Análisis y Opinión

Conociendo a los amigos de tu hijo(a)

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Todos los padres queremos conocer a los amigos de nuestros hijos, porque sentimos que cuando los conocemos sabremos quienes pueden ser “buenos amigos” y quienes merecen ser llamados “malas influencias, justo como nuestros padres juzgaban a nuestros amigos. Sin embargo y como lo comenté en el artículo “La mejor defensa…el autoestima” es que si logramos desarrollar un autoestima alto en nuestros hijos, no habrá que preocuparnos tanto por quienes son los amigos de nuestros hijos y como también mencioné en ese artículo, ya haré uno en el que comenté a detalle a las “malas influencias”.

La intención de este artículo, es comentar las ventajas de poder conocer más de cerca a los principales amigos(as) de cada uno de nuestros hijos(as) sin ser demasiado intrusivo en su relación pero entendiendo tanta de la dinámica de relación como los puntos importantes de cada quien en su relación con nuestro hijo(a). Al final, lo que se logra con esto, es la idea central del blog, el poder establecer una relación individual con cada hijo(a) que nos permita, no solo poder ser su guía en su camino hacia su propia vida, sino el convertirnos en parte relevante de su vida, incluso cuando ya son ellos responsables y no dependientes de nosotros.

Aunque sigue teniendo vigencia el que padre sea solo una figura autoritaria, cada vez es más común que ya no sea solo eso, sino que interactúe con sus hijos no solo como integrante de la familia, sino incluso en situaciones solo de 2.

El hecho de conocer bien a los amigos de nuestros hijos(as) es importante desde la infancia, aunque se convierte en relevante entre la adolescencia y la juventud, porque es con esos amigos con quien vivirá experiencias dignas de ser contadas y comentadas y en la medida que nosotros (los padres) tengamos cercanía con ese grupo de amigos, estaremos enterados y podremos aconsejar, comentar y hasta opinar sobre esas experiencias.

Cuando los hijos llegan a adolescencia y de ahí en adelante, empiezan a ser más individuos que miembros de la familia, es decir, empiezan a valorar más el tiempo que pasan solo o en compañía de sus amigos(as) y en esta etapa de su desarrollo es normalmente cuando a los papás se nos complica más el tener interacción con ellos, ya sea en una actividad familiar o en una actividad de padre-hijo(a), pero es también la edad en la que los padres sentimos más apremio en establecer estos vínculos, porque es cuando es más importante para nosotros el poder guiar sus acciones, apoyar sus decisiones y tener su confianza para que nos consulten las dudas que seguramente le llegarán casi en cascada.

En mi caso particular, yo resolví este tema, siendo el papá oficial para llevar y traer a mis hijos y casi siempre uno, dos o tres de sus amigos de las primeras y posteriores salidas de noche. Y la verdad es que es también una gran oportunidad de involucrarse en las situaciones que es van ocurriendo o de las cuales son testigos, siendo el adulto más cercano para dar su opinión en estas anécdotas o vivencias juveniles.

Como ya lo he comentado en escritos anteriores, mis hijos se llevan entre sí, más de 6 años y esto ha hecho que tenga algunas experiencias curiosas porque los hermanos menores hacen muchas cosas que ven que hacen los mayores sin entender que algunas de estas acciones dependen de la edad de cada uno.

Por ejemplo, cuando mi hija iba en segundo de secundaria, mi hijo estaba en segundo de primaria y como el oía que mi hija algunos días me decía, Papá, hoy no pases por mí a la escuela, porque voy a ir a casa de x amiga porque tenemos que hacer un trabajo en equipo y yo te aviso cuando pases por mí en la tarde a su casa, entonces un día mi hijo, me dijo lo mismo y a mí me causo gracias, pero tuve que decirle, mira a tu edad, me tiene que hablar la mamá o el papá de tu amigo para que yo me ponga de acuerdo con ellos, porque ustedes no están en edad de decidir sin la autorización de los adultos. Y como esta, varios comentarios de mi hijo de primaria que pensaba que si su hermana hacía lo que hacía él también podía.

Me acuerdo de una, en la que no seguí mis lineamientos y cuando mi hijo me comentó que el sábado que era el cumpleaños de un amigo suyo, la familia del cumpleañero, nos había pedido que nos viéramos a las 9:00 AM en la escuela porque de ahí se los iban a llevar Six Flags y en la tarde, los regresaban a la escuela y yo pasaba ahí por él.

La verdad era un plan más o menos común, ya lo habían hecho otros papás y no me tomé lo molestia de confirmar con la mamá de ese amigo, a quien por cierto conocía muy bien. Así que el sábado, nos levantamos, desayunamos y me fui a la escuela a esperar que pasaran por él. Después de esperar como media hora y habiéndole preguntado a mi hijo 3 veces si era seguro que era ese día y el confirmármelo, pues decidí, para no presionar a la mamá del festejado, llamarle al papá de otro de los invitados para ver porque no había llegado y cuando me dice que ellos estaba en un bautizo en Toluca y que no tenía idea de la invitación a Six Flags que yo le comentaba, pues decidí hablarle a la organizadora.

