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¡Amor al contacto! Cómo el piel a piel impulsa el cerebro de los bebés prematuros 

Expertos enfatizan la importancia de que los hospitales implementen políticas que favorezcan el contacto piel con piel desde el nacimiento.

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Foto: Cuartoscuro.

Ciudad de México.- El nacimiento de un bebé prematuro es un evento que llena de incertidumbre a cualquier familia. Los padres de estos pequeños enfrentan desafíos que no son comunes en los nacimientos a término, y uno de los más grandes es garantizar el desarrollo adecuado del bebé, especialmente en términos neurológicos.  

La preocupación sobre si sus hijos alcanzarán las metas del desarrollo a tiempo es constante. 

Afortunadamente, un nuevo estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford sugiere que una práctica simple pero poderosa puede marcar una gran diferencia: el contacto piel con piel, conocido también como el “método canguro”. 

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El desafío del desarrollo neurológico en bebés prematuros

Los bebés prematuros, aquellos que nacen antes de las 37 semanas de gestación, suelen enfrentarse a una serie de complicaciones de salud debido a que sus cuerpos y cerebros no han tenido el tiempo suficiente para desarrollarse completamente en el útero.  

Entre las preocupaciones inevitables por parte de especialistas se encuentra el desarrollo neurológico, que es esencial para el crecimiento cognitivo, motor y emocional del niño. 

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El contacto piel con piel implica que el bebé sea colocado en contacto directo con la piel de uno de los padres, lo que no solo promueve la vinculación afectiva, sino que también proporciona beneficios fisiológicos.  

Este estudio destaca que esta práctica estimula el desarrollo cerebral de los bebés prematuros al mejorar la oxigenación, regular la temperatura corporal y facilitar la lactancia materna. 

Un abrazo que transforma

El “método canguro” no es solo un acto físico, sino un vínculo emocional que puede transformar la experiencia de los padres y los bebés en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Los investigadores han encontrado que el contacto piel con piel puede resultar en un aumento significativo de las conexiones neuronales en el cerebro en desarrollo del bebé, contribuyendo a una mejor función cognitiva a largo plazo. 

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Además, los padres que participan en esta práctica reportan sentirse más conectados emocionalmente con sus hijos, lo que puede reducir los niveles de estrés y ansiedad, tanto en ellos como en los pequeños.  

Este intercambio de calor y amor es crucial para el bienestar emocional de toda la familia en un momento tan vulnerable. 

Un llamado a la acción

Los expertos enfatizan la importancia de que los hospitales implementen políticas que favorezcan el contacto piel con piel desde el nacimiento, especialmente para los bebés prematuros.  

A medida que más familias se concientizan sobre los beneficios del “método canguro”, se abre la puerta a una nueva forma de cuidar y nutrir a estos pequeños luchadores desde sus primeros días de vida. 

Foto: Cortesía de Peanut

En conclusión, el contacto piel con piel no solo ayuda a los bebés prematuros a desarrollar su cerebro de manera más efectiva, sino que también fortalece el vínculo familiar en un momento que puede ser abrumador.  

Este simple acto de amor puede ser la clave para que muchas familias encuentren esperanza y sanación en el camino hacia el crecimiento y desarrollo de sus pequeños. 

ARH

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