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Avanza proyecto de diócesis originarias en CDMX

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Ciudad de México.— Los obispos de México, reunidos en la pasada 106ª Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), resolvieron a favor de la solicitud que el cardenal arzobispo de México, Carlos Aguiar Retes, les hiciera a manera de consulta para la aprobación del proyecto de creación de tres nuevas diócesis para la Ciudad de México. Ahora sólo falta la anuencia de la Santa Sede para que la capital tenga cuatro obispos residenciales con todas las potestades y obligaciones canónicas.

Actualmente la Ciudad de México tiene los mismos márgenes territoriales que la Arquidiócesis de México y esto significa que es una de las porciones eclesiales más grandes y populosas de todo el mundo (con alrededor de 8.8 millones de residentes y 1.8 millones de población flotante). Ante esta realidad, desde el inicio de su gobierno, el cardenal Aguiar Retes realizó un proyecto para fragmentar la actual arquidiócesis de México y fundar tres nuevas diócesis en la capital de la República: Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco.

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El proyecto para dotar de nuevos derechos y obligaciones a cada una de estas porciones diocesanas está sustentado en los pueblos originarios capitalinos que aún guardan elementos de identidad, tradiciones y prácticas religiosas en cada una de estas circunscripciones. De culminar este proyecto, Azcapotzalco, al norte de la ciudad, tendrá un territorio que iría desde la región alta de Cuautepec hasta las colonias populares de la alcaldía Miguel Hidalgo: Tacuba, Legaria, Pensil, etc. Pasando por la zona industrial Vallejo pero principalmente por las zonas habitacionales creadas a partir de los pueblos originarios de Azcapotzalco. La catedral diocesana sería la actual parroquia de los Santos Felipe y Santiago. Un dato importante sobre la tradición católica de los pueblos chintololos es que, según los registros históricos, estos naturales fueron los primeros peregrinos al Tepeyac para venerar la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe apenas en 1532.

La nueva diócesis de Iztapalapa abarcaría los ocho barrios originarios asentados a las faldas del Cerro de la Estrella pero se extendería en todo el territorio de la alcaldía de Iztapalapa, la cual cuenta con casi dos millones de habitantes. Antes del largo proceso de desecación de la Ciudad de México, Iztapalapa se encontraba al margen del Lago de Texcoco; de este ancestral poblado (se tienen registros de presencia humana hasta de nueve mil años de antigüedad) fue originario el célebre tlatoani Cuitláhuac, líder de los mexicas a la muerte de Moctezuma Xocoyotzin, quien logró vencer a los españoles en la legendaria Noche Triste. La diócesis de Iztapalapa tendría un territorio que correría a lo largo de Aculco, Centro, Ermita-Zaragoza, San Lorenzo Tezonco, Paraje San Juan y la Sierra de Santa Catarina; su catedral sería el Santuario del Señor de la Cuevita desde donde parte la célebre y multitudinaria tradición de la Representación del Viacrucis del Cristo de Iztapalapa en Semana Santa.

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Finalmente, la nueva diócesis de Xochimilco tendría el territorio más extendido de la Ciudad de México pues abarcaría las alcaldías de Xochimilco, Milpa Alta, Tláhuac y algunas zonas de Tlalpan. Esta nueva diócesis está justificada por los barrios tradicionales asentados en la zona lacustre (aún viva de la ciudad) y al pie del Eje Neovolcánico. Esta región aún conserva profundas tradiciones indígenas y de sincretismo cristiano como la devoción al Niñopan de los barrios de Xochimilco, las procesiones de los pueblos de las montañas y las celebraciones florales y dancísticas de los pueblos originarios de la meseta de Milpa Alta. Es la única zona rural de la Ciudad de México y donde aún buena parte de la población conserva la lengua materna indígena que es pasada de generación en generación. La catedral de esta diócesis sería la parroquia de San Bernardino Xochimilco que alberga a cientos de mayordomías religiosas y que cada 2 de febrero vive una multitudinaria Fiesta de la Candelaria que atrae a cientos de miles de fieles y turistas.

El objetivo del arzobispo de México, Aguiar Retes, es reestructurar el territorio episcopal para que, de esta manera, el obispo pueda estar presente con más frecuencia en las parroquias de su demarcación. Bajo este nuevo modelo, la Arquidiócesis Primada de México conservaría las zonas más urbanizadas de la capital en una especie de diagonal desde las alcaldías Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza e Iztacalco, hasta Cuajimalpa, Álvaro Obregón, Magdalena Contreras y Tlalpan, pasando por las céntricas Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Cuauhtémoc y Coyoacán. Al ser el arzobispo de México el custodio de la imagen de la Virgen de Guadalupe, la arquidiócesis conservaría bajo su territorio la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe para el servicio a todas las diócesis del país.

Un tema que en días previos a la Asamblea fue cuestionado al Nuncio Apostólico en México, Franco Coppola, fue lo referente al futuro de la labor de pastoral penitenciaria que actualmente realiza la Arquidiócesis de México en ocho centros de reclusión y readaptación social. Ya que todos estos centros penitenciaros quedarán en los territorios de las nuevas diócesis bajo la tutela de sus obispos residenciales; con lo cual el primado de México no tendría oportunidad de ‘visitar a los presos’ que es una de las ‘Obras de Misericordia’ encomendadas a los católicos. Para el Nuncio, si un obispo no tiene una cárcel en su territorio tiene la responsabilidad moral de propiciar proyectos de acompañamiento a exreclusos o a las familias de quienes se encuentren privados de su libertad en otro sitio pero, principalmente, coordinarse con los obispos y autoridades de otras diócesis para poder cumplir personalmente con ese mandato cristiano.

Con el visto bueno del pleno de los obispos de México, el proyecto de reestructuración pastoral y administrativa del centro de la República será enviado a Roma para que la Sagrada Congregación de los Obispos en el Vaticano y el propio papa Francisco aprueben las nuevas diócesis a las que les serán dados nuevos derechos como catedral, obispo residencial, vicario general, canciller y consejo presbiteral; pero que también adquirirán nuevas obligaciones como la generación de espacios de formación sacerdotal (seminario), vicarías funcionales para vida consagrada, laicos, ministros ordenados, etcétera; y estructuras de pastoral social que garanticen el ejercicio de la caridad y la promoción social. Será el Vaticano quien apruebe finalmente este proyecto en el que también se contempla la posibilidad de escindir la Provincia Eclesiástica de México que actualmente tiene como sede metropolitana a la Arquidiócesis de México y sus sufragáneas Toluca, Atlacomulco, Tenancingo y Cuernavaca; pero, con las nuevas diócesis, se abre la posibilidad de que Toluca se convierta en nueva sede metropolitana. Y México pasaría de 18 a 19 arzobispos metropolitanos.

@monroyfelipe

 

 

ebv

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