Opinión

Ni a algún otro problema; el que venga atrás, que arree  

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Decía ayer, que es manifiesto el desinterés de este gobierno por enfrentar, y diseñar y poner en práctica los elementos centrales de la solución de lo que ya se advierte como el problema más complejo que enfrentarán -en los próximos años- las finanzas públicas: Los sistemas públicos de pensiones.

Hoy agrego a lo dicho ayer: No sólo no tienen intención alguna de entrarle a ese problema, sino tampoco a los muchos que venimos arrastrando desde hace decenios.

¿Por qué y para qué hacerlo?, han de preguntarse cuando se juntan a festejar algo los integrantes de esta o aquella camarilla, que han copado desde tiempo inmemorial, áreas fundamentales de las estructuras del Estado mexicano.

¿Por qué y para qué?, han de preguntarse, entramos en conflicto con este o aquel grupo de empresarios, o de líderes obreros y campesinos.

¿Para qué agitar las aguas, ya de por sí tan revueltas en los tiempos que corren? ¿Para qué complicar una sucesión, a la cual parecen hoy no encontrarle ni pies ni cabeza?

En congruencia total con ese espíritu de dejadez y desprecio por la responsabilidad adquirida, las cosas parecen marchar sin rumbo ni dirección.

En esas condiciones, ¿es posible comprar la posición del hoy Secretario de Hacienda -enfundado ya en el uniforme de candidato a la Presidencia de la República por un partido el cual, por encima de lo dicho y repetido por él en semanas recientes, le ha sido ajeno toda su vida-, quien afirma que el Paquete Económico abona a la confianza?

¿Quién en su sano juicio y con al menos dos dedos de frente, tomaría en serio sus palabras si, sus dichos marcados por la demagogia y la irresponsabilidad son un mal intento de escapar de la realidad de unas finanzas públicas débiles?

Hoy, tanto él, cómo no pocos de sus colegas de Gabinete, ya ni siquiera pueden patear hacia adelante, un bote destrozado por tantas patadas que le propinaron sus antecesores.

¿Será candidato el actual Secretario de Hacienda a la Presidencia de la República y luego presidente, o Gobernador del Banco de México? No lo sé; es más, no me interesa porque, dado lo que he visto de sus decisiones y conducta, considero que no es la persona indicada, dados los problemas que ya enfrentamos en materia de política monetaria y fiscal.

¿Lo designará candidato un partido, al cual no pertenece? Eso, en los tiempos que corren, únicamente lo sabe una persona la cual, por fortuna, no soy yo.

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