Unión Mujer

La familia, el puerto seguro

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DE PIXABAY

Nunca me sentí limitada por ser mujer, nunca sentí que eso fuera algo que me impidiera lograr mis objetivos; por el contrario, en mi casa donde éramos cuatro mujeres y dos hombres, mi papá y mi hermano fueron los que más confiaron en mí, mi papá nunca me dijo que no podía hacer las cosas, siempre me impulsó, en cada loca idea que se me ocurría, en cada proyecto o aventura a la que quería lanzarme, era el primero en preguntarme, ¿Ya lo pensaste bien? Y cuando escuchaba mi “sí” decidido, entonces me contestaba, “pues haz lo necesario y cuenta con mi apoyo”.

La familia para mí siempre fue el puerto seguro al que podía llegar cada vez que me sentía fatigada o con ganas de rendirme, ahí encontraba un consejo, palabras de consuelo y de aliento.

Es verdad, la familia es la primera escuela, es el lugar donde damos nuestros primeros pasos, donde decimos nuestras primeras palabras, donde aprendemos las normas de convivencia y donde empezamos a entender el mundo. Pero también es el lugar de nuestras primeras heridas, nuestras primera lágrimas y nuestros primeros regaños. Con todo y eso, la familia es, o al menos debería de ser, nuestro lugar seguro, nuestro mejor refugio, nuestro hogar.

Una vez me preguntaron qué me gustaría que dijera mi lápida a la hora de mi muerte… Después de reflexionarlo un momento dije, “quiero que diga esposa y madre” y es que, cuánto nos falta conocer y reconocer el trabajo que realizan las mujeres tanto en el ámbito público como privado para poder valorarlas de verdad, cuánto nos falta contemplar los sacrificios de madres y esposas que lo dan todo por su familia.

Yo no soy madre, pero he visto a mis abuelas, a mi madre y a mis hermanas desvivirse por sus familias, yo vi a mi madre convertirse en otra persona cuando se convirtió en abuela, pues afloró su lado más dulce y consentidor, conocí otra versión de mis hermanas cuando se convirtieron en madres pues quién se iba a imaginar todo el sacrificio que, por amor iban a ser capaces de realizar.

Mi meta siempre fue y hasta la fecha es, llegar al final de mi vida y sentarme con mi esposo, en el jardín de nuestra casa a contemplar a nuestros nietos jugando, sabiendo que cuando me vaya, ellos se quedarán a vivir en un mundo mejor y que yo en algo contribuí a que así fuera, esa para mí sería la definición de una vida exitosa.

Y es que, si pensamos a dónde van dirigidos todos nuestros esfuerzos, cuál es el motor por el que hacemos las cosas, cuál es tu motor para levantarte temprano todos los días, para salir a trabajar, para prepararte y ser una mejor persona. Creo que la mayoría de las personas responderían: “Mi familia”.

Katia Robles
@KatiaRoblesS

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