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La dignidad humana debe ser la prioridad en las políticas nacionales: Obispos de Costa Rica
Ciudad de México.— Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR) llamaron a poner a la persona y la población en el centro de las políticas y acciones del país, para asegurar que todos los ciudadanos disfruten de una vida digna y ejerzan una ciudadanía educada, solidaria y responsable.
En su mensaje, divulgado al final de la Asamblea Plenaria y tras la reciente celebración de la fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles, los prelados subrayaron la importancia de un país fundamentado en la dignidad y libertad de cada ser humano, con acceso a salud y educación de calidad, que combata la desigualdad y la pobreza en todas sus formas, y proteja a la familia y la vida.
El episcopado costarricense expresó su solidaridad más allá de las fronteras nacionales, especialmente con los pueblos de Nicaragua y Venezuela, resaltando la importancia del respeto a la libertad, la democracia y la verdad en estos países.
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“Constatamos con tristeza la situación del pueblo y la Iglesia en Nicaragua y Venezuela. Pedimos el respeto a la voluntad popular, particularmente de los venezolanos en las últimas elecciones”, señalaron, instando a la construcción de puentes en lugar de la represión de protestas legítimas y pacíficas.
En el contexto nacional, los obispos reiteraron su compromiso de acompañar a la población en su lucha por la dignidad y el bienestar, destacando que lo esencial para una nación es poner a la persona en el centro.
Subrayaron que el acceso a servicios básicos como salud y educación es cada vez más limitado en Costa Rica, debido a problemas como las largas listas de espera en el sistema de salud y el alto costo de los medicamentos.
Asimismo, señalaron la crisis educativa, que va más allá de la cuestión presupuestaria, abarcando deficiencias en la formación de valores humanos y en la calidad de la educación recibida por los estudiantes.
También hicieron un llamado a enfrentar la desigualdad y la pobreza en todas sus manifestaciones, abordando problemas graves como la inseguridad ciudadana, la violencia, el narcotráfico y las diferentes formas de crimen organizado, que continúan afectando profundamente a la sociedad costarricense.
Los obispos insistieron en la necesidad de fortalecer los lazos y valores familiares, y en proteger a las familias para que se conviertan en un factor decisivo en la protección y formación de los más vulnerables.
ebv