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Protestas en Chile dejan más de 10 muertos
Santiago de Chile.- El miedo a que se vuelvan a repetir los saqueos del fin de semana y que los supermercados vuelvan a cerrar en Santiago provocó a la gente a agolparse en los establecimientos, que abrieron por unas horas custodiados por militares, para hacer acopio de alimentos.
A pesar de que la situación parece más calmada que en los días anteriores, las personas compraban previendo que los disturbios, incendios y saqueos, que han dejado 10 muertos ya en la capital chilena, pudieran reproducirse en cualquier momento.
Cargados con varias bolsas llenas, carros de la compra y cualquier elemento con el que poder cargar, miles de vecinos del barrio de Peñalolén, en el este de la capital chilena, apuraban las últimas horas de servicio para comprar los productos básicos.
Así se vive la "guerra" en Chile #EstoPasaEnChile #RenunciaPiñera pic.twitter.com/5Mnzj1FuNb
— Francisca (@xFraann) October 21, 2019
Pañales, conservas, pan o agua eran los elementos que más se podían observar en la salida del local portados por las personas que ya habían podido acceder al interior.
Decenas de militares resguardaban la seguridad de una zona que en la misma tarde y noche de este domingo habían intentado arrasar con docenas de supermercados durante los tres últimos días de protestas en el país.
Desde el viernes, estos grandes centros de acopio habían permanecido cerrados, por lo que el alivio de los vecinos al ver cómo a las 09.00 hora local (12.00 GMT) llegaban los soldados para controlar la apertura hizo que salieran a hacer fila para acceder a comprar.
Sin embargo, la fila se fue haciendo cada vez más larga con el paso de las horas y miles de personas todavía estaban a la espera de acceder al recinto a apenas dos horas del cierre, ya que los militares controlaban el acceso para que no se agolparan personas en el interior.
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Cristian Praderas, vecino de la zona, explicó a Efe a la salida de sus compras que en el interior del supermercado, de la cadena Jumbo, el ambiente era normal, había productos de todo tipo y no había mucha gente gracias a la restricción de acceso.
“Dentro del supermercado se ve todo normal. Están reponiendo de todo y está tranquilo porque hay poca gente, como van entrando no hay mucha aglomeración afortunadamente”, afirmó.
“Después de haber visto ayer como intentaron saquear este Jumbo creo que es bueno (que los militares custodien el supermercado). Ojalá sigamos en este mismo orden y todo esté en paz y volvamos a la normalidad lo antes posible”, agregó Praderas.
Los soldados, desplegados en Santiago desde la medianoche del viernes al sábado tras la declaración del presidente Sebastián Piñera de estado de emergencia en la capital chilena y los posteriores toques de queda en las últimas dos noches, ayudaban a los vecinos con las compras, los carros y a cargar rápido los vehículos.
Pese a estar desplegados para resguardar el orden público, que se rompió por completo en la ciudad desde el viernes, no era difícil ver a soldados salir con las bolsas de la compra de las personas o ayudando a descargar los carritos de la compra.
La gente se agolpó en este y otros supermercados de la capital que decidieron abrir sus puertas tras el descenso de la violencia este lunes.
En todos los establecimientos, las filas se alargaban por varias cuadras y la gente farfullaba resignada viendo que se acababa el tiempo de acopiar.
Los disturbios tomaron a la ciudadanía el viernes por sorpresa tras el recrudecimiento de las protestas de escolares y universitarios contra el alza del pasaje del Metro de Santiago, una medida que el Ejecutivo de Piñera ya suspendió, pero que no calmó los caldeados ánimos en Santiago y numerosas ciudades en las que se reprodujeron los disturbios.
“Ya nos tocaba comprar, pero como esto fue tan repentino y nadie se lo esperaba que ninguno de nosotros esperó tener las despensas llenas. Nos pilló de sorpresa y vinimos, compramos y nos resguardamos ahora. Ya tenemos para al menos una, dos o tres semanas”, explicó Praderas.
EFE
ebv