Columna Invitada
El Dilema Educativo
¿Por qué SÍ deben regresar los niños y jóvenes a las aulas?
Me podrán sacrificar por lo que voy a escribir. He leído cientos de comentarios de madres y padres de familia diciendo un rotundo “No” respecto a la posibilidad del regreso a las aulas de sus hijos. El argumento principal es porque ellas y ellos aman a sus hijos, que porque como los quieren mucho entonces no resultan ser un estorbo en casa, porque no los van a exponer a la enfermedad, que no permitirán que regresen hasta que los vacunen y dejen de estar en riesgo de contraer el virus y un largo etcétera.
Sin embargo, aquí mis razones para no estar de acuerdo en que los niños y jóvenes permanezcan aislados en casa.
1.- De las pocas cosas que tenemos la certeza es que la vida es un cambio permanente. Debemos aceptar la transformación buena o mala, como venga, pero aceptarla aunque no nos guste. Hace poco más de un año ni remotamente nos podríamos imaginar la terrible realidad que estaríamos viviendo, en donde no sólo hemos perdido conocidos, amigos y familiares, sino que en muchos casos, nuestros cercanos tendrían que vivir por meses o de por vida con las secuelas que el Covid-19 les causó en el organismo. No tenemos alternativa más que aceptar que nos encontramos en una nueva realidad y aprehender a vivir con eso. El virus no se va a ir, y aunque afortunadamente ya tenemos una vacuna que nos está llegando de manera paulatina, con enormes esfuerzos que está haciendo nuestro país por vacunarnos, el virus no va a desaparecer, por lo tanto nuestra única opción es adaptarnos a vivir con esta nueva realidad.
2.- Las niñas y los niños infectados menores de 10 años son menos contagiosos que las personas adultas. De acuerdo con la UNICEF, los niños y niñas menores de 18 años representan alrededor del 8.5% de casos contagiados de COVID-19, con relativamente pocas muertes en comparación con otros grupos de edad. Así que las niñas y los niños infectados menores de 10 años son menos contagiosos que las personas adultas; los estudios sobre contextos educativos en donde las escuelas reabrieron, sugieren que las escuelas no se asocian con un aumento de contagios a nivel comunitario. La mayoría de los casos las escuelas han reabierto junto con la implementación de varias medidas para eviatar la propagación del virus.
3.- No se puede vacunar a niños menores de 16 años. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la vacuna sólo se ha probado en niños mayores de 16 años, por lo tanto, no se puede vacunar a niños menores de 16, incluso si pertenecen a un grupo de alto riesgo, esta es una de las razones por las que en México el Gobierno Federal está priorizando vacunar a docentes. Y aunque en Estados Unidos ya se autorizó vacunar a niños entre 12 y 16 años, la Organización Mundial de Salud todavía no ha dado luz verde para que esto ocurra de manera global, pero si así lo autorizara ¿acaso los niños menores de 12 años no podían regresar a las aulas?
4.- Riesgos en la economía y otras razones. A mediados de abril, la UNICEF urgió a México a abrir las escuelas, alguna de las razones que menciona, son el retroceso en los avances alcanzados, la gran posibilidad de que la desigualdad aumente, además de los graves riesgos que la economía sufrirá durante las generaciones futuras que tomará años en recuperarse: antes de la pandemia existía una crisis de educación en nuestro país. De acuerdo con las evaluaciones de aprendizaje PLANEA 2018, casi el 80% de las niñas y niños mexicanos no alcanzaban los aprendizajes esperados en las áreas de comprensión lectora y matemáticas.
La evidencia del impacto de la pandemia en el mundo también demuestra que con el cierre prolongado de escuelas, el riesgo de abandono escolar se incrementa.
5.- El confinamiento ha agravado los niveles de violencia, que ya de por sí sufrian nuestros niños y jóvenes en el hogar. Por lo que su permanencia prolongada en casa, crea un contexto de aislamiento social, sin posibilidad de recibir apoyo de un docente o de una persona de confianza para poder pedir ayuda. Además, estudios existentes han demostrado que el ciberacoso en línea contra niñas, niños y adolescentes en la pandemia, ha aumentado a niveles alarmantes, dejándolos en un estado de profunda vulnerabilidad.
6.- Las consecuencias que pueden tener nuestros niños y jóvenes de pasar horas frente a una pantalla de televisión son múltiples. El aprendizaje se está viendo terriblemente afectado ante la falta de socialización tanto con sus compañeros como con sus docentes. Está demostrado que el aprendizaje debe estar de la mano con estímulos emocionales que son prácticamente imposibles de obtener a través de una pantalla de televisión o digital. Adicional a esto, el sedentarismo y la falta de actividad física también están permeando la salud de niños y jóvenes. Factores físicos y psicológicos como el sobrepeso, la obesidad, la ansiedad y la frustración están alterando la vida de los más jóvenes.
Es cuestión de derechos humanos fundamentales. Por lo tanto, con todas las medidas necesarias que deben implementar las instituciones académicas para poder llevar a cabo esta nueva normalidad, como lo son estrictos controles de limpieza, sana distancia, evaluaciones médicas de manera rutinaria, etc. Nuestros niños y adolescentes deben regresar a las aulas para preservar su libre desarrollo y sus derechos humanos fundamentales.