México
“Educar para una nueva sociedad”, una década de reflexión
“El servicio episcopal, la terea esencial de un Obispo tiene tres objetivos: enseñar, celebrar y gobernar”, agregó Eduardo Corral.
Ciudad de México.- Al celebrar 10 años de compartir el documento “Educar para una nueva sociedad” emitido por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en el que exhorta a todos los sectores del país participar activamente en el fortalecimiento y mejora de la educación en el país.
Los cardenales Carlos Aguiar Retes y Alberto Suárez Inda; y los arzobispos Christophe Pierre y Alfonso Cortés Contreras hicieron reflexiones a una década del servicio de la Iglesia en México, en la esencial tarea educativa, particularmente bajo la iniciativa del Pacto Educativo Global del Papa Francisco.
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A través de un conversatorio y moderado por el secretario ejecutivo de la dimensión educativa y de cultura del episcopado mexicano, el Padre Eduardo Corral Merino; los líderes religiosos recordaron que el documento, presentado en octubre de 2012, fue compartido con la sociedad y conforma una serie de reflexiones y orientaciones sobre la educación en México y atendiendo a la “emergencia educativa” que ha llevado a la pérdida del sentido del valor de la persona y la vida.
“El servicio episcopal, la terea esencial de un Obispo tiene tres objetivos: enseñar, celebrar y gobernar”, agregó Eduardo Corral.
Al hacer uso de la palabra Cristophe Pierre, nuncio en Estados Unidos recordó que Educar para una Nueva Sociedad tuvo sus bases con el Documento de Aparecida del 2007.
Señaló que gracias a este escrito se introdujeron los cambios paradigmáticos, debido a la transformación en cual la humanidad está inmersa.
“Aparecida fue entonces la inspiración clave de Educar para una Nueva Sociedad al ofrecer un discernimiento, sobre el cual es la situación general de América Latina y el Caribe y empezó a explorar una respuesta integral para toda la sociedad, frente a lo que se definió como emergencia educativa que recoge las crisis más profundas por las que atraviesa el ser humano, informó.
El nuncio advirtió que nuestro continente vive una emergencia educativa donde las nuevas reformas, impulsadas para adaptarse a las nuevas dirigencias, llevan creando un cambio global, donde denotan un claro reduccionismo antropológico ya que conciben la educación preponderantemente en función de producción, la competitividad y el mercado.
Por su parte Carlos Aguiar Retes, arzobispo de México describió que el cambio de época no se trata de un cambio intergeneracional que modifica el estilo de vida, pero mantiene los principales valores de la cultura establecida, se debe entender (la cultura) como el estilo de vida de la sociedad.
El cambio de época es un fenómeno complejo pero omnipresente que ha trastocado criterios de juicio, comportamientos éticos y sistemas operativos. No sólo es un nuevo estilo de vida sino una vida distinta, porque “modifica valores y comportamientos en todo el planeta, impactando en las tradiciones y en la identidad de los pueblos”.
“Se trata de un proceso de fractura en el estilo de la sociedad en la manera de comportarse socialmente así, por ello tiene un impacto a nivel global en todos los ámbitos y modifica valores y comportamientos en todo el planeta”, agregó Aguiar Retes.
En su intervención Alfonso Cortés Contreras, arzobispo de León y titular de la Dimensión de Educación y Cultura de la CEM aseveró que fue el encargado de presentar la carta pastoral Educar para una nueva sociedad, en septiembre del 2012, documento en el que la CEM efectuará un documento integral.
“Para enfrentar la emergencia educativa, es indispensable crear alianzas, tejer redes y despertar sinergias entre familia, escuela, empresarios, gobernantes, medios de comunicación e Iglesia. Estas sinergias fueron provechosas en la medida en que se coloquen al servicio del crecimiento de la persona humana y sus exigencias objetivas de desarrollo”, plantea el documento.
“Educar para una nueva sociedad”.
Es un texto dividido en cuatro partes, que enmarca en 155 páginas la problemática educativa en el contexto nacional y contiene propuestas claras producto de los aportes de los obispos durante la Asamblea Plenaria celebrada en noviembre de 2011 y en diversos diálogos con una gran cantidad de actores de la vida educativa, así como el asesoramiento de expertos en el tema.
En la primera parte se describen los rasgos característicos del desafío educativo mexicano y del tipo de sociedad que se está construyendo, abarcando la realidad educativa en su dimensión general y particular y, en las actividades propias de los diversos niveles escolares, en un intento por superar el reduccionismo que limita la preocupación y la responsabilidad por la educación a la labor de educadores y especialistas.
En la segunda parte se hace un recorrido histórico sobre el papel de la Iglesia Católica en la educación en México, destacando la responsabilidad de los fieles no sólo al interior, sino también en aquellos espacios sociales donde están llamados a dar testimonio de su fe.
En la tercera parte se subrayan los elementos fundamentales de la antropología cristiana que pueden ayudar a recuperar un concepto de educación que responda a la naturaleza y dignidad de la persona humana e ilumine los procesos de transformación que México requiere.
En la cuarta parte, los obispos invitan a todos los mexicanos-creyentes y no creyentes- a asumir el compromiso como verdaderos protagonistas en el fortalecimiento y mejora de la educación en el país.
“Para enfrentar la emergencia educativa, es indispensable crear alianzas, tejer redes y despertar sinergias entre familia, escuela, empresarios, gobernantes, medios de comunicación e Iglesia. Estas sinergias serán provechosas en la medida en que se coloquen al servicio del crecimiento de la persona humana y sus exigencias objetivas de desarrollo”, plantea el documento.
ARH