Análisis y Opinión

Utilizar “mejores prácticas” significa copiar

Publicada

on

Durante muchos años se le ha vendido a las organizaciones la conveniencia de adoptar “mejores prácticas de negocio” con la promesa de mejorar su desempeño y lograr los objetivos de negocio. Este término se refiere a aquellas prácticas de trabajo que han sido utilizadas por varias empresas y que se ha comprobado que son exitosas, es decir, que esas prácticas logran los resultados que las empresas están buscando. Podemos referirnos a un proceso de negocio, a una forma de organizar el trabajo y estructurar la definición de roles y responsabilidades o incluso, a la manera adecuada de operar una herramienta para obtener el máximo beneficio de la misma.

La mayoría de las plataformas tecnológicas que se comercializan en el mercado organizacional mantienen la promesa de que fueron desarrolladas a partir de esas “mejores prácticas” y que por lo mismo, el cliente que las adquiere debería adoptar completamente la nueva forma de trabajo que los consultores le indicarán para obtener los mismos beneficios. De hecho, una firma de consultoría de negocios puede subir sus tarifas bajo el argumento de contar con “mejores prácticas” debido a sus proyectos a nivel mundial y que estará dispuesta a poner a disposición de sus clientes para que sean adoptadas, prácticamente a ciegas.

Infinidad de metodologías y herramientas son adquiridas por las organizaciones debido a que las firmas que las desarrollaron les ofrecen un éxito garantizado porque sus productos fueron desarrollados a partir de las mejores prácticas o que en sí mismas, constituyen una mejor práctica.

Todo esto hace que me cuestione de dónde surgen esas “mejores prácticas”. ¿En qué momento alguien apostó por no copiar a los demás y mejor tratar de diferenciarse para ser más competitivo?

En mis inicios como consultor, trabajando para una firma de desarrollo de sistemas, era mucho más sencillo entender cómo un programa hecho a la medida, es decir, un sistema informático que se mandaba a desarrollar para satisfacer una necesidad específica de un cliente, podía marcar una diferencia en el mercado. De pronto, las empresas de desarrollo comprendieron que era más negocio hacer el sistema una vez y venderlo varias veces a distintos clientes y me parece que ahí fue donde cambió el paradigma. Las empresas de tecnología buscaron a las firmas de consultoría para que ofrecieran sus sistemas pagándoles jugosas comisiones y la posibilidad de que se quedaran con todo el negocio relacionado a los servicios de configuración e implementación.

A partir de ahí, nos han convencido de que lo mejor para una organización es copiarle a las demás. Nos han vendido el concepto de mejores prácticas de manera errónea y hemos caído en la trampa comercial pensando que comprar un sistema y hacer las cosas tal y como fue configurado nos traerá una ventaja competitiva en nuestro mercado. ¿De verdad? ¿No les parece ilógico pensar que ser competitivos significa copiar y estar igual que los demás?

Sin duda tampoco debemos tratar de inventar el hilo negro cuando se trata de resolver un problema o impulsar alguna ventaja competitiva en nuestro modelo de operación y por supuesto que es de mucho valor conocer lo que han hecho otras empresas en situaciones similares para aprender de eso, pero entendiendo que el contexto siempre será distinto y que cada empresa, aún y cuando pertenezcan al mismo grupo empresarial, tendrá particularidades que se deberán tomar en cuenta para adaptar cualquier práctica exitosa que pueda parecer atractiva de implementar.

En mi experiencia, nada aplica exactamente igual para todos. No me refiero simplemente a temas de configuración sino que antes de intentar copiar una mejor práctica se debe buscar primero hacer un análisis real de la situación de la empresa, entender las variables que impactan la situación, identificar lo que se busca resolver o lograr y entonces diseñar la solución a la medida de nuestra organización. Las mejores prácticas no son para copiarlas sino para analizarlas, aprender de ellas y tomar lo que nos parezca útil y relevante para complementar la solución que nosotros diseñamos.

Debemos mantener el foco en buscar ser diferentes de nuestra competencia y tratar de ser siempre mejores que los demás, y no en dedicarnos a gastar todo nuestro presupuesto en copiar lo que un consultor o asesor nos vende, simplemente porque es una “mejor práctica”. Si lo logramos, quizá el día de mañana ya no busquemos implementar en nuestra organización mejores prácticas sino seamos los que desarrollemos las “Nuevas Prácticas”.

LEE ¿Tu objetivo es hacer o lograr?

haga clic para comentar

Te Recomendamos

Salir de la versión móvil