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Adultos mayores, poco valorados

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México.— Un estudio del Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México (UVM) reveló que un alto porcentaje de ancianos mexicanos apoya a sus hogares en diversas tareas indispensables para muchas familias, sin embargo, el valor de su contribución no se refleja en el reconocimiento de la sociedad.

En el sondeo, realizado a 565 cibernautas entre 18 y 85 años de edad, el pasado mes de mayo, se observó que en los hogares, la participación de los ancianos se registra en diversos rubros: 91 por ciento aconseja a la familia sobre dificultades o problemas.

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Asimismo, 74 por ciento de ellos cuida la casa; 62 por ciento realiza tareas que implican esfuerzo físico; 60 por ciento cuida a los niños; 55 por ciento aporta dinero al hogar y 53 por ciento hace tareas fuera del hogar, por ejemplo, ir por los niños a donde se requiera, ir al mercado, etcétera.

La encuesta Vejez: ¿Cómo la vemos? ¿Cómo la enfrentamos?, efectuada en el marco del Día del Adulto Mayor, que se celebra este día, tuvo el propósito de comprender mejor lo que los internautas opinan sobre la vejez, qué les significa, qué preocupaciones origina, qué percepción existe sobre el trato hacia los ancianos y cuál es la dinámica y el rol que tienen en la familia.

Así, 64 por ciento de los participantes consideró que en México no se respeta a los ancianos y ocho de cada 10 consideró que sufren de maltrato y el mismo número indicó que suelen ignorarlos.

Sobre el trato de los ancianos hacia otros, 90 por ciento señaló que los adultos mayores tratan con respeto a otros ancianos y a los niños, únicamente 74 por ciento expresó que los ancianos tratan a los adolescentes de esa manera.

En términos de responsabilidad, para 54 por ciento, los ancianos deben ser responsabilidad de los hijos y 28 por ciento opinó que los ancianos deben responsabilizarse de sí mismos.

Para 38 por ciento, los ancianos deberían vivir con sus hijos y un porcentaje cercano (37) mencionó que pueden vivir solos, pero con ayuda o asistencia, ya sea de un familiar o personal especializado. Vivir en una casa de retiro pareciera no ser una opción viable, sólo 12 por ciento dio esta respuesta.

Al hablar de las casas de retiro o asilos, en general, los encuestados no los ven como una alternativa para sus familiares ancianos y para quienes sí resulta una opción, mencionaron que no podrían pagarlo.

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La principal ventaja asociada a estos lugares es la atención brindada por profesionales (33 por ciento) y la mayor desventaja es el efecto emocional que causa al anciano (42 por ciento), seguido del desconocimiento de la familia sobre el trato que recibe el anciano en estos lugares (35 por ciento).

En relación a cuestiones económicas, 39 por ciento estimó que la vejez es costosa y para 52 por ciento, es muy costosa.

Entre los gastos asociados a la vejez que se piensa afectan seriamente la economía familiar, se encuentran: pagar los servicios de una enfermera particular (72 por ciento), pagar una casa de retiro o asilo (63 por ciento), los medicamentos para una enfermedad o padecimiento permanente (58 por ciento) y los servicios de salud (46 por ciento).

Al preguntar a los entrevistados cómo se ven a futuro y cuáles son las preocupaciones sobre su vejez: 92 por ciento se vio autosuficiente; 86 por ciento con una pensión; 85 por ciento, sano y 80 por ciento, trabajando.

Sobre el tema laboral, es contrastante que 80 por ciento se visualizó trabajando, pero 93 por ciento consideró que en México los ancianos no tienen oportunidades laborales.

Lo que más preocupó a los participantes sobre la vejez es, en escala de uno a 10, donde uno es nada y 10 es mucho, tener problemas de salud (8.1); perder movilidad (8.1); no tener una pensión (7.9) y perder la memoria (7.8).

Entre grupos de edad hay diferencias, el grupo más joven (18-25 años) está más preocupado por la disminución o pérdida auditiva (8.21), la pérdida de vista (8) y los cambios en apariencia física (7.2). El grupo de 46-55 años está más preocupado por perder movilidad (8.3).

Las preocupaciones de los participantes llamaron la atención sobre aspectos que deberían ser abordados como sociedad, considerando las proyecciones de instituciones como el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Consejo Nacional de Población (Conapo) que indican que el incremento de la población de ancianos podría ser de 22 millones para 2030.

Lo que implica contar son suficientes y mejores servicios de salud, movilidad en las ciudades, oportunidades laborales y planes de retiro diseñados para este sector.

AGP

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