Análisis y Opinión
De la cultura empresarial a la cultura del país
El Mundo Interno de las Organizaciones
(Continuación de mi opinión de la semana pasada: impacto de las políticas y normas en la creación de la cultura organizacional).
En mi experiencia, las normas regulan el comportamiento y la conducta del personal y, con el tiempo, se arraigan como parte de la cultura, pero por supuesto que no son los únicos factores que la generan.
En mi libro El Avatar Organizacional, describo a profundidad mis aprendizajes sobre los factores que generan la cultura organizacional de una empresa y los refiero en general a la manera en que está conformado y diseñado el sistema organizacional y a la influencia de los sistemas individuales.
Durante casi 30 años trabajando con distintas empresas en proyectos de mejora y cambio organizacional, he observado cómo la manera en que está diseñado el trabajo influye y determina con el tiempo la cultura que finalmente se arraiga en una empresa. Esto incluye procesos de negocios, estructura organizacional, infraestructura con la que se cuenta y una infinidad de factores más, comenzando por el estilo de liderazgo que predomina en la empresa y, tal y como lo que comentaba la semana pasada, sus sistemas de políticas, reconocimiento y consecuencias.
La cultura de un país es producto de sus raíces, su historia, sus creencias e infinidad de factores, pero he llegado a pensar que se alimenta y evoluciona de la misma manera que la de una empresa. El decir y hacer de los directores de una empresa equivale en el país al decir y hacer de sus gobernantes. Los procesos y políticas de una empresa equivalen a las leyes y reglamentos emitidos para regular la actuación de los ciudadanos. Los sistemas de reconocimiento y consecuencias en una empresa y su aplicación equivalen al sistema de impartición de justicia de un país, así como las estrategias de comunicación organizacional y los mensajes que se mandan a los empleados son similares a los medios de comunicación de un país y al contenido que difunden.
Los programas de desarrollo de personal equivalen al sistema educativo del país y así podría seguir mencionando los símiles.
Entonces, si para cambiar la cultura organizacional de una empresa hay que identificar los elementos que han generado a lo largo de los años las prácticas no deseadas para establecer estrategias de evolución cultural, pienso que de la misma manera, podríamos tratar de identificar los factores que han contribuido a las prácticas y a la mentalidad arraigadas en nuestra cultura y que hoy nos impide crecer y desarrollarnos como país.
Desde mi punto de vista, podríamos intentar cambiar los aspectos que consideramos nocivos de nuestra cultura, en primer lugar, definiendo los nuevos comportamientos que necesitamos adoptar, en segundo lugar, identificando los factores que a lo largo de la historia los han provocado y diseñar estrategias integrales de cambio cultural a nivel país, iguales a las estrategias de cambio cultural que se diseñan e implementan en una organización.
Alineando el estilo de liderazgo de los gobernantes y logrando congruencia entre el decir y hacer; claridad en los comportamientos a impulsar entre los ciudadanos, modificación de las leyes para asegurar que se impulsan nuevas formas de pensar y nuevos comportamientos; un sistema de impartición de justicia efectivo que reconozca y castigue las malas prácticas; una estrategia integral en la que todos los medios de comunicación se alíen para difundir los mismos tipos de mensajes hacia la población; y, lo que me parece más importante, un sistema educativo a nivel nacional que impulse las competencias que requieren el país en sus niños y jóvenes para desempeñar y adoptar los nuevos comportamientos que se busca arraigar.
El rol que tiene el sistema individual en las organizaciones lo tomarían las empresas y la manera en que cada una influye en su entorno para cambiar la cultura del país. Así como en una empresa la persona fiel a sus valores individuales y con base en sus competencias influye en la cultura de la misma, una empresa que sea fiel a sus valores debería influir en la sociedad y en la cultura del país.
Comienza por ti, después por tu área o departamento, continua con tu organización y cambia a tu país.
Deja de criticar y fomentar la división tratando de demostrar que eres mejor. Te invito a sumar.