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‘Querida Amazonia’, un clamor por justicia sin cambios ministeriales

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Ciudad del Vaticano.— Finalmente fue publicada la Exhortación Apostólica del papa Francisco ‘Querida Amazonía’ como fruto de la reflexión teológica y pastoral posterior a la celebración de la Asamblea Especial de Obispos para el Sínodo de la Región Panamazónica celebrado en Roma en octubre del 2019.

Lo más destacado de la exhortación es la preocupación del pontífice argentino por enviar al mundo entero algunos pensamientos específicos despertados por la crisis en la región, pero útiles para otras latitudes: “Dirijo esta Exhortación a todo el mundo. Por un lado, lo hago para ayudar a despertar el afecto y la preocupación por esta tierra que es también ‘nuestra’ e invitarles a admirarla y a reconocerla como un misterio sagrado; por otro lado, porque la atención de la Iglesia a las problemáticas de este lugar nos obliga a retomar brevemente algunas cuestiones que no deberíamos olvidar y que pueden inspirar a otras regiones de la tierra frente a sus propios desafíos”.

El Papa hace eco de los extensos clamores que los obispos y los fieles católicos del Amazonas sobre la depredación de la tierra y las dinámicas económicas y utilitaristas que destruyen las sanas relaciones humanas; y aunque se encontraba en alta expectativa por los votos positivos que los pastores de la región dieron a la posibilidad de conferir órdenes sagrados para varones casados o mujeres, el pontífice recordó los valores preexistentes ante los retos de evangelización y celebración en los rincones más alejados de la tierra:

“Esta acuciante necesidad me lleva a exhortar a todos los obispos, en especial a los de América Latina, no sólo a promover la oración por las vocaciones sacerdotales, sino también a ser más generosos, orientando a los que muestran vocación misionera para que opten por la Amazonia”.

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Ante el debate de ministerios sagrados para mujeres (diaconisas) el pontífice también invitó a la Iglesia universal a no reducir la riqueza de la Iglesia en sus estructuras funcionales: “Ese reduccionismo nos llevaría a pensar que se otorgaría a las mujeres un status y una participación mayor en la Iglesia sólo si se les diera acceso al Orden sagrado. Pero esta mirada en realidad limitaría las perspectivas, nos orientaría a clericalizar a las mujeres, disminuiría el gran valor de lo que ellas ya han dado y provocaría sutilmente un empobrecimiento de su aporte indispensable”.

Con todo, el documento pontificio hace una dura crítica a las dinámicas empresariales abusivas, a la explotación de la tierra y de la gente; reconoce que en algunos casos los propios miembros de la Iglesia coadyuvaron a la injusticia mediante actitudes de dominación: “No podemos negar que el trigo se mezcló con la cizaña y que no siempre los misioneros estuvieron del lado de los oprimidos, me avergüenzo y una vez más pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”.

En su exhortación, Francisco convoca a la coparticipación en el desarrollo de los pueblos amazónicos, con respeto por sus raíces y su tierra, con encuentro intercultural en lugar de colonización, con diálogo social transversal y reconociendo cuáles son las instituciones culturales que ‘envenenan’ las relaciones entre los pueblos y los poderes legítimos y fácticos. Recuerda que la Iglesia católica tiene mucho por ofrecer en esa copaticipación:

“La auténtica opción por los más pobres y olvidados, al mismo tiempo que nos mueve a liberarlos de la miseria material y a defender sus derechos, implica proponerles la amistad con el Señor que los promueve y dignifica. Sería triste que reciban de nosotros un código de doctrinas o un imperativo moral, pero no el gran anuncio salvífico, ese grito misionero que apunta al corazón y da sentido a todo lo demás”.

JAHA

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