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Innovación: ¿por qué es importante el cambio en las organizaciones?

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La innovación se vuelve una habilidad y una competencia que las empresas tienen que desarrollar en su estrategia, a través de la implementación de nuevos procesos, ideas, prácticas, productos, servicios, tecnología, o todo cambio que genere crecimiento y mejor productividad, para seguir siendo relevantes y no quedarse atrás en un mercado cambiante y competitivo.

De acuerdo con Francisco Vaca Gómez, líder de la Práctica de Innovación de Advanced Management Consulting Group (AMCG), más allá de asociarla a la tecnología, la innovación en una organización puede aplicarse en otras áreas, como pueden ser el lanzamiento o mejoras de los productos o servicios, en resolver problemas comerciales o, simplemente, hacer que un proceso que ya existe sea más eficiente.

“Estamos experimentando un contexto muy volátil e incierto que “tensa” la estrategia de las empresas ya que, posiblemente, se diseñaron para momentos más estables y predecibles. Mucho de la estrategia en una empresa tiene que ver con innovación, que no es otra cosa que ir conectando patrones emergentes, con soluciones que no han visto, desarrollado, ni explotado. Con la innovación, una organización se enfrenta a lo nuevo, a lo inesperado y al reto de lograr cosas que nunca antes ha intentado”, señaló el también socio de la firma enfocada en la implementación de mejores prácticas en gestión directiva.

Para eso, las compañías primero deben identificar sus necesidades y el problema a resolver; después, crear una estrategia con diversas herramientas que le permitan ofrecer resultados clave, independientemente del tamaño o sector, pero con la ayuda de un aliado estratégico, como una consultora experta en innovación.

“Siempre que hay innovación, la complejidad está dentro de la empresa. Como especialistas, ayudamos a plantear herramientas, procesos, cultura, prácticas, dirección, para que puedan enfrentar los diversos retos u objetivos estratégicos que se plantean, usando la innovación como un medio para lograrlo. Para nosotros la innovación no es un fin, es un medio para asegurar el cumplimiento de las estrategias organizacionales; esto puede ser desde cosas pequeñas hasta cosas grandes”, explicó.

Vaca Gómez consideró que, como no hay un determinismo en este proceso, la clave para una empresa es encontrar una visión diferente de su negocio, aunque es una labor complicada debido a que las organizaciones y sus directivos no están acostumbradas a ser pacientes y, mucho menos, a fracasar.

“En innovación no hay líneas rectas, empiezas con una hipótesis que evoluciona y tienes que ir aprendiendo y validando. No se gestiona como los proyectos tradicionales, pues después de definir un alcance descompones, construyes, haces una ruta crítica y coordinas todo el proceso ejecutivo. Hay que entender que en la innovación puede haber más fracasos que éxitos; aquí se puede definir el destino final pero no el camino para llegar ahí”, apuntó.

Liderazgo, con visión diferente

Asimismo, el especialista consideró que para esta nueva conceptualización, lo más importante serán las personas y no tanto los métodos, pues se requiere trabajo en equipo, con una colaboración muy horizontal, donde además de la comunicación, se trabaje de forma muy intensa, lo que para muchas empresas es difícil “porque están acostumbradas a usar estructuras verticales y que haya quien los vaya enlazando”.

Para Francisco Vaca también debe existir un liderazgo distinto, que se ocupe en cómo vencer todas las resistencias que habrá alrededor lo novedoso; por ejemplo, los equipos de trabajo necesitan herramientas colaborativas ya que los riesgos son mucho más grandes, y los temas de cultura y los conflictos afloran con mayor intensidad.

Agregó que en México cuesta encontrar empresas paradigmáticas, debido a que existen muchas que en realidad no han innovado, sino que han hecho mejoras incrementales, pero de manera lenta, por lo que requieren con urgencia otro tipo de aproximaciones por las amenazas y oportunidades que surgen.

“Las empresas mexicanas no están preparadas, ni organizadas; les faltan cultura, métodos, procedimientos, recursos, y muchas cosas más. Si las personas están trabajando todo el día, resolviendo problemas de la operación, no se puede hacer innovación. Ésta requiere velocidad, rápida retroalimentación, ideas validadas, no sólo es un tema de recursos totalmente, es de cultura y de conductas; pero no es fácil hacerlo”, finalizó.

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