CDMX
Estadio Olímpico de CU cumple sus primeros 70 años
México.- Maravilla de la arquitectura mexicana, testigo de grandes encuentros deportivos y de sucesos trascendentales el Estadio Olímpico Universitario continúa como uno de los símbolos de la UNAM y del deporte.
Este viernes se conmemoran 70 años de la colocación de la primera piedra para su edificación, en una parte del territorio que cubrió la lava del volcán Xitle, que en náhuatl significa “ombliguito”.
Ahora es una avenida asfaltada de nombre “Insurgentes Sur”, reconocida como la más larga de América Latina.
Aún se pueden escuchar las historias de aquellos contemporáneos, quienes conocieron la zona donde rondaba el Puma concolor y otras especies animales propias del lugar.
O también las de quienes tuvieron la fortuna de asistir a la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1968, cuando la atleta mexicana Enriqueta Basilio, se convirtió en la primera mujer en la historia en portar la antorcha olímpica para encender el fuego del pebetero.
Así fue el proyecto
De acuerdo con documentos en poder de la UNAM, el lunes 7 de agosto de 1950, al mediodía, se inició su edificación, a la par de los edificios de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) y de las entonces escuelas nacionales de Jurisprudencia y Economía, ahora facultades de Derecho (FD) y Economía (FE).
En esta obra participaron poco más de 10 mil obreros, y tuvo un costo de 28 millones de pesos.
El trazo, realizado por Augusto Pérez Palacios, fue resultado del análisis comparativo de diversas estructuras dedicadas a la práctica deportiva y la adopción de las teorías de Gavin Hadden, ingeniero estadounidense.
El proyecto, asignado a Pérez Palacios, junto con Raúl Salinas Moro y Jorge Bravo, comenzó con las ideas y planos en marzo de 1950, y cinco meses después se colocó la primera piedra.
Esta construcción fue un precedente a nivel mundial en el uso de nuevos insumos para la pista: el tartán, y también en instalaciones adecuadas en vestidores, baños y atención médica para los deportistas.
Territorio puma desde el principio
El 19 de octubre de 1952, la Revista de la Semana, entonces publicada por El Universal, presentó en la página 10 el primer croquis del Estadio.
Fue la primera obra terminada del proyecto de Ciudad Universitaria, e inaugurado el 20 de noviembre de 1952, en la apertura de los II Juegos Juveniles Nacionales, entre asistentes engominados (con el cabello peinado con fijador capilar), con traje formal de casimir. La ceremonia estuvo encabezada por el entonces presidente Miguel Alemán y el rector Luis Garrido.
Aunque en la memoria de los universitarios y de la gente en general se recuerda como “su real inauguración”, el primer lleno “hasta el tope” se registró nueve días después, en la primera ocasión en que albergó el clásico de futbol americano Pumas-Poli, encuentro trepidante marcado especialmente por la voltereta que el conjunto universitario dio al marcador casi al final del juego, para salir con la victoria 20-19 sobre los guinda y blanco.
En su momento, el arquitecto Carlos Lazo, gerente del proyecto de construcción de Ciudad Universitaria, dijo: “en la construcción empleamos el magnífico material que teníamos a la mano, la misma tierra en donde iba a ser levantado”.
El terreno, seleccionado por tener cierto hundimiento natural, se aprovechó para excavar y remover la roca fija, la tierra y el tepetate. Más de 100 mil metros cúbicos de estos materiales se movieron para lograr la forma proyectada.
A través de los 42 túneles de concreto armado, con una longitud de entre ocho y 60 metros, se atraviesan los terraplenes y se accede a la circulación interior, localizada en el nivel medio de las graderías.
Testigo de grandes glorias
El Estadio Olímpico Universitario, además de ser un valioso documento pétreo que recoge el panorama deportivo mexicano desde mediados del siglo XX, es un patrimonio vivo, polifacético.
Este gran inmueble forma parte del área de la UNAM declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO; ha sido escenario de las glorias de los juegos clásicos de futbol americano, y en el balompié, casa del Club Universidad Nacional.
También ha presenciado gestas atléticas internacionales: los Juegos Deportivos Panamericanos de 1955 y 1975; los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1954 y 1990; la XIX edición de los Juegos Olímpicos; la Universiada Mundial de 1979; y el Mundial México 1986.
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emc