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Jóvenes chinos, víctimas de ciberadicción
Beijing.— Los centros para superar la adicción a Internet y sus juegos se han vuelto un mal en sí mismos más que un remedio para los ciberadictos chinos, que inclusive mueren al buscar la cura.
En enero pasado, el Centro de Información de Internet de China informó que existían 170 millones de usuarios de Internet menores de 18 años de edad, de los cuales 14 por ciento, 24 millones, eran considerados ciberadictos.
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De acuerdo a la definición china de ciberadicto, se trata de aquellos que pasan más de 17 horas diarias frente a sus equipos, en la mayoría de los casos, jugando.
No se trata de un problema nuevo, pues las autoridades chinas calificaron la adicción a internet como un desorden clínico desde 2008, recordó la China Global Television Network (CGTN).
En la adicción a Internet la principal manifestación es dedicar horas y hasta día enteros jugando.
Esa industria tiene un peso económico de importancia en la economía de la nación asiática, con ingresos por 24 mil 700 millones de dólares en 2016, alza de 17.7 por ciento en relación a 2015.
Sin embargo, ese poder económico no salva a la industria de juegos por internet de duras críticas sociales por los casos más drásticos de adicción que han trascendido.
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Se ha sabido de la muerte de adictos que mueren en cafés con servicio de Internet luego de jugar hasta tres días continuos.
Cuando no es la muerte, los adictos sufren de infarto cerebral, por ejemplo un adolescente de 17 años de edad que llegó a esa situación tras 40 horas sin interrupción de juego.
Los adictos piensan que si paran de jugar su desempeño se verá afectado de manera negativa y por eso siguen, inclusive vistiendo pañales.
Ese panorama llevó a la creación de centros de rehabilitación, públicos y privados, que prometen curar la adicción, de los cuales existen unos 300 en toda China.
En esas instalaciones se ofrece que tras seis meses de internamiento a un costo de nueve mil dólares, la adicción será superada.
Sin embargo la ciberadicción en esas instalaciones con estructura paramilitar, es remplazada por abusos que en ocasiones también llevan a la muerte.
Ha habido casos dramáticos como la joven de 16 años de edad que ató a su madre y la dejó morir de hambre, en revancha porque la internó en un presunto centro de rehabilitación donde fue objeto de abuso durante cuatro meses.
Las quejas de los supuestos rehabilitados hablan de golpizas por no seguir las instrucciones, impedirles dormir, forzarlos a ejercicios tipo militar y terapias de electroshock, la cual fue prohibida a principios de este 2017.
La red social Weibo, equivalente chino a Twitter, abunda en quejas contra esos centros, pero también por la falta de atención de los padres hacia sus hijos, situación a la que se atribuye el origen de la ciberadicción.
No es sensato acusar a los juegos de causar adicción. Los padres debieron enseñar a sus hijos a no volverse adictos, escribió un usuario de Weibo.
En un comentario editorial, el Guangming Daily coincidió con esa perspectiva al señalar que tras descubrir la adicción, algunos padres fallan en ejercer su responsabilidad y en su lugar buscan a terceras partes para solucionar el problema.
AGP