Ciencia
La fórmula científica para dormir a un bebé
Calmar a un bebé que llora no es tarea fácil para los padres
Ciudad de México.— Calmar a un bebé que llora no es tarea fácil para los padres y es más difícil conseguir que tenga buenos hábitos del sueño.
Un nuevo estudio publicado en Current Biology podría terminar con esas largas noches sin dormir para las familias con un recién nacido.
Científicos del Centro RIKEN para la Ciencia del Cerebro (CBS) de Japón ha estudiado cuál es la mejor opción, científicamente hablando.
Los datos arrojan una técnica sencilla pero eficaz que aumenta las posibilidades de conseguir que un bebé que llora se calme y duerma.
La forma que los bebés tienen de comunicarse y mostrar su incomodidad es el llanto. No obstante, el ritmo de su corazón también puede darnos mucha información interesante.
Tanto como para descubrir que el truco perfecto para dormirles se basa en dos claves: caminar y no cantar victoria demasiado pronto.
¿Cómo dormir a un bebé?
El estudio utilizó una máquina para monitorizar a los bebés a través de electrocardiograma así como cámaras de vídeo.
Así, podían medir el ritmo cardíaco de los bebés mientras sus madres seguían sus métodos habituales para calmar y dormir a sus bebés.
Llevarlos en brazos en movimiento, cogerles en brazos sentadas o llevarlos en el carrito. En todo momento, los científicos iban recogiendo los datos de si lloraban, estaban tranquilos, despiertos o dormidos.
Te interesa: Bebé prematura sonríe durante boda de sus padres
Se observó que la mejor forma de dormirlos mientras lloraban era caminando con ellos en brazos. De hecho, después de cinco minutos, todos los participantes que se encontraban en pleno llanto ya se habían dormido.
Además, como es lógico, su ritmo cardíaco había disminuido mucho. Pero lo más curioso es que este efecto no se observó en aquellos bebés que estaban despiertos y tranquilos. Si sus madres intentaban dormirles caminando, su ritmo cardíaco aumentaba y se hacía mucho más difícil dormirlos.
Entre los bebés estudiados, todos habían dejado de llorar al final del paseo de cinco minutos y habían reducido su ritmo cardíaco, y aproximadamente la mitad estaban dormidos.
En segundo lugar, sentar y sostener a los bebés que lloraban no los calmaba sino que las frecuencias cardíacas tendían a aumentar y el llanto persistía.
La medición de los latidos del corazón permitió a los investigadores diseccionar el efecto de cada microactividad mientras se manipulaba a los bebés y descubrieron que los bebés eran extremadamente sensibles a todos los movimientos de sus madres.
Por ejemplo, las pulsaciones aumentaban cuando las madres se giraban o cuando dejaban de caminar. El hecho más significativo que perturbaba a los bebés dormidos ocurría justo cuando se separaban de sus madres.
Todas las madres han experimentado la decepción de que un bebé finalmente dormido se despierte de nuevo tras ser acostado.
Los investigadores identificaron el problema gracias a los datos de los latidos del corazón.
JAHA