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Aproximación científica y contemporánea a la cuestión de género, reto de la Iglesia

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Ciudad de México.— Existe un riesgo polarizante y anticientífico en la sociedad respecto a las definiciones de la cuestión de género e identidad sexual; y los miembros de la Iglesia católica no están exentos de caer en radicalismos. Por ello, la Universidad Pontificia de México creó en agosto pasado el Centro de Estudios en Familia, Bioética y Sociedad, cuyo propósito es fomentar y divulgar el trabajo de investigadores de clase mundial que dialoguen con la cultura y los retos contemporáneos para el esclarecimiento del papel de la identidad sexual y la familia en la sociedad.

José Guillermo Gutiérrez, doctor en teología moral y magister en bioética, dirige el Centro de Estudios en México; como sacerdote y experto en la materia trabajó doce años en el Pontificio Consejo para la Familia de la Santa Sede, prestó servicios especializados para la Conferencia del Episcopado Mexicano y ha sido miembro de los comités hospitalarios de bioética de los Institutos Nacionales de Cardiología y de Enfermedades Respiratorias. Ahora, junto con un inicial equipo de cinco investigadores doctorandos, se aventura en un esfuerzo para proveer investigación científica de primer orden para el estudio y formación respecto a la diferencia sexual, la identidad personal y las dinámicas familiares que impactan en el desarrollo de la sociedad.

José Guillermo Gutiérrez

¿Cómo nace el Centro y cuáles son sus objetivos nodales?

El Centro de Estudios en Familia, Bioética y Sociedad fue creado el 20 agosto de 2019, bajo decreto del rector de la Universidad Pontificia de México (UPM) y de su consejo académico.

Su objetivo es avanzar en el conocimiento en estas áreas de la familia y la bioética. Nos interesa estar al pendiente, dialogar con la cultura para planear y desarrollar investigación, docencia y extensión (la relación del Centro con la comunidad). Pues tenemos la doble misión de incidir tanto en el ámbito eclesial como en el civil. El Centro está dirigido ciertamente a formar, pero principalmente a la promoción de la investigación.

¿Por qué enfocarse en la investigación?

Desde mi experiencia en la Santa Sede pude notar que en México carecíamos de un instituto católico que hiciera investigación sobre temas de bioética; el único centro universitario que trabaja en esta área es el Centro de Estudios de Familia y Sociedad de la UPAEP; y luego tenemos el Instituto Juan Pablo II para la Familia que es un gran centro de formación que presta un servicio invaluable para formar agentes de pastoral en licenciaturas y maestrías.

Sin embargo, no era posible que la universidad de los obispos no dispusiera de un centro especializado. Es claro que los obispos pueden echar mano de muchos institutos y centros para su trabajo, pero el canal natural académico para ellos es la UPM. Y nosotros queremos ofrecer certeza en la publicación de las investigaciones académicas para que sea útil en su labor pastoral.

Los estudios sobre la cuestión del género y la identidad sexual suelen ser temas de alta polémica entre la comunidad cristiana…

Me preocupa que parece haber dos grandes tendencias entre católicos igual de radicales. Los que por una parte condenan todo lo que se refiere a ‘género’ y que además identifican al género sólo con lo sexual; más aún, que lo relacionan sólo con la promoción del homosexualismo. Y otro grupo de gente muy activo en México que diluye lo católico y promueve irreflexivamente todo lo que se refiere a una única corriente ideológica de género.

Y lo que no se está haciendo es tomar en serio las preguntas que las distintas corrientes de género plantean a la antropología y la filosofía cristianas; para tomarlas en serio, para avanzar en la profundización del conocimiento sobre la identidad sexuada del ser humano”.

Nuestros temas en el Centro de Estudios no son polémicos, ni quieren serlo; desean construir un diálogo antropológico desde la profunda ortodoxia y tradición de pensamiento cristiano-católico. Nuestro planteamiento quiere desarrollar las intuiciones de Juan Pablo II y de otros personalistas como él.

Es cierto que hoy la corriente dominante promueve discursos de libertad para justificar un relativismo y una supuesta autonomía absoluta cerrada en sí mismo. Esta corriente plantea que el ser humano decide completamente por encima de su condición biológica, su condición sexuada y su propia identidad. Ahora, es evidente que en la construcción de la identidad participa un conjunto de factores como la cultura y la educación, pero también la biología; quien niegue el influjo de la cultura y de la educación en la construcción de la identidad no tiene idea de esto. Como también quien todo lo reduce a la libre determinación de las personas y a su psique.

¿Qué se puede aportar a este tema desde la perspectiva cristiana-católica?

El estudio sobre diversidad sexual y las cuestiones de género es uno de los asuntos apremiantes en nuestro tiempo y no se resuelve haciendo sólo convenio con las escuelas de género ni diciendo que en la Iglesia católica estamos atrasados y, por ende, que debemos aceptarles todo.

Hay tendencias ideológicas contemporáneas que promueven respuestas aparentes de libertad y felicidad, pero se alejan del bienestar integral y terminan engañando a la gente en ficciones que contrarían su ser.

Es decir, es un tema que plantea preguntas existenciales profundas porque hay personas, hay historias. No son sólo teorías, son asuntos de gran interés tanto para los creyentes como para los no creyentes. Entonces debemos abrirnos a la investigación y al diálogo, para poderlos acompañar correctamente y aportar positivamente al momento actual de la historia de la humanidad. Tenemos que hacer investigación seria pues el servicio pastoral también depende de esto. Sí, debemos escuchar a todo el mundo, pero primordialmente hay que escuchar lo que Dios expresa, lo que dice tanto en las fuentes teológicas como en el resto de las ciencias.

El Centro de Estudios tiene como objetivo reflexionar sobre la familia y la bioética con relación a su impacto social; con el deseo de hacer llegar la propuesta del Evangelio a la diversidad de contextos culturales y destinatarios. A través del encuentro de la fe, la razón y las ciencias para desarrollar un nuevo discurso de credibilidad. No nos interesan planteamientos radicales, ni nos interesan planteamientos polémicos; queremos ayudar a la Iglesia para investigar seriamente en temas sensibles para la evangelización del mundo actual en un diálogo a 360 grados.

Por lo pronto, el Centro de Estudios en Familia, Bioética y Sociedad prepara publicaciones académicas sobre género, identidad y familia. Las investigaciones doctorales “Genero y libertad, una aproximación a la condición sexuada” y “Cuerpo personal. Ser varón y ser mujer” estarán disponibles en el segundo trimestre del año; así como el título “Con el viento en contra”, un libro homenaje al cardenal Elio Sgreccia (1928-2019), especialista en bioética quien presidiera la Academia Pontificia para la Vida y diversas organizaciones para la reflexión de la moral de la vida humana.

Además, el Centro tiene en el horizonte la planeación y desarrollo de cursos y seminarios de actualización, congresos y diferentes servicios de formación o asesoría especializada tanto al episcopado mexicano como a actores sociales. Así mismo propondrá algunos cursos breves que ayudarán también a afrontar los gastos. Ya que la investigación académica requiere de recursos permanentes, y es urgente encontrar el patrocinio necesario.

El Centro de Estudios busca que tanto sus miembros investigadores como asociados sean principalmente laicos y, sobre todo, mujeres; que los becarios doctorandos cuenten con madurez de su vida personal, familiar y afectiva. Con gran sensibilidad antropológica. En palabras del director del Centro: “Gente que pueda ayudar con serenidad, que no está peleada con la vida y que haga un trabajo de investigación honesto, profundo y profesional”.

Siete24.mx

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