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Iglesia llama a “combatir la desolación”
Puebla, Puebla.- “Para que los sacerdotes podamos llevar a los pobres la buena nueva, anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos; para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor”, el arzobispo angelopolitano, Víctor Sánchez Espinosa, presidió esta mañana de martes la tradicional Misa Crismal en la Catedral de Puebla de los Ángeles y envió a sus sacerdotes a combatir con esperanza la “desolación” que parece haber dominar el país entero.
En su mensaje al clero presente en la Catedral, el arzobispo reconoció que Puebla, México e incluso el mundo “parecen haberse adentrado en el misterio de la iniquidad, en el reino de las tinieblas cuyo fruto de corrupción, perversidad y muerte está a la vista”.
“La maldad parece haber llegado para no irse jamás, pero nosotros, los que creemos en el Señor, no podemos vivir como quienes no tienen esperanza. Pues el mal, pese a su destrucción aparente, no tiene la última palabra. La última palabra la tiene el amor, el perdón, la reconciliación, el poder de nuestro redentor que ha vencido todo odio y violencia”.
Según los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en enero y febrero del 2019, se registraron 10 mil 945 reportes de víctimas y delitos en el estado de Puebla; por ello, el arzobispo Sánchez Espinosa (quien tiene experiencia de 15 años de obispo y 10 años de arzobispo de Puebla) pidió a los sacerdotes poblanos a recordar su misión: “No nos toca combatir con las armas a los más violentos. Nos toca ofrecer nuestro servicio sacerdotal humilde y abnegado con el anuncio siempre consolador del Evangelio”.
“Dios –apuntó el arzobispo-, no es indiferente al dolor humano. Llora lágrimas de sangre en la oscuridad” pero, insistió que “camina con su pueblo, se hace partícipe de su dolor, de su sufrimiento y en su Hijo revela el canto de victoria de aquella alegría que transforma la fe en esperanza y la devuelve en una auténtica caridad”.
Imágenes del interior de Notre Dame de Paris
Por ello, prosiguió el pastor ante miles de fieles y sacerdotes poblanos: “la Iglesia católica debe ser una esperanza en medio de la desolación, acoger en su seno a los más pobres, vulnerables, marginados y todos los que sufren. Debe ser una luz para los que viven sin fe y sin horizonte, respetuosa con los piensan distinto a nosotros, abierta a los que no creen y debe ser tolerante con quienes atacan a esta Iglesia y la desprecian”.
El pastor poblano invitó a los sacerdotes del estado a realizar una “campaña permanente de oración por la conversión de los pecadores: “Amemos a nuestros pueblos y comunidades que nos han encomendado. El mayor bien que podemos hacer es darles a Cristo: a través de su Palabra, sus Sacramentos; conducirlos a vivir su amistad con Él”.
Durante la Misa Crismal, el arzobispo bendijo los santos óleos que son utilizados por los sacerdotes en los sacramentos y sacramentales en todas las parroquias de la Arquidiócesis de Puebla; testificó la renovación de las promesas sacerdotales de los ministros de culto en el Estado y convocó a la grey a participar en los rituales propios del resto de la Semana Santa.