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“Están al pie de la cruz, pero no están solos”: Nuncio a habitantes de Aguililla

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Michoacán.— Tras un audaz recorrido por los poblados de la diócesis de Apatzingán, Michoacán, el nuncio apostólico en México, Franco Coppola, celebró una misa por la paz en uno de los epicentros de la violencia en México: Aguililla.

El municipio michoacano que padece crudos enfrentamientos entre cárteles antagónicos los cuales obligan a cientos de familias al éxodo.

Tras cruzar la recién restaurada carretera Apatzingán-Aguililla, donde los fieles católicos saludaron al enviado pontificio, Coppola celebró la Eucaristía con el pueblo fiel y les extendió un breve mensaje:

“Vine sin haber organizado mucho esto antes; porque pienso que aquí tienen lo fundamental, puede irse la luz (durante la celebración hubo un corte del suministro eléctrico, como los cotidianos que sufre la localidad), puede pasar todo lo que quiera; (pero) ustedes tienen lo fundamental: la fe y a Nuestro Señor Resucitado”.

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El obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, agradeció la presencia del nuncio apostólico y recordó que la Iglesia católica en la localidad siempre abogará por la conversión de los corazones de todas las personas, incluidas aquellas dedicadas a los actos delictivos. Hizo un reconocimiento al representante del papa Francisco en México por acudir a una región tan lastimada por el crimen organizado y el narcotráfico.

Coppola agradeció el recibimiento y externó: “Vine a Aguililla porque me parecía como subir al Gólgota, caminar donde Jesús fue crucificado, asesinado injustamente por razones del poder… Vine en Aguililla porque está al pie de la cruz; pero Jesús no nos deja solos al pie de la cruz… con las últimas fuerzas que le quedan, Jesús entrega su madre a su discípulo. Así que, estamos al pie de la cruz y recibimos todos a nuestra madre (a la Virgen María)”.

En su mensaje, Coppola compartió con el pueblo asediado por el crimen y la muerte la historia de los católicos en México, especialmente durante la persecución religiosa: “Nadie se acuerda de los nombres de aquellos que mataron a los católicos; pero ellos, su gloria, son nuestros santos.
Ustedes tienen al salvador, saben luchar para defender su fe, su amor, sus seres queridos. Sabemos que, los que parecen tener el mando sobre esta tierra, pasan; se van, se van al olvido, quedan olvidados. Pero aquellos, los mártires, los que han sufrido, viven; viven cerca del Señor… ellos nos van a proteger ahora que están más cerca de nuestro padre Dios”, dijo.

Durante una rueda de prensa organizada en el templo parroquial tras la misa con los habitantes de Aguililla, el nuncio extendió su mensaje ante las inquietudes por la gobernanza del crimen organizado sobre la región michoacana:

“Nosotros, la Iglesia, no podemos meternos en guerra, pero podemos socorrer a los heridos, a la gente. Mi visita quiere hacer sentir a esta gente que la Iglesia está cerca, que no están solos ni serán abandonados… La iglesia debe estar al lado de su pueblo, no huir”.

Finalmente, el nuncio apostólico recordó que la Iglesia está dispuesta a colaborar con las autoridades federales y locales para fortalecer la construcción de paz; dijo que desde el gobierno federal hubo formales solicitudes del presidente para que la Iglesia católica se involucrara en la pacificación del país y la reconstrucción del tejido social: “Es lo que estamos haciendo, la Iglesia está trabajando. Claro, es un trabajo a largo plazo; porque es un proceso de muchos años”.

Coppola reconoció que han sido muchos años que la población ha sido olvidada. Por ello destacó que esta visita a Aguililla sea una oportunidad de visibilizar el drama que viven sus pobladores y los esfuerzos conjuntos que se realizan para favorecer la construcción de paz. Invitó a pastores a visitar a sus pueblos: “Pienso que el deber de la Iglesia es estar al lado del pueblo que sufre”.

Información VCNoticias

ebv

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