Dos terceras partes de diócesis mexicanas informan sobre casos de abuso

Ciudad de México.- Un primer sondeo de 101 casos de sacerdotes católicos en proceso ministerial acusados de abuso sexual ocurridos de 2010 a la fecha son los informes iniciales que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) comparte como parte de las “Líneas de acción para la protección de menores”.

En conferencia de prensa, el arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM, Rogelio Cabrera López, presentó los trabajos de los consejos de presidencia y permanente de los obispos de México para responder ante los crímenes de abuso sexual.

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El organismo colegial de obispos y animador de las diócesis y provincias de México aclaró que tiene conocimiento parcial de 157 casos de sacerdotes cuyos procesos de dimisión ministerial fueron enviados al Vaticano a través de la Nunciatura Apostólica en México en la última década.

Al mismo tiempo, los obispos presentaron la numeralia general de 101 casos de presunto abuso sexual cometidos por sacerdotes; el reporte proviene de la colaboración de los obispos de 64 diócesis y cuyos casos están siguiendo un proceso ante el ministerio público. Es decir, dos terceras partes de los obispos mexicanos accedió a compartir las informaciones de los casos en curso judicial con la Conferencia del Episcopado.

Para avanzar en ese proceso, la conferencia presentó sus líneas de acción para la protección de menores con objetivos concretos que van desde el diagnóstico del problema, la prevención de más casos, la aplicación de la justicia, el apoyo a víctimas y la promoción de respeto por la ley.

Para dimensionar y transparentar el problema de abuso sexual infantil por parte de clérigos y agentes de pastoral, los obispos van a dar seguimiento de 21 puntos de protección a menores entre los que destacan: “Una mejor formación de sacerdotes para evitar que seminaristas potenciales candidatos con riesgos de conducta lleguen al sacerdocio, establecer comisiones diocesanas, organizar asambleas nacionales sobre el tema, certificar a sacerdotes, parroquias y seminarios como espacios libres de abuso”.

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En síntesis, la Iglesia católica en México desea hacer una constante revisión que tenga en cuenta los siguientes criterios: “La llamada de la Iglesia a combatir el clericalismo, vivir en la humildad y que los derechos de las víctimas primen sobre el derecho de los abusadores”.

El arzobispo Cabrera López confió en que durante el proceso de diagnóstico “no haya una sorpresa grandísima” sobre la cantidad de casos pero insistió en que las autorizares ministeriales, la Iglesia y las familias de las victimas deben atender todas sus responsabilidades en el marco legal vigente.

En concreto, para los obispos de México, hay necesidad de un cambio de paradigma “de atención primordial y privilegiada a las víctimas; puesto que -apuntaron- pedir perdón significa poner a la víctima en primer lugar, escucharla, comprenderla y acompañarla, comprometiéndonos en un proceso de sanación”.

ebv