México
“Frustración”; Reforma Judicial amenaza el proyecto de vida de una jueza en México
Ciudad de México.— Hace dos años, en diciembre de 2022, Leticia del Carmen Flores Gaytán experimentó un logro que transformaría su vida. Proveniente de una carrera como litigante y docente, decidió emprender el desafiante camino de convertirse en jueza especializada en materia laboral dentro del Poder Judicial de la Federación.
Como cabeza de familia y proveedora, Leticia ha tenido que enfrentar los desafíos de un panorama incierto, sin la certeza que esperaba tener al alcanzar su sueño de impartir justicia.
Antes de la reforma judicial, existen personas que han construido un proyecto de vida, con sueños y sacrificios.
Leticia del Carmen es parte de la generación de jueces y juezas que ganaron el concurso de oposición, un proceso arduo que requiere experiencia de al menos cinco años en el ámbito laboral y una capacitación especializada que prueba la tenacidad y vocación de los participantes.
El concurso fue un esfuerzo monumental: entre aproximadamente 2,000 aspirantes, sólo 1,260 lograron avanzar en el proceso, y, finalmente, 54 obtuvieron el nombramiento.
“De las personas seleccionadas, la mayoría fuimos mujeres, gracias a la previsión del Consejo para asegurar la equidad de género en la implementación de esta reforma laboral,” explica Leticia, quien se enorgullece de pertenecer a una generación de jueces y juezas comprometidas con el equilibrio de la justicia.
Para Leticia, convertirse en jueza no fue simplemente un título, sino el principio de un proyecto de vida cuidadosamente construido.
Su sueño de justicia iba de la mano con un plan que incluía, además de un compromiso profesional, una estabilidad para sus padres, de quienes es proveedora, y para los proyectos personales que fue tejiendo mientras se dedicaba a la capacitación que el concurso requería.
Sin embargo, paradójicamente, esa estabilidad soñada se ve en riesgo. Tras ser designada como jueza, Leticia y otros 53 jueces quedaron sin adscripción; es decir, son jueces que, pese a haber ganado un lugar en el concurso y haber prestado protesta, aún no cuentan con un tribunal propio.
Son jueces sin tribunal, jueces con una titulación que no encuentran dónde ejercerla. Esta situación, persiste desde hace dos años, generando para Leticia y sus colegas una incertidumbre permanente.
“Durante este tiempo, cada uno de nosotros ha intentado establecerse, ajustar sus vidas a este cambio, y muchos incluso se trasladaron de ciudad para atender las exigencias del proceso”.
La incertidumbre laboral se agravó recientemente con la implementación de la nueva reforma judicial. Pese a haber superado todas las etapas del concurso, hoy Leticia y sus compañeros enfrentan la posibilidad de que todo ese esfuerzo y dedicación quede relegado, pues la reforma que acaba de aprobarse en el Senado no contempla mecanismos específicos para asegurar su adscripción.
“Esta reforma (Judicial) nos ha dejado fuera, no somos incluidos en ningún espacio de los propuestos, y el Consejo de la Judicatura, quien debería resolver nuestra adscripción, tampoco ha dado una respuesta concreta,” explica la jueza Flores Gaytán.
Para ella, este es un obstáculo en su carrera “uno tiene un proyecto de vida, un plan de vida y pues que se vea truncado todo este proceso de selección y toda esta especialización que también nosotros ya agotamos. Es frustrante esa es la palabra”, finalizó.
ebv