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Isla Espíritu Santo, una joya llena biodiversidad
La Paz.— Desde la bahía turquesa de La Paz, en Baja California Sur, se atisba la Isla Espíritu Santo, una zona desértica que parece una gigantesca llama flotando sobre el océano. Además de albergar miles de especies, la isla es famosa por las leyendas esculpidas en sus rocas.
Para acceder al lugar de 48 mil hectáreas entre superficie marina y terrestre- hay que subirse a una panga (lancha), desde la cual, mientras esta quiebra la tranquilidad del mar a toda velocidad, el guía Nezahualpilli Tovar cuenta distintas historias de cuando los antiguos indígenas californios habitaron la isla.
Consta de tres áreas núcleo que constituyen el principal atractivo para los que en ella se adentran. Son Punta Lobos, “el sitio más profundo de la isla”; la Colonia Reproductiva de Lobos Marinos, “la joya de la corona”, y la Bahía de San Gabriel, famosa por ser el primer lugar de América Latina donde se empezó a practicar el cultivo de perlas.
Sobre la colonia reproductiva, llamada cariñosamente “lobera” por pescadores y marineros, el biólogo marino señala que de los 19 sitios de reproducción de lobo marino que tiene el litoral del Pacífico mexicano, el de Espíritu Santo es el que mayor interacción ofrece a los turistas, algo que “fomenta la conservación”.
“Son aproximadamente 550 ejemplares; es una zona de reproducción muy importante dentro del Golfo de California. Tiene el mayor índice de nacimientos al año dentro del Golfo y con cachorros muy bien alimentados y fuertes”, señala a Efe la directora del Área Natural Protegida (ANP) Archipiélago Espíritu Santo, Irma González.
Los lobos marinos tienen sus propias reglas, siendo los machos jóvenes y viejos desterrados a la llamada Tintorera, una roca conocida como la isla de los solterones.
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El cariño por esta especie en la isla ha llevado a ponerles nombres a emblemáticos ejemplares como Esperancita y Azulito, ejemplos de conservación en la zona.
Pero en Espíritu Santo también hay historias humanas. Una de ellas es la de la zona conocida como “calaveritas”, un lugar en que investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontraron restos óseos de los antiguos californios.
Según cuenta Tovar, eran principalmente calaveras pequeñas, de niños, motivo por el cual se bautizó así al sitio, en el cual encontraron ornamentaciones como “conchas, dientes de animales y plumajes” que reflejan el culto que tenía este pueblo por la muerte.
Otra leyenda en torno a la isla es la “historia del mechudo”, que se remonta al tiempo antes de que Gastón Vives comenzara a cultivar perlas en Espíritu Santo a finales del siglo XIX, en una época en la que los costeños se lanzaban al mar a buscar estos tesoros marinos. (EFE)
emc