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¿BICI o BINO? Esa es la pregunta

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Foto pixabay.com

Por José de Jesús Moreno Llamas

Mi primera bicicleta era más alta que yo, para poder subirme tenía que pisar la banqueta y con el otro pie el pedal, para que con la inercia me pudiera sentar en el asiento. Bajarme de la bicicleta era más difícil, lo hacía aventándome al pasto o con la ayuda de alguien.

La bici ha sido una parte muy importante de mi vida y constante durante los últimos años. De chico era mi actividad de fin de semana, como ir a la tiendita a comprar mis papas y refrescos. Más adelante, cuando estudié en la universidad, fue mi medio transporte y la forma más rápida y práctica de llegar al salón. Hacía menos tiempo de mi casa al árbol más cercano del edificio de lo que mis compañeros hacían encontrando un cajón de estacionamiento.

La llegué a utilizar también para cansar a mi perro, Aramis, para ir al trabajo (siempre con una muda en mi maleta) o para ir con amigos, en pocas palabras: era mi medio de transporte.

Hoy en día, el mundo de la bicicleta es un mercado grandísimo, hay tantas ramas o deportes dentro del mismo que complace gustos y hábitos muy distintos. Por ejemplo, yo escogí la bici de ruta, estas son las bicis que principalmente encuentras en carreteras. Pero hay de montaña, recreativas, plegables, con motor y muchas más para que todos los gustos de las personas sean satisfechos. Así como hay distintas personas en este planeta, hay distintos tipos de bici.

Mi experiencia en la bicicleta no se limita al deporte. Encuentro clubes, cafeterías, rodadas, grupos, modas, jerga y hasta chistes internos que cada semana son parte de mi vida. A mí me ayuda a despejar la mente, oxigenar el cerebro y disfrutar la compañía de buenos amigos y amigas. Decido no desvelarme para poder madrugar y completar la ruta del día, compito contra mí mismo midiendo los rendimientos para poder mejorar.

Este fin de semana tuve una competencia en la playa, 140 kilómetros… no sabía qué resultados esperar ni si la terminaría pedaleando, tengo muy presente que estos retos se deben hacer con mucho respeto al cuerpo y al clima. La terminé y la terminé feliz dando todo en los últimos metros motivando a mi compañero a que terminará dando un último estirón.

Ser ciclista, ser corredor, ser estudiante o ser miembro de una familia me permite reconocerme como parte de un todo y de esta manera abrir mis horizontes sabiendo que encajo y que puedo empatizar con razas, tendencias, ideologías y hasta con gente que antes no me caía bien. Me importa mucho la bici y me gusta lo que me ha brindado, que no solo es un cuerpo más sano o un grupo de amigos, si no también una nueva jerarquía de prioridades.

En este Día de la Bicicleta les deseo a todos que encuentren un motor de vida como la bici lo es para mí.

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