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¿Perderá el piso igual que su antecesor?

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¿Perderá el piso igual que su antecesor? En un descuido ya lo perdió.

Uno de los actos más sorprendentes que hemos tenido oportunidad de ver en los últimos años, no una sino varias veces, es la ceremonia donde, a nuestro Secretario de Hacienda, se le entrega un premio por méritos que, si nos atreviéremos a ser objetivos, nada tendrían que ver con la cruda realidad del desempeño del premiado.

El mejor ejemplo de lo que arriba afirmo, son los honores y distinciones que recibió, durante los años que estuvo al frente de la Secretaría de Hacienda, el Dr. Luis Videgaray Caso. Qué si Ministro de Finanzas del Año del mundo o de América, es prácticamente irrelevante; lo que en verdad importa, es la desvergüenza del quien, sin recato alguno, se dejaba adular por interesados cuando, al mismo tiempo, llevaba las finanzas públicas a la peor situación vista en México desde hace decenios.

Hoy, la historia parece repetirse, más que como tragedia, como farsa, pues como señaló Marx en el primer párrafo del Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte en el año 1852: Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa.

Hoy, el premio otorgado al Dr. Meade es la farsa porque, la tragedia fue haber otorgado, uno o varios, al anterior Secretario de Hacienda.

El actual tiene, entre sus cercanos, fama de ser un hombre prudente y mesurado, además de ajeno al oropel y el fasto, propios de una gobernación como la nuestra donde, la adulación y como suelen decir los yucatecos, el cultivo, son la regla de oro.

El anterior Secretario, mareado desde las alturas del ladrillo al cual se subía en cuanto despertaba, le gustaban las cosquillas en el ego.  Dado que dicha enfermedad no es gripe -para curarla fácil y rápidamente-, pienso que aún las disfruta y seguramente, también las necesita.

Sin embargo, por más ditirambos (Alabanza exagerada, encomio excesivo) que los premiadores le hubieran lanzado en el momento de la premiación, y de los que le lancen hoy sus colaboradores, dado el paupérrimo desempeño al frente de la Secretaria de Hacienda -junto con el desastre que construyó, con miras a construirse una candidatura la cual, más que aspiración con posibilidades de concretarse, fue siempre ilusión juvenil-, jamás tuvo méritos reales para merecer tales distinciones.

Hoy, la tragedia se ha convertido en farsa.

Al ver a nuestro actual Secretario de Hacienda recibir el Premio Bravo, y la falsa seriedad y acartonada pompa de lo que parece estar más cerca de un baile pueblerino para premiar a la Reyna del Algodón o del Trigo en alguna ciudad del noroeste del país, y muy lejos del reconocimiento merecido por el desempeño de un experimentado servidor público, cuyos méritos y logros alcanzados fueren indubitables y evidentes, veo la farsa a la que se refirió Marx.

De tener interés en ver lo que aquí señalo, ésta es la liga:
https://www.dropbox.com/s/z5pbh6q20m5di7b/161028%20aspectos%20Bravo%20Business%20Awards.mp4?dl=0

Sin embargo, lo peor de todo no son las imágenes que pudo usted ver en el video cuya liga adjunté arriba, sino algunos párrafos de la intervención del actual Secretario de Hacienda. Veamos solo dos.

Dijo, de entrada: Me han elegido como Líder Innovador del Año en reconocimiento a mi trabajo como secretario de Desarrollo Social de México. Y estoy sinceramente agradecido por esta distinción.

Lo que fuimos capaces de lograr en la Secretaría fue el resultado de los profundos cambios que están ocurriendo actualmente en México. Y esos cambios son, en última instancia, el resultado de la visión y la audacia de otra persona.

La pregunta entonces recorrió las mesas donde departían los invitados a la ceremonia de premiación: ¿Por qué entonces no premiaron a esa otra persona, ya que ella fue la de la visión y audacia? ¿Por qué premiar a quien dicen innovó en la SEDESOL? ¿En verdad hubo ahí, en los pocos meses que la encabezó el premiado, innovación alguna? ¿Innovó algo para corregir el tiradero que dejo Chayito?

Si usted leyere la intervención completa de nuestro premiado, lo menos que intentaría hacer sería, contratar una médium para que le hiciere llegar un sentido mensaje a Carlos Marx, por la justeza de agregar a la posición de Hegel estas palabras: una vez como tragedia y la otra como farsa.

La tragedia fueron las premiaciones de Videgaray y la farsa, el Premio Bravo como Innovador del Año a nuestro actual Secretario de Hacienda.

Pienso, en consecuencia, que lo dicho arriba: El actual tiene, entre sus cercanos, fama de ser un hombre prudente y mesurado, además de ajeno al oropel y el fasto, propios de una gobernación como la nuestra donde, la adulación y como suelen decir los yucatecos, el cultivo, son la regla de oro, debería empezar a ser reconsiderado debido, entre otras cosas, a sus desfiguros los cuales, dejan muy mal paradas las cualidades de ser mesurado, y ajeno al oropel.

¡Pobre país! Tanto premio y tanto premiado, y tan pocos resultados positivos que mostrar.

ebv

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