Celebridades
¿Por qué un niño con autismo necesita un perro?
El caso Rafa Sarmiento
Ciudad de México.- Este fin de semana se viralizó en Twitter un episodio de discriminación que sufrieron el periodista Rafa Sarmiento y su familia en un restaurante, la discusión creció porque muchos usuarios no entienden por qué un niño con autismo necesita de un perro de servicio.
Rafael Sarmiento utilizó su cuenta de Twitter para quejarse porque le negaron la entrada al restaurante japonés “Shu” en Acapulco al perro de su hijo Iñaki.
Rafa recibió muchísimas críticas, “el lugar no es pet friendly”, “si a otros comensales les molesta está bien que le nieguen la entrada al perro”, “es por higiene”, y así.
Lo que los usuarios no saben es que “Wasabi” no es cualquier perro, e Iñaki, es un niño de ocho años con capacidades diferentes.
Wasabi es un trabajador, un perro de servicio, y llevaba su peto que indicaba ser un animal de asistencia, e Iñaki lo necesita y además tiene derecho a entrar a cualquier restaurante como cualquier persona sin importar su condición.
El periodista siguió adelante, se quejó en CONAPRED, y recibió una llamada de uno de los socios japoneses del Suntory, que opera el Shu de Acapulco, oídos en los que encontró comprensión, y eso es lo importante.
El papá no buscaba demostrar que le negaron la entrada a un “famoso”, ni tampoco una cortesía, buscaba que la sociedad en general entienda porqué un niño con autismo necesita un perro.
El papel del perro de asistencia en los niños con autismo
El vínculo que se crea entre un niño con autismo y un perro llega a donde no pueden las palabras, surge una comunicación entre ambos, en la que el perro facilita la interacción.
El animal incluso es parte del tratamiento para niños con esta condición.
El perro puede lograr lo que el padre o la madre no, por ejemplo, que el niño se siente en un restaurante a comer y no entre en crisis.
El animalito, que no es una mascota, genera empatía, confianza, expresiones, sentimientos, en los niños con autismo; pueden lograr incluso que el niño le hable.
Como su nombre lo indica el perro es un asistente y lo sabe, está entrenado para eso “es un trabajador” alegaba Rafa Sarmiento, “el perro no se levanta, ni come, si tú no se lo ordenas”.
“Está más entrenado y educado que muchas personas que conozco. El perro lleva una certificación larga. Tiene a un niño atado! Imagínate el control del perro!”
“Los perros de servicio son entrenados para ofrecer compañía, consuelo, afecto y apoyo físico y emocional, a personas con una condición diferente física o mental”, explica teletón.org
Pueden ser perros de terapia, que viven con su manejador, que los lleva con el paciente y participan en actividades lúdicas o de rehabilitación.
O perros de asistencia, que viven completamente con el usuario final.
Teletón explica:
Hay perros guía, que apoyan a personas con discapacidad visual; o Perro señal, que apoya a personas con discapacidad auditiva; Perro de servicio, que apoya a niños con autismo; Perro de alerta médica, entrenados para apoyar, en caso de emergencia a personas con cierta condición médica.
Y Perro de rehabilitación, que brinda acompañamiento.
“Wasabi”, es el perro de servicio de Iñaki.
“Está en la ley”
“Es ilegal”, argumentaba Rafa Sarmiento, sobre la respuesta del restaurante, negar la entrada al perro, que es necesario para el niño con autismo.
No solo es discriminatorio, está violando la ley que es muy clara en el artículo 58 de la Ley Federal de Protección al Consumidor.
Indica que las personas con capacidades diferentes pueden ingresar con su perro guía a cualquier lugar público, incluyendo un restaurante.
“Considero que la discriminación se banaliza y se normaliza, pero sobre todo se aprende”.
Rafa Sarmiento
Un poco de contexto
Jimena Pérez “La Choco” y Rafael Sarmiento dejaron sus carreras de periodismo en México hace algunos años para dedicarse en cuerpo y alma, las 24 horas del día, a su hijo Iñaki. Además están trabajando para que la sociedad entienda la condición autista.
Rafa dejó de ser el de la tele, el del Oscar, el del noticiero, para ser solo el papá de Iñaki, porque el niño lo necesita, y él lo entendió. Incluso la familia cambió su residencia a España en busca de mejores condiciones para el pequeño.
Hace unos años, antes de la pandemia cuando su hijo tenía cinco, el periodista publicó una reflexión sobre lo que habían vivindo con el fin de hacer conciencia.
Relató que el niño tuvo un crecimiento normal hasta los dos años cuando empezó a cambiar.
“Todo lenguaje adquirido, comenzó a esfumarse. Cada vez hablaba menos, cada vez expresaba menos, pero hubo un punto dramático que nos llenó de miedo y que detonó la alarma en nosotros: Iñaki dejó de mirarnos, de responder a su nombre, de seguir instrucciones, de obedecer alguna orden. Entró entonces en una espiral de introspección de la cual era difícil sacarlo o lograr su atención”.
“Veía al niño cada vez más perdido en sí mismo y en desconexión absoluta del entorno. Me dolía, me provocaba ansiedad, enojo y un sinnúmero de dudas, culpas, preguntas y tormentos”.
Después de consultar especialistas llegaron a la Clínica de Autismo y Trastornos del Lenguaje del Hospital ABC y comenzó la exploración para tener un diagnóstico.
Iñaki fue diagnosticado con TEL, Trastorno Específico del Lenguaje, una condición del neurodesarrollo, similar al autismo. No solo es que el niño no hable, tampoco entiende el lenguaje y no procesa la información que recibe. Esperaron a que cumpliera siete años para tener un diagnóstico definitivo, que es Trastorno del Espectro Autista.
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La difícil tarea de la conciencia social
Se mudaron a España por varias razones, una de estas es que la atención que se da a niños con esta condición es de asistencia social, es decir, pública. En México solo se pueden tener una atención especializada de este tipo de manera privada.
En su dolorosa travesía encontró muchos obstáculos aun para personas con posibilidades económicas, por eso el periodista trata de hacer evidente que necesitamos una sociedad más justa e incluyente.
Ciudadanos que lejos de juzgar apoyen, y abrir camino en México, donde los niños enfermos han sido abandonados por las instituciones de salud y la gente está enfrascada en la división y el enfrentamiento.
En esta odisea, Rafa Sarmiento entendió que debe escuchar a los especialistas y no a los opinadores, así que ni se esfuercen en dejarle criticas en sus redes sociales.
Seamos empáticos y entendamos que las familias que se enfrentan a esto viven estrés, son incomprendidos, juzgados, y muchas veces se sienten profundamente solos, por ejemplo, en la puerta de un restaurante.
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