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¿Todo eso logrará el secretario Meade?
Por favor, un poco de seriedad; entendámoslo de una buena vez, esto no tiene remedio.
La llegada del doctor José Antonio Meade a la Secretaría de Hacienda, y la renuncia o despido del también doctor porque, usted debe saberlo bien, en Hacienda, todos son doctores; en lo que sea, pero todos son doctores.
(Ahí, aun cuando usted lo dude, el más molacho masca riel, y el más calvo peina trenzas).
Son tantos los doctores, que jamás me he explicado el porqué de una situación que me parece anómala: Si son tan fregones y son tantos los doctores, ¿por qué dejaron que al paciente le llegare el cáncer a este nivel de difusión en todo el organismo?
¿Qué no se dieron cuenta, los doctores que lo han tratado en éste y en los sexenios anteriores, que esa enfermedad lo trae fregado, y lo tiene al borde de la tumba desde hace una buena cantidad de años? Si no ha muerto se debe, exclusivamente, al poder de la Virgen del Tepeyac. La Morenita, de por sí milagrosa, al unírsele San Juan Diego, su protección parece que ha tenido mejores efectos.
Hoy, con el paciente ya en la metástasis, decidimos cambiar de doctor; ¿qué le recetará el que llega? ¿Acaso es una medicina nueva, o una formulación novedosa para las quimias? ¿Qué tal si el tratamiento que recomiende el doctor que llega con sus enfermeros y paramédicos, no fuere aceptado por el organismo del paciente, y hubiere rechazo? ¿Imagina usted la situación en la que pondrían al moribundo?
Por otra parte, si nos atenemos a las cuatro indicaciones que el Presidente hizo al nuevo Secretario de Hacienda, habría que ser muy prudentes, en esto de festinar su concreción.
Si bien este gobierno ha hecho del anuncio toda una política pública (Anuncia, que algo queda), la realidad ha probado -por si hiciere falta-, que una cosa muy distinta es anunciar, y otra concretar éste o aquel proyecto, o hacer realidad un programa o una política pública.
Por eso afirmo, que dar por concretadas las cuatro indicaciones cuando, bien sabemos, lo ayer fue solo un anuncio más, sería una gran irresponsabilidad; sobre todo, cuando el enfermo ya está listo para la extremaunción y los Santos Óleos.
Para que se vean los alcances de las Cuatro Indicaciones al nuevo Secretario de Hacienda, aquí las transcribo:
A la tarea que hoy le estoy confiando, como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, le encargo las siguientes instrucciones:
Primera indicación. El Proyecto de Paquete Económico 2017, que se presente al Poder Legislativo deberá contribuir a la consolidación de las finanzas públicas, logrando por primera vez en muchos años un superávit primario.
Esto significa que los ingresos de la Federación deberán ser mayores que sus egresos, antes de cubrir el costo financiero de la deuda pública y los pasivos garantizados por el Gobierno Federal.
Segunda indicación. El nuevo titular de la Secretaría de Hacienda deberá continuar con la aplicación de medidas de responsabilidad fiscal, a fin de contener y estabilizar el crecimiento de la deuda del sector público como proporción del Producto Interno Bruto.
Tercera indicación. El esfuerzo necesario para garantizar la estabilidad macroeconómica deberá ser a cargo de un ajuste en el gasto público de la Federación; es decir, le tocará al Gobierno de la República apretarse el cinturón, no a las familias, ni a las empresas de México.
En este sentido, refrendo mi firme compromiso de que no habrá nuevos impuestos, ni aumentos a los existentes.
Insisto, el ajuste recaerá en el Gobierno y no en la ciudadanía.
Por ello, la cuarta indicación al Secretario de Hacienda es no sólo contener el nivel de gasto público, sino, también, mejorar la calidad del ejercicio.
Esto significa, privilegiar los proyectos de inversión y los programas sociales más efectivos contra la pobreza, así como reducir el gasto corriente y los gastos innecesarios.
Las cuatro Indicaciones, no parecerían tan difíciles, dada la capacidad de la cual se nos ha hablado una y mil veces del que se fue; ¿si es tan capaz, inteligente, visionario y casi casi todopoderoso, por qué no las pudo concretar?
¿Acaso esas cualidades, casi dignas de uno de los Superhéroes, era puro choro mareador? ¿El superhombre, resultó un fiasco, una pompa de jabón?
Por otra parte, si revisamos con cuidado la tarea titánica que implican esas Cuatro Indicaciones, y sin querer ser aguafiestas, pienso que va a suceder lo mismo que con el que se fue, sólo habrá anuncios, manejo tramposo de las cifras y explicaciones supuestamente técnicas.
Sin embargo, esperar la concreción de aquéllas y logros palpables de resultados para empresas, agentes económicos privados y consumidores, ni lo sueñe.
¿Y usted, qué posibilidades le da al que llega, de volver realidad esas Cuatro Indicaciones? ¿La verdad? Yo también, ninguna.
Al final del día, sin querer jugarle al adivino, pienso que deberíamos ser más objetivos y dejar de lado todo choro mareador; esto, empezará a componerse cuando truene como ejote. ¿Y antes de ese punto? No sueñe por favor, seamos realistas, y preparémonos para cuando llegue la debacle.
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