México

Llegó la hora

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Con 65 años, Andrés Manuel López Obrador, llega a la cita más importante de su historia, que es en gran medida la historia del México reciente.  

Todo comenzó en 1986, cuando Cuauhtémoc Cárdenas, al frente de un reducido grupo de mujeres y hombres, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Cesar Buenrostro, Celia Torres, Fernando Sánchez, Francisco Garduño, Francisco Arellano, Arnoldo Souza, Andrés Manuel López Obrador, entre otros, constituyeron la Corriente Democrática y con ello, colocaron un obús en plena línea de flotación del PRI.  

Se inició así, la disputa por la nación.  

Estos 32 años, son la historia de dos grupos con visiones antagónicas sobre el destino del país. Los neoliberales, versión moderna de los conservadores del siglo XIX y de los científicos del porfiriato, que hicieron del PRI y del PAN, su instrumento de expresión política. 

Y por otro lado, lo que llamo, los nacionalistas de izquierda, que tienen en los liberales de la Reforma y en los revolucionarios antiporfiristas, sus antecedentes. Y que construyeron primero el PRD y luego MORENA para disputar el poder. 

La campaña presidencial de Cárdenas, constituyó el punto de encuentro, entre los nacionalistas y las izquierdas y con ello, la elaboración de un proyecto de nación, contrapuesto a la visión neoliberal. 

Sin escrúpulos, los neoliberares han recurrido al fraude para hacerse del poder y mantenerse en él. Han hecho uso de la violencia para eliminar a sus adversarios. Han comprado voluntades y doblegado conciencias críticas. Sin miramientos, han modificado el marco legal para “legalizar” su régimen de saqueo y corrupción. 

La oligarquía neoliberal se siente dueña de México.  

Frente a ellos, en un mar de contrariedades y contradicciones, hemos construido un movimiento político, que representa la defensa de los intereses de la mayoría del país, y que hace de la Democracia, la Justicia, la Igualdad, la Soberanía y la Paz, los pilares de una nueva Patria.  

Durante tres décadas, con gran paciencia, se fueron formando los cuadros necesarios para los retos del porvenir. Desde la oposición beligerante hasta las responsabilidades de gobierno. Desde el barrio, el ejido, la comunidad, el centro de trabajo, la escuela, el parlamento, hasta las iniciativas nacionales, las consultas, la defensa del patrimonio de los mexicanos.  

Con muchas noches de oscuridad, de fracasos, de duelos, de rabias, de despojos, de desencantos, de desafuero, de lágrimas, y algunos días luminosos de victorias, de alegrías, de esperanza. Así con tesón y constancia, como la gota que no deja de caer sobre la piedra, han madurado los cuadros necesarios para el asalto al cielo. 

Andrés Manuel es el más importante de ellos.  

Para mantenerse firmes, se requieren principios, dignidad y congruencia. Sin eso, no se va a ningún lado. Cuando los dirigentes del PRD decidieron cambiarse al otro bando, se acabó.  

Fue entonces, que las causas del pueblo, encontraron en MORENA, el instrumento de su realización.  

El primero de julio, fue el momento para que estas dos fuerzas se encontraran. Es el día en el que los mexicanos decidieron pasar la factura a los neoliberales. La gente, cansada del saqueo y la corrupción, de la degradación y el abuso, de la ausencia de futuro, salió por millones a decirles que se fueran, que ya no más. Y al mismo tiempo, otorgarle a Andrés Manuel y a su Movimiento el mandato de darle un nuevo rumbo al país. No es un cambio de administración, es un cambio de régimen. 

Corrido en terracería, como él dice de sí mismo, Andrés Manuel llega maduro, pleno, lúcido al reto más importante de su vida. No hemos ganado nada todavía. Si acaso el derecho de darle un mejor destino a la nación.  

El poeta Otto René Castillo, escribió“…Con el que tenga un corazón para quererte. Vamos patria a caminar, yo te acompaño”.  

Llegó la hora de caminar, con paso firme.  

 

 

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