El Susuki Swift de Dámaso, la clave

México.— Dámaso López intentaba pasar desapercibido como un ciudadano de clase media, sin camionetas blindadas, sin escoltas ostentosas, se desplazaba en un pequeño automóvil Susuki Swift gris, sólo lo acompañaba un sólo ayudante, su chofer.

Casi siempre llegaba en avión privado a un aeródromo escuela en la Zona Esmeralda en Atizapán de Zaragoza, de ahí se movía discretamente en su pequeño sedán a veces por la Chamapa-Lechería de cuota, otra más por diversos caminos, incluso se sabe también rentaba un helicóptero para desplazarse más rápido hacia una torre en Interlomas y poder llegar a Santa Fe.

Se sabe que todo el Poniente de la ciudad está controlado por el Cártel de Jalisco Nueva Generación, incluso al mismo aeródromo llega Nemesio Oceguera El Mencho, líder del cártel, según versiones de prensa y con quién se habría aliado para enfrentar a los hijos de El Chapo.

La “Operación Cereza” se dispusó para capturar a El Licenciado, quién de acuerdo a las autoridades sería la cereza del pastel en la desarticulación del Cártel de Sinaloa tras la captura un par de años antes de su compadre y socio Joaquín El Chapo Guzmán.

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Fuentes de inteligencia filtraron a diversos columnistas que el capo aliado con Jalisco Nueva Generación, usaba sus rutas, sus zonas como Santa Fe, esto con el objetivo de ganar terreno sobre los hijos de El Chapo.

Los cuatro lugares donde percnoctaba eran rentadas, uno de ellos el Hotel Camino Real junto al Hospital Ángeles Pedregal donde acudía a revisión con un doctor, los otros domicilios se ubican en Santa Fe, Polanco y Azcapotzalco.

En Santa Fe, el capo encontró un refugio para su familia, nada que pudiera sobresalir ni llamar la atención, un santuario con autos de lujo, vida placentera y un status medio que no llamará la atención.

En el sótano de los departamentos Hares de Polanco donde fue localizado en el baño Dámaso López Núñez con su esposa, el año pasado fue hallado el cuerpo del coronel de la Defensa Nacional, Rigoberto Gómez Camacho con un tiro de gracia en la cabeza, aún se desconoce si Dámaso tuvo que ver con el crimen.

La PGR obtuvo tres órdenes de cateo para ubicar a Dámaso tras una operación en Baja California horas antes donde murió uno de sus sobrinos supuestamente por un infarto, en dicha operación, órganos de inteligencia corroboraron que El Licenciado se hallaba en la Ciudad de México, así lograron la aprehensión.

En el domicilio de Santa Fe no hubo nadie, en Azcapozalco hallaron a su operador financiero y en el departamento de Anzures en Polanco estaba Dámaso, quien no se resistió de ningún modo la captura lo sacaron del baño, le permitieron quitarse la pijama y posteriormente lo trasladaron a la SEIDO.

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Sus operaciones en la Ciudad de México siempre fueron en restaurantes de bajo perfil y diversos domicilios. Por 15 años no hubo una sólo fotografía suya hasta que se animó a contratar a un hacker para hacer una campaña de redes sociales, quien a su vez se acercó a las autoridades para pedir recompensa y así empezaron los hilos que llevaran tras año y medio a la captura del capo.

El hacker logró grabarlo con una cámara escondida, lo que llevó a autoridades determinar que el capo se movía en el pequeño Susuki Swift gris, con las placas fue fácil llegar a él, lo demás es historia.

emc