Vida y Familia

Despertar espiritual la lleva a luchar por la vida

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Myra y su esposo eran padres de cinco hijos, cinco niños que nacieron con muy poco intervalo de tiempo entre ellos, por eso cuando supo que estaba embarazada por sexta ocasión y se lo comunicó a su marido, no respondió cuando este le sugirió un aborto.

Myra dio su testimonio a Liveaction:

“Roe acababa de convertirse en ley y mi esposo comenzó a escuchar el argumento a favor del aborto. Me dijo que sólo había una cosa que hacer. Insistió en que interrumpiera mi embarazo. Siempre había sido codependiente de mi esposo y solo hacía lo que él quería que hiciera. Nunca le pregunté por qué, y él nunca me dijo por qué”.

Debido a que los nacimientos de los hijos de la pareja fueron muy seguidos, ella asumió que su esposo no quería tener más hijos.

Myra se sintió obligada a llamar a Planned Parenthood para programar una cita.

Después de asistir a la clínica su enfado con él, y consigo misma, hervía a fuego lento bajo la fachada de no pasa nada.

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Un viaje hacia la sanación y la salvación

Una visita a la Iglesia le brindaría un rayo de esperanza.

“Durante el servicio de la iglesia, mi esposo me vio llorar y me animó a hablar con el pastor, lo cual hice, pero aún no estaba lista para enfrentar nada”.

Varias semanas después sintió la necesidad de acudir a la Iglesia

“Sentí el peso de la convicción y en silencio le confesé a Dios mi parte en el aborto. Sentí paz por primera vez y entendí que Dios ya no estaba lejos”.

Esa transformación espiritual a partir de un proceso de sanación la llevó a colaborar para rescatar a otras mujeres, primero apoyó a mujeres reclusas, y poco a poco se involucró en el trabajo de grupos pro vida en EU e Israel.

Años más tarde, finalmente confrontó a su esposo sobre el aborto. Reveló que había creído erróneamente que el parto representaba una amenaza mayor para su vida que el aborto.

“Nada hiere más a las mujeres, los hombres, las familias y nuestra nación que las mentiras de la industria del aborto. La pérdida de protección para el niño en el útero, que es un ser humano único y separado, ha resultado en la pérdida de respeto por toda vida. Si el aborto hubiera sido ilegal, no creo que hubiera abortado a mi bebé. Ahora, depende de nosotros hablar por aquellos cuyas voces no se escuchan”.

(Con información de liveaction.org)

npq

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