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Protección de datos sensibles en la nube, el reto pospandemia

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Ciudad de México.— La pandemia por Covid-19 impulsó el crecimiento exponencial de los servicios de cómputo en la nube, y también puso de relieve la preocupación de plantear bajo qué perspectiva se garantizará la conexión de los ciudadanos respetando su dignidad y privacidad.

Así lo señalaron especialistas al destacar que resguardar en la nube un sistema de gestión documental de una dependencia de gobierno o el patrimonio documental, tiene la ventaja de que se puede acceder a la información en línea desde cualquier dispositivo conectado a internet.

Sin embargo, de acuerdo con Georgina Flores Padilla, académica del Instituto Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la principal desventaja es quedar a merced del proveedor para mantener el servicio en funcionamiento, además que el importe del pago por esta prestación depende de las características y cantidad de almacenamiento requerido.

KILOMETROS DE PAPEL

En el caso del archivo histórico de la UNAM “tenemos poco más de cuatro kilómetros de documentos en papel y más de millón y medio de fotos, negativos, audios y audiovisuales, además de los documentos de la administración central”.

Además del costo del servicio, los archivos en general requieren de la infraestructura humana para el procesamiento, conservación y restauración de fondos documentales.

“En pocas palabras, el pago de los servicios externos para los archivos históricos resulta, para muchos, incosteable”, aseveró Flores Padilla.

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TRAJE A LA MEDIDA

Por su parte, Cecilia del Carmen Azuara Arai, titular de la Unidad Técnica de Transparencia y Protección de Datos Personales del INE, comentó que la contratación de servicios de cómputo en la nube puede generar economías importantes en las instituciones, porque se trata de “un traje a la medida”; es decir, de acuerdo con sus necesidades.

La también profesora de la Facultad de Derecho de la UNAM apuntó que la transformación digital del Estado está directamente vinculada a la calidad de vida de las personas; este proceso podría reducir costos, aunque también implica que la información esté más segura porque no se va a perder.

A su vez, Lina Ornelas Núñez, directora de Políticas Públicas y Relaciones con Gobierno para México, Centro América y El Caribe en Google, indicó que nuestro país se ubica entre los primeros lugares a nivel mundial en materia de regulación de cómputo en la nube.

Destacó que en términos de políticas públicas, los gobiernos deben atender lo que ocurre y funciona mejor a nivel global, garantizar la libre competencia y también implementar este nuevo tipo de consumo de tecnología que les traerá beneficios en materia de eficiencia.

MAYORES RIESGOS

Arístides Guerrero García, comisionado ciudadano del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México, recordó que ahora se sube información a una plataforma que se ubica en algún punto geográfico y en la que se puede interactuar desde diferentes partes del mundo. Lo anterior conlleva una vulneración o mayores riesgos que pueden implicar la privacidad de quienes hacen uso de estos servicios.

Al respecto, indicó que si bien la legislación de protección de datos en posesión de particulares es de 2010, se requiere actualizarla o una nueva ley en la materia. La regulación del mundo digital se ha dado de manera paralela y emergente, y no de forma preventiva.

En tanto, Alfonso Oñate, presidente de la Academia Mexicana de Protección de Datos Personales, señaló que en México y América Latina no es común que se considere la seguridad de los datos personales como un requisito fundamental como en el caso de la información financiera y bancaria, lo que ha traído como consecuencia que cuando se recurre al cómputo en la nube, en diversas ocasiones no se perciba que esté presente.

En su intervención, Andrea Mendoza Enríquez, profesora asociada del Centro de Investigación y Docencia Económicas, subrayó que la pospandemia “nos lleva a plantearnos cómo dejar un mundo conectado y seguro para todos, respetando la dignidad de las personas”.

Reconoció que la emergencia sanitaria generó crecimiento exponencial de servicios de cómputo en la nube, pero también la preocupación para que el Estado asuma un liderazgo y pueda indicar hacia dónde van los esfuerzos, cuáles son las buenas prácticas y cómo diseñar los esquemas de contratación de nube en el sector público.

ebv

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