Negocios
México analiza regulación de alternativas para el consumo de tabaco y nicotina
Ciudad de México.— En el entendido de que México necesita mayores avances en materia de salud pública, legisladores y autoridades continúan el debate sobre las reformas a la Ley del Tabaco que promueven la regulación de productos alternativos al cigarro convencional.
Aunque existen voces que sugieren el camino de la prohibición, actualmente existen más de 15 iniciativas que argumentan que la regulación de estos productos beneficiaría a los más de 15 millones de fumadores que existen en el país, como sucedió con más de millón y medio de usuarios que optaron por estas opciones y lograron dejar el cigarrillo.
La industria tabacalera, organizaciones civiles y expertos independientes coinciden en involucrar a todas las voces pero sobre todo a figuras claves en este diálogo, como lo son los consumidores y la ciencia, para trabajar en conjunto por la erradicación de los cigarros y sustituirlos por mejores alternativas que impacten directamente en los fumadores adultos y, en consecuencia, en el resto de la población.
Las alternativas al cigarro son productos que permiten consumir nicotina sin combustión, como vapeadores y los cigarros electrónicos, que contienen nicotina líquida que se calienta y evapora al encender el aparato. También existen los productos de calentamiento de tabaco, que solo calientan y no queman el tabaco, que según evidencia científica no es la causa principal de las enfermedades relacionadas con fumar, sino que son causados por las sustancias generadas durante la combustión.
Estas opciones coinciden en que su consumo no requiere combustión y, por tanto, son libres de humo, que es precisamente la principal causa de las enfermedades asociadas con fumar; por lo tanto, son alternativas menos nocivas que el cigarro. Sin embargo, estos productos no pueden considerarse productos completamente libres de riesgo, por lo que deben someterse a una regulación para su control, análisis y mejores resultados.
En otros países, la apertura a estos productos se ha realizado con éxito. Por ejemplo, se calcula que IQOS -dispositivo de calentamiento de tabaco de la compañía Philip Morris– ha llegado a más de 60 países, de los cuales, 12 millones han dejado por completo el consumo de cigarros y lo han cambiado por los calentadores de tabaco. El logro más emblemático de este sistema se presentó en Japón, donde el consumo de cigarros ha disminuido 27 por ciento en cinco años, mientras que Reino Unido reconoce que esta alternativa ayuda a los fumadores a reducir riesgos a su salud.
En el caso de Estados Unidos, tras varios años de estudios e investigaciones exhaustivas e independientes, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó la comercialización de IQOS como un “producto de tabaco de riesgo modificado”, tras concluir que cuando una persona sustituye los cigarros por esta opción, reduce la exposición a los tóxicos del humo del cigarro y concluyó que no existe combustión.
Como ha sucedido en estos y otros países con la prohibición de vapeadores, e-cigarettes y dispositivos de tabaco calentado, hoy México se enfrenta al problema de mercado negro, que sin control sanitario y garantías, representan un riesgo creciente para los consumidores, que además ven atentatado su derecho a la libre elección.
“Se debería complementar la política de Control de Tabaco a través de incorporar la regulación de alternativas. Quienes promueven la prohibición de alternativas al cigarro, seguramente con las mejores intenciones, están eligiendo la peor solución posible. Por un lado, privan al fumador adulto de opciones menos dañinas que el cigarro convencional; y por el otro, no consideran que toda prohibición fomenta un mercado negro sin control sanitario y un riesgo creciente para los consumidores”, considera Andrzej Dabrowski, CEO de Philip Morris México.
LEE Alternativas al cigarro, un paso importante para la salud pública
ebv