Análisis y Opinión
A mí me daría vergüenza
Sería para que les diera vergüenza a nuestras autoridades, si es que la conocen, el hecho de que los padres de niños con cáncer se encuentren a las afueras de la Secretaría de Salud Federal en huelga de hambre.
Y digo esto, porque no es posible que haya pasado mes y medio, poco menos del tiempo de la llegada del Coronavirus a nuestro país, y los niños con cáncer no tengan el medicamento que necesitan para continuar con su tratamiento. Pero mire, es probable que sí les da algo de vergüenza ya que ni siquiera los reciben.
Los padres de estos pequeños aseguran que esta vez harán más presión luego de que según comentan, los medicamentos “aparecen como por arte de magia” cada vez que se manifiestan, pero al pasar tres o cuatro días, se vuelve a terminar. Habría que estar en el lugar de estos padres para sentir esta impotencia.
El articulo 24, Fracción 1 de la Convención de los Derechos del Niño de la UNICEF, establece textualmente que “Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud. Los Estados Partes se esforzarán por asegurar que ningún niño sea privado de su derecho al disfrute de esos servicios sanitarios”. Y En la Fracción 2 inciso b se establece que hay que “Asegurar la prestación de la asistencia médica y la atención sanitaria que sean necesarias a todos los niños, haciendo hincapié en el desarrollo de la atención primaria de salud”.
En base a lo anterior y viendo la situación de los niños con cáncer, el gobierno mexicano no está cumpliendo con esta Convención, a pesar de que México es uno de los Estados firmantes de la misma.
Ahora bien, si el simple acto de no hacer todo lo posible por brindar esta atención a los niños con cáncer es por demás inadmisible, lo es todavía más si en estos dos meses se olvidaron de ellos debido al Coronavirus; ya que, simple y sencillamente los hospitales no han contado con los medicamentos. Digo esto para evitar que se culpe a los Directores de los nosocomios infantiles que dependen de que se les surtan los medicamentos necesarios para dar la atención. Y a esto súmele el hecho de que los padres no hayan tenido otro remedio más que plantarse a las afueras de la Secretaría de Salud a hacer una huelga de hambre y esperar a que la “apretada agenda” de los titulares de esta dependencia tenga un espacio para recibirlos. El resultado, más de 48 horas en huelga de hambre, dos madres con problemas de presión arterial y la negativa de recibirlos a la hora de escribir estas líneas. Insisto, a mí me daría vergüenza.
Es de entender que la austeridad republicana evite a toda costa el despilfarro en el presupuesto federal, pero hay temas en los que no se puede actuar así. La salud infantil es y deberá ser siempre la prioridad en todo gobierno, como lo es en una familia, y si se trata de investigar si en la compra de estos medicamentos se han cometido actos de corrupción, pues entonces a investigar pero sin dejar de surtir lo necesario y siempre comprar al mejor costo, no al más barato, por aquello del ahorro.
No sé a usted, pero a un servidor le indigna que por encima de la salud de los niños, con cáncer o sin cáncer, estén otras prioridades por parte de los que dicen manejar este país y que si bien es cierto que el Coronavirus ha ocupado la mayor atención en estos días, es impensable que por lo menos no hayan designado a una persona que se ocupe directamente de este problema, que además de llevar muchos meses más sin solución, tiene al filo de la muerte a decenas de niños inocentes.
José Luis Arévalo
Periodista
www.siete24.mx
@jlanoticias
@jarevalop