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Amenazan a periodista de EFE en Monterrey

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México.— El periodista Juan Alberto Cedillo, colaborador de la Agencia Efe en el norte de México, piensa dejar su país tras sufrir en las últimas semanas amenazas por su labor periodística, actividad que en su opinión se ha vuelto más peligrosa este año, tras la muerte de tres reporteros en poco tiempo.

Cedillo acumula una experiencia de 18 años como periodista en los estados de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas -fronterizos con EU-, así como el sur de Texas.

“Las últimas intimidaciones hacia mi trabajo periodístico ocurrieron el pasado mes de marzo” en forma de “varios mensajes de Twitter acusándome de que soy un reportero comprado por el crimen organizado”, relató.

Uno de los mensajes señala “@JuanACedillo seguro a ti también te dieron dinero para q no publicaras en su momento, aunque otros medios si lo hicieron #tamaulipas”.

Para el comunicador, lo sucedido “representa no solo un intento por desprestigiar” sus reportajes en la revista Proceso, con la que también colabora.

Significa “también una manera de justificar que si sufro agresiones es porque estoy relacionado con algún cartel” de drogas, argumenta.

Todo parte al parecer de un reportaje que publicó este año en Proceso sobre el caso de Antonia Almedia Moreno.

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Almedia denunció haber sido agredida y amenazada de muerte por exigir justicia para su marido, que en julio de 2016 fue detenido supuestamente por efectivos de la Marina junto con unas 25 personas en el municipio de Gustavo Díaz Ordaz (Tamaulipas) y después apareció calcinado.

El periodista advierte que “en los últimos meses se percibe un cambio en las amenazas a los periodistas mexicanos”, tras el asesinato de tres comunicadores en marzo.

El caso más sonado fue el Miroslava Breach, asesinada a tiros frente a su casa y que este fin de semana derivó en el cierre del diario Norte de Ciudad Juárez, en el que trabajaba.

Ese crimen “permite ver elementos para considerar el factor de la narcopolítica, es decir, crímenes contra colegas que, por el alto impacto que provocan, pueden ser usados para desestabilizar a gobiernos estatales que comienzan a señalar a los grupos de poder que protegen al crimen organizado”, explica Cedillo.

Antes de denunciar su situación, el reportero dice haber reflexionado a fondo, aunque recuerda que en 2010 sufrió amenazas en Monterrey, lo que le obligó a retirarse “por un tiempo de la cobertura sobre la guerra entre grupos del crimen organizado”.

Dos años después estuvo a punto de salir del país, explica Cedillo, consciente del riesgo permanente de su oficio, que atribuye “a la impunidad que registra México”.

Desde 2011 él y varios colegas de la región cuentan “con protocolos de seguridad para la cobertura, como acudir en grupo a los eventos que tienen que ver con la violencia”.

“Si percibo una amenaza real a mi trabajo, lo primero que haré es cruzar la frontera (…) y pedir asilo en Estados Unidos o algún otro país del extranjero”, anticipa.

Pero también está la cuestión de la autocensura por mera supervivencia: “Todo el tiempo, hay cosas que no se pueden contar en México sin poner en riesgo la vida”.

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Cedillo está considerando una propuesta de la Secretaría de Gobernación para adherirse al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, con miras a recibir asistencia del Estado.

Nacido en Monterrey hace 60 años, desde el 2007 combina su labor de reportero con la publicación de libros de investigación histórica como “Los Nazis en México” o “Hilda Kruger”.

emc

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