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Ecuador pone fin al ‘gasolinazo’ y miles festejan en las calles

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Quito.— El Gobierno ecuatoriano y el movimiento indígena pusieron fin este domingo a doce días de enfrentamientos y revueltas con un acuerdo que deroga el polémico decreto que elevaba el precio de los combustibles y comenzaron negociaciones para poner fin a la crisis.

El anuncio de un acuerdo rompió el rígido silencio del toque de queda que reinaba en las calles de Quito y sacó a miles de ecuatorianos a festejar, muchos de ellos con sus niños en pijama y sus bebés en brazos.

QUITO SALE A FESTEJAR LA PAZ

Familias enteras tomaron las calles, mientras en el parque del Arbolito, epicentro de los disturbios en la capital, una multitud de manifestantes gritaban insistentemente: “¡Sí se puede, sí se puede!”.

A la zona llegaban más y más personas conforme transcurrían los minutos, concentrándose en las zonas de mayor iluminación y en ocasiones tratando de esquivar algunos cohetes que explotaban a baja altura y se desviaban de su trayectoria.

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Atrás quedaban doce días de batalla campal frente a las fuerzas de seguridad, con las que se batieron en esa misma zona entre las llamaradas de neumáticos ardiendo, barricadas y espesas cortinas de humo por el masivo uso de gas lacrimógeno que hicieron las fuerzas del orden.

En la zona, los manifestantes empezaron esta noche a recoger las barricadas que les sirvieron de protección, especialmente en los últimos días, cuando las protestas se tornaron mucho más violentas y hubo una fuerte represión policial.

Cientos de indígenas festejaban asimismo la “victoria de la lucha popular” en los exteriores de la Casa de la Cultura con bailes en los que portaban sus lanzas y hacían sonar sus tambores al grito de: “¡El pueblo unido, jamás será vencido!”.

AL MENOS 5 MUERTOS Y UN MILLAR DE HERIDOS

En los doce días de revueltas murieron entre 5 y 7 personas y más de un millar resultaron heridas, según distintas fuentes.

Los daños no han sido cuantificados, pero los destrozos en Quito son masivos, sobre todo en el centro, y la pérdida de ingresos por falta de productividad se miden en decenas de millones de dólares.

El levantamiento popular comenzó a raíz de un decreto con el que el presidente, Lenín Moreno, buscaba incrementar los ingresos del Estado frente a unas demandas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de otras entidades para conceder al país una línea de crédito de más de 10 mil millones de dólares.

En la reunión, celebrada en un colegio a unos 30 kilómetros de Quito y transmitida en directo, Moreno dijo solemnemente que el acuerdo ha significado “sin duda algún sacrificio de cada una de las partes”.

Afirmó que no existe “otro principio más maravilloso que la paz” y agradeció a los militares y policías porque sabe de la “sacrificada, esforzada labor que cumplen”, porque muchos de ellos están también lesionados.

Esta noche eran particularmente emotivas las imágenes de policías estrechando la mano y abrazándose con los mismos manifestantes a los que se habían estado enfrentando hasta apenas una hora antes. (EFE)

JAHA

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