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Pide Cardenal Rivera asumir responsabilidades personales

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México.— En su homilía dominical en la Catedral Metropolitana el Cardenal Norberto Rivera Carrera habló del tema de la responsabilidad personal en la obra de responsabilidad personal en la obra de la salvación, el tema de la respuesta a Dios nuestro Padre con palabras y con obras.

“San Agustín lo expresa maravillosa y sencillamente así: “Aquel que te creó sin ti, no te salvará sin ti”, expresó su eminencia.

Rivera Carrera dijo que el hombre tiene en su capacidad de convertirse del mal al bien, de pasar de la maldad a la bondad, y también al contrario, su capacidad de pervertirse, de pasar del bien al mal. Por su libertad el hombre no es esclavo de su fatalidad, nadie está atado irremediablemente al bien o al mal, nadie es esclavo de su pasado.

“Nuestros padres comieron uvas agraces y nosotros sufrimos la dentera”, es decir, nuestros padres pecaron y nosotros estamos sufriendo las consecuencias, aseveró.

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El Arzobispo Primado de México explicó que “Dios no castiga a los hijos por las culpas de su padres, o a los padres por las culpas de sus hijos… Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere; muere por la maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal que hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá”.

El Cardenal advirtió que todos somos llamados a la salvación nadie está excluido, excepto el que no quiera responder. Dios puede hacer hijos de Abraham de las mismas piedras, es decir de los pecadores más insensibles. Por esto el publicano salió justificado del templo y no así el fariseo.

“No podemos mantener la hipocresía de vivir un divorcio entre fe y costumbres, entre teoría y práctica: “No todo el que me dice ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de Dios, sino el que cumple la voluntad del Padre Celestial”, señaló su Excelencia.

El jerarca católico reiteró que cuanto mal ha causado en nuestra historia el divorcio entre fe y costumbres, entre teoría y práctica.

“Son muchos los documentos de la Iglesia que nos recuerdan y nos reprochan que una de las causas del ateísmo de mucha gente o de su alejamiento del influjo del evangelio se debe a que muchos de nosotros, los que nos profesamos cristianos, en lugar de reflejar a Dios con nuestro comportamiento lo ocultamos y lo deformamos”, informó el Cardenal.

Ese mismo divorcio entre fe y vida, también lo practican aquellos que han reducido su religión a algo individualista e intimista, diciendo públicamente y a veces hasta con burla, que “no van”, y a escondidas o como en clandestinidad buscan a Dios y piden los auxilios y servicios de su Iglesia. El ideal cristiano no está ni en el hijo que dice “sí” y no va a trabajar, ni en el que dice “no” y va. El ideal es el hijo que dice “sí”, y va a la viña para cumplir la voluntad del Padre.

Dejémonos interpelar por la Palabra de Cristo para asumir nuestra propia responsabilidad y dejar de echar la culpa a los demás.

Es cierto que el medio ambiente, la herencia que hemos recibido, las presiones sociales y muchas realidades nos pueden condicionar, pero recordemos que somos seres libres y que ningún fatalismo nos debe atar.

“Si nuestra vida pecadora o nuestra fe hipócrita, sin obras de justicia, nos tiene alejados del Reino de Dios, el Señor está esperando nuestro regreso”, finalizó.

JAHA

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