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Red Bull sorprende en Malasia

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Madrid, España.- El australiano Daniel Ricciardo encabezó, por delante de su compañero holandés Max Verstappen, un doblete de Red Bull en el Gran Premio de Malasia, en el que el alemán Nico Rosberg (Mercedes) acabó tercero para ampliar su liderato en el Mundial de Fórmula Uno, al beneficiarse del abandono de su compañero y rival inglés Lewis Hamilton.

Rosberg, que sufrió un accidente en la salida y tuvo que remontar desde la parte trasera del grupo, se aprovechó de la retirada de Hamilton, que, tras salir desde la ‘pole’, quemó su motor a falta de quince vueltas para el final de una carrera en la que el español Fernando Alonso (McLaren-Honda) volvió a brillar, al ascender del último en parrilla al séptimo puesto en meta.

Nico lidera ahora el Mundial con 288 puntos, 23 más que Hamilton y con 84 de ventaja sobre Ricciardo, tercero en un campeonato en el que Red Bull evitó, por segunda vez en quince carreras, una nueva victoria de las ‘flechas de plata’.

A las que, de paso, aguó la fiesta por la consecución del tercer Mundial de constructores seguido. Prevista en casa de uno de sus principales patrocinadores, la principal petrolera malaya.

Un festejo que deberá esperar, al menos, hasta el próximo fin de semana, en Japón, que Hamilton pretendía emplear asimismo, tras salir por centésima vez desde la primera fila, como celebración por su victoria 50 en la categoría reina. Chafada, cuando apuntaba a un fin de semana perfecto, que había dominado desde el viernes.

En una de las carreras más emocionantes de la tercera temporada seguida de dominio aplastante de Mercedes, que arrancó con desgracia para Rosberg, al final el mejor parado del duelo interno. En la jornada en la que Red Bull festejó su tercer doblete en Malasia.

El primero desde el de 2013 -último año del cuatrienio glorioso del equipo austriaco- en Brasil, logrado por el alemán Sebastian Vettel, que celebró su cuarta corona esa campaña, y el australiano Mark Webber, maestro de ceremonias este domingo en Sepang.

Hamilton salió sin problemas desde la ‘pole’, todo lo contrario que Rosberg, a quien su compatriota Vettel (Ferrari) -que abandonó tras el accidente- complicó seriamente la carrera al embestirlo en la primera curva. Con ambos Red Bull saliendo desde la segunda fila, Vettel, que había superado a Ricciardo, arriesgó demasiado al intentar rebasar a Verstappen. Chocó con Nico, que dio un trompo y bajó hasta el vigésimo primer puesto de una prueba que afrontaba desde el segundo y que se le complicó en pocos segundos.

Suerte inversa vivió Alonso. El doble campeón mundial español, que se dio a conocer al gran público en esta pista, en la que en la tercera carrera de 2003 se convirtió en el entonces más joven en salir desde la ‘pole’ y subir al podio, partía desde el fondo de la parrilla. Con 45 puestos de sanción, por todas las modificaciones efectuadas en torno a su unidad de potencia, pensando en el próximo fin de semana y en Japón, tierra de Honda, el motorista de McLaren.

En tan sólo tres vueltas, un espectacular Alonso ya rodaba en puestos de puntos, cuando Hamilton lideraba por delante de Ricciardo y Verstappen, con el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) cuarto -puesto en el que acabó-, por delante del mexicano Sergio Pérez (Force India), que concluyó la carrera en el sexto puesto. Por detrás de otro finés, Valtteri Bottas (Williams), único que efectuó una sola parada este domingo.

Alonso ya era noveno en la sexta, en la que Rosberg regresaba a zona de anotación tras rebasar a Carlos Sainz (Toro Rosso), que se quedó por poco fuera de los puntos en Malasia, al acabar undécimo.

Verstappen, que el viernes cumplió 19 años y que en mayo se convirtió en el más joven ganador de la historia de la F1 al apuntarse el Gran Premio de España, fue el primero de los favoritos en parar, en la novena. La misma en la que entraron al garaje ‘Checo’ y Alonso, aprovechando el segundo ‘safety car’ virtual, tras el accidente que provocó el abandono del francés Romain Grosjean (Haas).

Ricciardo, que ganó con dos paradas -las mismas que hizo Pérez-, tomó fugazmente el liderato en la 21, al parar Lewis y Raikkonen, y se lo cedió a Max dos giros más adelante, cuando también pasó del blando al (en carrera preceptivo compuesto) duro. Salvo el citado Bottas -a una-, el resto de los primeros ocho entraron tres veces en garaje, en una carrera en la que Rosberg fue sancionado con diez segundos al adelantar de forma antirreglamentaria, para colocarse cuarto, a Kimi.

A falta de quince para el final, quemó el motor del coche de Hamilton, que se quejó duramente tras la carrera. “Mercedes ha construido 43 motores y sólo se rompen los míos”, dijo el excéntrico campeón inglés. Cuya retirada remitió al ‘karma’, al servir en bandeja el cuarto triunfo en F1 a Ricciardo, su primero en un año en el que había perdido -por error de su escudería- el triunfo en Mónaco. En favor de Lewis.

Al final, el simpático piloto de Perth pudo festejar en la ceremonia del podio -oficiada por su paisano Webber-, en la que volvió a beber el champán que se sirvió en una de las botas de las que se había despojado previamente.

Que también sirvió de vaso para los tragos que ofreció después a Verstappen, a Rosberg -tercero y más líder, tras impedir que Kimi se acercase a la barrera de los diez segundos-; y a su jefe, Christian Horner, tras ganar la decimosexta carrera de un Mundial a 21 que se reanudará el próximo fin de semana en el circuito de Suzuka, sede del Gran Premio de Japón.

JAD

Texto y foto: EFE

 

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