Estados

‘Debemos ser agentes de esperanza en un mundo contaminado de virus letales’: obispo de Apatzingán

Publicada

on

Apatzingán.- Desde el corazón de una región fuertemente afectada por la inseguridad, la violencia y la pobreza, el obispo Cristóbal Ascencio García, externó su sentir y dolor por su pueblo agobiado por el flagelo del crimen y pidió que la pandemia por coronavirus COVID-19 no se convierta en una ‘cortina de humo’ que oculte los problemas que padece la sociedad.

A través de una Carta Pastoral firmada el 14 de mayo, el obispo de Apatzingán expresa: “Un solo virus ha bastado para unir al mundo… me entristece saber que hermanos enferman y mueren a causa del COVID-19 y ver a sus dolientes hundidos e el dolor, pero me alienta ver tanto empeño de la sociedad encabezada por las autoridades para luchar contra ese virus letal”.

Sin embargo, Ascencio García apunta: “Veo a mi pueblo agobiado por la cruz de la pobreza y el flagelo de tantos virus letales… Veo y escucho a mi pueblo cansado, abandonado, confundido por tanta desinformación o mejor dicho, información contradictoria”.

El obispo indica que la región michoacana de Tierra Caliente “sufre más por otros virus” como la indiferencia, la corrupción, la inseguridad, la violencia, la impunidad, el cobro de piso, los secuestros, las pugnas de cárteles por los territorios y la quema de vehículos. Y lamenta que pareciera que tampoco exista vacunas contra aquellos.

Te puede interesar Esperanza en tiempos de Covid; Padre Andrés acompaña enfermos en calvario

“El COVID-19 se alza como una cortina de humo que impide ver los demás virus que siguen flagelando a nuestros pueblos y matan más personas que el mismo coronavirus, pero que no se ven estos crímenes, no son noticia”.

Cristóbal Ascencio, al igual que su predecesor, el finado Miguel Patiño, denuncia que el virus de la violencia en la región es consecuencia de una ambición desmedida de poder y de control del territorio. Como ejemplo, el obispo hace mención a varios acontecimientos funestos ocurridos en localidades de la diócesis: cierre de carreteras, balaceras, saqueos, multihomicidios y familias desplazadas.

“Estamos viviendo tiempos difíciles, tiempos de conflicto, de incertidumbre, de dolor, de pena y de desaliento… En el territorio gobierna el miedo, el despojo, la amenaza y las balas. La población vive asediada, acorralada, resignada y sin esperanza”.

Con todo, a pesar de que los habitantes “sufren viviendo entre lluvia de fuego y miedo”, el obispo insta a todos los agentes pastorales y a las personas de buena voluntad en el estado a que auxilien a las familias que parecen abandonar la esperanza, que viven “con impotencia en las manos y el amargo sabor de la injusticia en los labios”:

“Hoy más que nunca, hemos de ser agentes de esperanza, de anuncio de la Buena Noticia del Evangelio de la vida, de la paz, de la reconciliación, en un ambiente contaminado por el miedo a los diferentes virus en la sociedad. Jesús tuvo una preocupación especial por los enfermos, Él no temía contaminarse, hizo lo que estuvo a su alcance para que los demás tuvieran una vida digna”.

Finalmente, el obispo hizo un doble llamado: a las autoridades de los tres niveles de gobierno para que “así como se le está poniendo empeño a erradicar esta pandemia del COVID-19, así o más se tome la decisión firme de erradicar los demás virus sociales”; y a las personas que dirigen o ejecutan las acciones del crimen o cualquier acción delictiva: “Pido a Dios que abra los ojos de su corazón y que vean que ese camino no es vida ni para ustedes, ni para sus familias y menos para la sociedad. El Señor que les abrirá los ojos, si ustedes le permiten, les dará también la fuerza de voluntad para cambiar su vida”.

Información de VC Noticias

Siete24.mx

ebv

haga clic para comentar

Te Recomendamos

Salir de la versión móvil