México
Visita del Nuncio a Aguililla no puede echarse en saco roto: Arquidiócesis
Ciudad de México.— En su reciente visita a Aguililla, Michoacán, zona de conflicto permanente entre bandas rivales criminales, el Nuncio Apostólico, Franco Coppola, recordó la tradición que gira en torno al apóstol san Pedro, a fin de ilustrar la importancia de hacer frente, como Iglesia, a las situaciones que ponen en peligro al Pueblo de Dios.
A través de la Editorial del semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis Primada de México calificó de valiente la visita de Monseñor Franco Coppola, a Tierra Caliente.
Dicha gira, explicó, dio testimonio de lo que un pastor está llamado a hacer por sus ovejas: convocarlas, hacerles sentir su presencia, alimentarlas y darles paz.
La visita del Nuncio Apostólico a Aguililla no puede echarse en saco roto. El acompañamiento a las víctimas, es parte de la “Iglesia en salida” que el Papa Francisco quiere; y la diligencia, valentía, firmeza y claridad en el mensaje de Su Excelencia, se agradecen porque marca la ruta a seguir en la Iglesia mexicana; una ruta que demanda de cada miembro de la comunidad católica un compromiso igual de grande.
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“Yo vine a Aguililla porque me parecía que era como subir al Gólgota, al lugar donde Jesús fue crucificado. Fue matado injustamente por razones de poder, por gente envidiosa”, dijo en su mensaje el Nuncio Coppola, durante la Misa que ofreció por la paz en ese municipio michoacano; un municipio que se niega a renunciar a sus derechos, a una vida digna, libre y sin miedos.
En esta visita histórica, el Nuncio dio un mensaje a todo el país, en el sentido de que es necesario voltear a ver a los más vulnerables, a las víctimas, a los que sufren a causa del crimen organizado, tal como el Papa Francisco ha insistido una y otra vez, y algo en lo que también ha venido trabajando incansablemente el propio obispo Ascencio desde hace tiempo.
El Nuncio ha ido más allá al llamar a que se hagan todos los esfuerzos para hacer visible la violencia que vive México, no solo para que las comunidades afectadas se sientan acompañadas, sino para que los grupos delictivos detengan su acción. Esa es la gran tarea pendiente, y debe realizarse en conjunto.
ebv