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¿En verdad somos lo contrario de Trump?
Una de las críticas o señalamientos más frecuentes que en México hemos estado haciendo a Donald Trump desde su etapa de precandidato a la fecha, es que es todo un racista y además, quiere regresar a su país al pasado.
¿Qué pensaría si le dijere que, en México, una muy buena parte de nosotros los mexicanos, somos tan racistas o más, que el hoy Presidente de Estados Unidos?
¿Y qué me diría si le dijere, que en eso de regresar al pasado por la seducción que ese tiempo ejerce entre nosotros, está más extendida y es más profunda aquí que allá la propensión a presentar dicho tiempo como lo máximo?
Racismo, y adoración y añoranza por el pasado, dos características que nos pintan de cuerpo entero. ¿Lo duda?
¿Ha escuchado a Cárdenas el pequeño, desde hace una buena cantidad de años? ¿Podría usted afirmar que es un promotor del futuro que deben os construir o, como parece ser evidente, adorador ferviente de ese pasado que pretende reproducir en el México del Siglo XXI?
¿Qué me dice de López y sus posiciones ante cualquier tema que toca? ¿Le parece que cuando se pone moderno, llega a los años de LEA y JLP? En promedio, diría, sin temor a equivocarme, que su tiempo natural se ubica entre 1938 y los años de López Mateos.
Vayamos ahora a la parte correspondiente al racismo de nosotros, los mexicanos.
Lo único que le puedo decir al respecto, para no meterme en los terrenos de los estudiosos del tema, es que lea por favor el libro México Racista, de Federico Navarrete en Editorial Grijalbo.
El texto de Navarrete, al estarlo leyendo, duele en verdad; lo que dice con una crudeza que agradezco, es como una acusación silenciosa la cual, no podemos evitar, nos lleva al espejo que nos quita esa pátina de hipocresía que nos ha llevado a pensar que no somos racistas. Léalo por favor, y coincidirá conmigo.
¿Donald Trump racista, y añora el pasado? En ambas cualidades, tenemos mucho que enseñarle.
Por lo pronto, su racismo es abierto -cínico diría-, sin la menor vergüenza al exhibirse como tal; en cambio nosotros, somos hipócritas irredentos en esa materia.
¿Acaso podemos esconder cómo somos en ese tema? Lo somos pero, mientras que lo que en aquél es abierto sin el menor recato, en nosotros es hipocresía, es vergonzante.
¿Qué racismo piensa usted es más peligroso y perverso en una sociedad? ¿El de Trump, o el nuestro?
Y del pasado, ¿qué podría agregar a lo que usted sabe y ve cotidianamente? En un descuido, el gran ídolo de usted es Lázaro Cárdenas.
¿Por qué entonces, en vez de señalar a Trump de racista y querer llevar a Estados Unidos al pasado, no nos vemos tal cual somos para enfrentar esas dos características que nos acompañan, me atrevo a afirmar, desde hace siglos?
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emc