corredores del Senado de la República como El Jaguar y, calificado por uno de sus promotores como el Macron mexicano aun cuando él mismo afirma ser, simplemente, El Macarrón mexicano.

Sus frases son todas ellas, generales y vacías de todo contenido práctico; son las frases huecas del político mexicano de los años sesenta del siglo pasado. Todas ellas son de una corrección que ofende; lanzadas para quedar bien, más que para decirle al elector qué haría el que las lanza, en el remotísimo pero muy remoto caso de ser candidato y después, triunfador en la elección.

Son tan insulsas sus frases y mensajes, que ni siquiera vale la pena ocuparse de ellas; únicamente agregaría que, El Macarrón mexicano no tiene posibilidad alguna de ser candidato, menos presidente de algo.

El segundo, más interesante por su trayectoria de decenios en los medios de comunicación, es el de Pedro Ferriz de Con.

El estilo de Pedro, bien conocido por sus radioescuchas en toda la República, es el que deleita a sectores de la clase media cuyo rechazo de la política y los políticos en general, es proverbial (Muy notorio, conocido de siempre, consabido de todos).

Las frases cargadas de invectivas -cuando no de ofensas abiertas al personaje del cual comenta-, son lo de Pedro. De la misma manera, campañas entre sus radioescuchas para recabar firmas que echen abajo, por ejemplo, los legisladores no elegidos por mayoría relativa, a pesar de su elevado número, ningún resultado práctico tuvo.

Al salir de los espacios mediáticos crea el suyo, con cargo a sus recursos. Desde ahí continua con su estilo bien conocido, para desembocar de manera natural a lo que es hoy -al menos así lo veo-, su gran proyecto de vida: Alcanzar la candidatura independiente a la Presidencia de la República.

Sin duda, Pedro será candidato independiente; hombre tenaz y decidido, merece sin duda serlo. Si bien no obtendrá la victoria el 1 de julio del año próximo, su porcentaje de preferencia que pronostican las encuestas lo vuelve un candidato ciudadano a tomar en cuenta, no únicamente por los electores sino por los otros partidos.

¿Qué veo en Pedro hoy, que juzgo inapropiado lo cual, además de hacerle ver mal ante ciertos electores informados, podría llevarle a ser blanco de críticas que al ser francos errores y absurdos?

Esencialmente, su propensión a lanzar frases que evidencian, además de una ignorancia total del tema acerca del cual opina, una carencia de asesores que revisen, antes de lanzar en sus páginas sociales o decirlas en una conferencia, la justeza de lo dicho.

Con esto último no pretendo descalificar a Pedro, a quien estimo y admiro por el esfuerzo que hoy desarrolla, sino señalar lo que me parece a todas luces una irresponsabilidad y ligereza imperdonable.

Yo, Ángel Verdugo, puedo decir las tonterías e inexactitudes que se me ocurran y/o antoje; sin embargo, el que busca ser presidente de los Estados Unidos Mexicanos, no debe pronunciar una sola de ésas.

Esa irresponsabilidad intelectual, bueno sería la dejare para bufones de la política como Rodríguez o Ferriz, pero en su caso, desterrarla con miras a demostrar que, además de un hombre con carácter y decisión y valentía, es también alguien con una responsabilidad intelectual de primera.

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