México
Senado reconoce a obispo defensor de indígenas
México.— Por su reconocida labor en la defensa de los derechos de los indígenas en México, el obispo emérito de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes, fue reconocido ante el pleno del Senado de la República este jueves 7 de febrero.
El presidente de la cámara alta, Martí Batres, reconoció entre los presentes al obispo Lona y, tras una breve semblanza, le invitó a tomar asiento en la mesa directiva de manera testimonial.
“Antes de continuar con la siguiente iniciativa, quiero informar al pleno de este Senado de la República, que se encuentra presente una personalidad muy destacada, un defensor de Derechos Humanos, un activista en favor de los pueblos indígenas, que es el Obispo emérito de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes, les pido un aplauso muy fuerte”, apuntó Batres.
Mientras el obispo subió a la mesa directiva con el aplauso de los senadores de la LXIV Legislatura, Batres agregó: “Sólo quisiera comentar que Arturo Lona Reyes, nació en Aguascalientes en noviembre de 1925, tiene 93 años de edad, es un obispo mexicano, conocido como ‘El obispo de los pobres’… entre otras funciones, ha sido Presidente de la Comisión Episcopal de Indígenas, en 1972 y fundador del Centro de Derechos Humanos Tepeyac de Tehuantepec”.
Lona Reyes fue galardonado en 2008 con el XVI Premio Nacional de Derechos Humanos, don Sergio Méndez Arceo, como reconocimiento a toda una vida entregada en la defensa y promoción de los derechos humanos de los pobres e indígenas de Huejutla, Hidalgo y en Tehuantepec, Oaxaca.
Como obispo en funciones desarrolló la Universidad Indígena de Jaltepec de Candayoc y decenas de escuelas con las órdenes de los jesuitas y maristas; creó la Unión de Campesinos e Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI) y las Comunidades Campesinas en Camino (CCC), para la comercialización de café y ajonjolí orgánicos en el mercado internacional y nacional a precio justo.
Finalmente, fundó el Centro de Atención Integral Donaji, para la economía solidaria, el Centro Popular de Apoyo y Formación para la Salud.
Pero, incluso retirado, en Santa María Chimapla -su hogar de retiro- ayudó a la construcción de una clínica rural. Las crónicas periodísticas reportan que, durante su servicio como obispo residencial fue agredido en once ocasiones; además de latín e italiano, el obispo habla las variantes de náhuatl y zapoteca con las que sirvió a los indígenas en México.
emc