Ella, por supuesto, me dice que ese plan nunca lo organizó ella, que si le había comentado a sus hijo que lo podrían hacer algún día, pero que no habían puesto fecha, pero que su hijo si le había comentado que entre ellos (El grupo de amigos que se llevaban) habían decidido que fuera ese sábado pero que pensó, que solo era algo que habían planeado ellos y ya. Hasta ese momento fue que le pregunté a mi hijo, que me contara a detalle el plan y descubrí mi gran error, no hice lo que yo siempre decía que se debía hacer, no confirmé con ningún adulto y nos quedamos casi 45 en el coche afuera de la escuela esperando por algo que nunca iba a pasar.

Yo no podría decir si antes sucedía con frecuencia o si ahora es muy común pero mis dos hijos tienen amigos desde primaria con los cuales fueron creciendo y desde entonces han mantenido una amistad muy entrañable y claro, eso hacía para mí, que al haber estado presente en la vida de cada uno de mis hijos desde la infancia, en la adolescencia y juventud, hasta sus amigos los veía como extensiones de mis hijos y el que pudiera participar de sus conversaciones no solo no era intrusivo sino que era motivado por ellos mismos. Sin embrago el grupo de amigos de cada uno también fue creciendo mientras ellos crecían y no sé si fue por mi o por mis hijos pero incluso los nuevos amigos que se iban incorporando a la vida de mis hijos, no me veían como un adulto intrusivo del que había que desconfiar, sino que me involucraban en preguntas, comentarios e incluso consejos.

Cada hijo es particular, esto es algo que he repetido en muchos escritos, pero que es muy cierto. Por ejemplo, una de mis sorpresas fue cuando mi hija me explicó sus teoría de los amigos y es que para ella, los grupos de amigos eran mutuamente excluyentes, entonces no debía mezclarse. Estaban los amigos de la escuela y los amigos con los que sales y aunque podía tener grandes amigos en ambos grupos, se deberían mantener separados, incluso cuando había amigos que de la escuela pero que pertenecían al grupo de los que salen, entonces la relación importante con ellos no era en la escuela sino cuando salían. Mi hijos en ese sentido era más práctico, el sí mezclaba todos sus grupos de amigos y no le ocasionaba ningún conflicto.

Retomando el tema de como poder conocer más a detalle a los amigos de nuestros hijos, comentaba renglones más arriba, que la forma en la que yo logré eso, fue siendo el “Papá designado” para llevar y traer a mis hijos y amigos de sus salidas de noche y lo que si les puedo decir es que son unos minutos muy valiosos para conocer no solo a las personas sino las dinámicas de los grupos de personas y entonces se tienen mucho elementos valiosos a la hora de aportar comentarios o consejos para nuestros hijos e incluso para sus amigos(as). Lo que sí es muy importante aquí y lo platicaba en el artículo titulado Ser y dejar ser es que hay que tener una mente amplia porque se escuchan cosas que a lo mejor preferiríamos no escuchar pero que cuando las escuchamos y no imponemos nuestra postura por ser “los que tenemos la experiencia” te ganas la confianza y hasta la admiración del clan y ya no te ven ni te verán con un ajeno a su grupo, sino como un guía del mismo y de esa manera, ganas puntos valiosos en el desarrollo de tu relación individual con cada hijo(a).

Al día de hoy, yo nunca le he mandado solicitud de amistad en FB a ningún amigo ni mi hija ni de mi hijo, sin embargo nunca me negaría a aceptar la solicitad de amistad de alguno de sus amigos y cuento con varios de ellos dentro de mi FB y para mí es un gusto poder seguir comentando en sus posteos pero sobre todo que ellos comenten en los míos.

Todos los amigos de mis hijos que tengo en FB e incluso los que no tengo son seguidores de mi blog y tengo que decirlo, son los que obligan a ser honesto en lo que escribo, porque conocen todas las anécdotas que describo en los escritos. Así que no puedo ni mentir ni exagerar, pero si logro causar empatía en ellos, creo que les podrá servir para cuando ellos estén en la situación de ser padres, podrán tomar estas experiencias para decidir cómo quieren ser como padres.

Y para aquellos que no me conocen, podrán descubrir más formas y oportunidades de crear vínculos individuales con cada hijo(a) que les permita, lo que siempre digo, ser una parte importante de la vida de sus hijos, en todas las etapas de su vida.

Este escrito es en honor y agradecimiento a los amigos de mis hijos, los que fueron y los que aún los son, gracias por permitirme ser parte de su clan, gracias por sus enseñanzas, pero sobre todo, gracias por su amistad!

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