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De las crisis a los nuevos modelos económicos

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Ciudad de México.— Cuando los economistas hablan de la crisis económica producto de la pandemia del Covid-19, suelen comparar algunos indicadores de la crisis financiera del 2008.

Sin embargo, Virginia Aspe Armella, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN), ofreció una perspectiva diferente al respecto.

Señaló que antes de la crisis sanitaria en México “ya se estaba dando un choque de dos enfoques, por un lado la modernización del país desde hace 36 años y por otro el nuevo enfoque político económico del presidente Andrés Manuel López Obrador”.

Este último, poniendo primero los derechos sociales y centralizando el gobierno, con gran énfasis en la ejecución de los grandes proyectos como Dos Bocas y Santa Lucía, en la búsqueda de ordenar el sistema económico nacional, cuyo propósito está en fortalecer las bases regionales y populares.

Este choque político, económico y social en México, se ha acrecentado debido a la crisis mundial, dando como resultado un estancamiento del 10% en la inversión privada y extranjera en el país.

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Pero aunque no se puede comparar con la crisis del 2008, si permitirá detectar las causas de un modelo que debe cambiar, como sucedió hace más de una década. En ese entonces fue un problema financiero que se volvió económico, el mercado no se autorreguló, explicó Virginia Aspen.

Fue allí, cuando los economistas como Amartya Sen, premio Nobel de Economía, aprovecharon el quiebre para proponer el modelo social de desarrollo, basado en organizaciones económicas (entre ellas la empresa) con responsabilidad social, dando paso a una económica con la variable humanista, comentó la doctora en filosofía.

Concluyó que un esquema social responsable en la quiebra de una empresa, se cumplirían ciertos pasos: primero la empresa deja de pagarle a la comunidad los proyectos de cultura y filantropía, luego suspende pagos al banco, por tercero detiene los pagos al fisco, cuarto suspende los dividendos a accionistas y deja de pagar sueldos a directivos y hasta el último paso a los trabajos más modestos.

Explicó que en las organizaciones económicas democráticas, nunca ha habido hambrunas. Este modelo permite regresar la economía al lugar que le compete y no a la esfera pública del gobierno; el empresario hace la tarea responsable de cumplir con lo que le toca y el Estado también.

Aseveró, éste modelo frena la violencia, porque el obrero se siente parte de la organización económica y no subyugado por ella y por último el que hacer social tiene un efecto cualitativo, no sólo cuantitativo, sobretodo cívico y eso sube el nivel de la Nación, concluyó Aspe.

Siete24.mx

ebv

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