Opinión

Repensar la laicidad y los derechos humanos de ministros de culto en México

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***Estrenan documental sobre crímenes contra ministros de culto “Tragedia y Crisis del Sacerdocio en México” en el Congreso de la Unión y plantean cambios para combatir violencia

La creciente tasa de incidentes violentos y criminales contra ministros de culto en el país hace imperante un debate sobre reformas profundas al régimen de Asociaciones Religiosas vigente y una reflexión sobre el cuidado de los derechos humanos de estos olvidados líderes comunitarios.

Al menos así lo planteó la diputada federal, Graciela Zavaleta, en el marco de la presentación del documental “Tragedia y Crisol del Sacerdocio en México”, realizado por el Centro Católico Multimedial en el Palacio Legislativo.

El documental, producido por el sacerdote Paulino Omar Sotelo Aguilar, presenta las voces e historias de más de medio centenar de agresiones criminales contra ministros de culto en la última década en el país; y, para la legisladora Zavaleta, es una evidencia de la necesidad de reflexión sobre el cuidado que el Estado provee a los derechos humanos de este colectivo ciudadano.

Un tema muy pocas veces abordado desde la esfera pública nacional debido a lecturas institucionales de laicismo que invisibilizan al colectivo de ministros de culto. Los delitos contra sacerdotes, líderes religiosos y agresiones a templos se han multiplicado exponencialmente (de tres o cuatro casos por sexenio pasamos a más de 25) y, según constata Sotelo Aguilar, la gran mayoría de estos casos quedan en la sombra de la impunidad o peor, en el olvido.

Los realizadores del documental, la legisladora o los representantes de la Iglesia en México no olvidan que el país se encuentra en una descomposición social alarmante que provoca miles de muertes violentas prácticamente en todos los estados y a los sectores vulnerables más diversos; pero destacan que el colectivo de ministros de culto prácticamente ha sido omitido de la procuración de sus derechos humanos.

La legisladora Zavaleta es directa: “[Se trata de] los derechos humanos de un sector social que prácticamente está en las sombras; son pocos los estudios que abonan al conocimiento del estado de vulnerabilidad de este sector social particularmente por el trabajo que desarrollan acompañando comunidades y pueblos cuando la autoridad está ausente y los grupos criminales pretender sustraerse al imperio de la ley que nos hemos dado”.

Para la diputada, los ministros de culto suelen ser “factor de estabilidad en comunidades golpeadas por la violencia” y por ello los atentados contra éstos, desestabilizan la paz: “El homicidio de cualquier ministro de culto toca fatalmente a sus comunidades… no son hechos de efectos aislados, repercuten socialmente”.

La presentación del documental en el palacio legislativo también fue la oportunidad para que, en nombre de la Iglesia católica de México, se hiciera un reconocimiento de que, en la historia de la humanidad, “no siempre fue claro para las diferentes culturas y sociedades que todo miembro de la especie humana es persona y que posee una altísima dignidad, y que ella se desprenden todos los derechos humanos”.

El obispo Alfonso Miranda Guardiola, secretario general del Episcopado Mexicano, admite que la propia Iglesia Católica “ha vivido sus propias conquistas, omisiones y negaciones en referencia a los derechos humanos”; pero que, gracias a muchos testimonios y reflexiones históricas de personajes cristianos, hoy hay un abierto compromiso por la promoción y defensa de los derechos de todas las personas: “Hay un llamado a contribuir con coraje y determinación a respetar los derechos fundamentales de cada persona, especialmente de las personas ‘invisibles’ que viven en los márgenes de la sociedad o son descartados”.

De hecho, en la actualidad operan en el país veinte Centros de Derechos Humanos y más de 2 mil 466 obras sociales patrocinados y operados por la Iglesia católica. Y se planea poner en marcha un plan de Construcción de Paz con el que la Iglesia quiere colaborar al Plan Nacional de Paz y Seguridad del gobierno federal, a través de espacios de encuentro para colaborar en la reconstrucción de la dignidad de las personas, del diálogo con la sociedad civil, del fortalecimiento de centros de derechos humanos, la asistencia a personas vulnerables, la promoción del liderazgo femenino y el fomento al desarrollo integral de las comunidades.

Es un trabajo que ya ha comenzado el arzobispo de Morelia, vicepresidente de la CEM y responsable de coordinar los trabajos desde la Iglesia para la pacificación en México, Carlos Garfias Merlos: “Implementar el Proyecto Integral para la Construcción de Paz es sumarse a los esfuerzos del Plan Nacional presentado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. La realización es a través de tres líneas de acción: Atención y acompañamiento a víctimas de la violencia; capacitación, prevención y dignificación de la persona; y la vinculación interinstitucional para mayor impacto social”.

Pero, todos estos proyectos podrían estar aún más vulnerables si las instituciones civiles no participan bajo principios de laicidad positiva y respeto a los derechos humanos de los propios ministros de culto: “Estaríamos en una situación grave de discriminación teniendo a ciudadanos de segunda”, admite la diputada Zavalata.

“Se trata exclusivamente de la defensa y promoción de los derechos humanos: Hoy los ministros de culto se convierten en blanco de la violencia por ser incómodos estabilizadores de comunidades y procuradores de la paz”, explica la legisladora y urge a revisar la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público promulgada en 1992 y desfasada tras las reformas constitucionales del 2011 con la garantía de la libertad de religión y la declaratoria del Estado laico.

De este modo, el documental del Centro Católico Multimedial sobre la violencia contra ministros de culto en México -con la invaluable colaboración de Guillermo Gazanini Espinosa, en la investigación- aporta dos reflexiones necesarias en la inflexión histórica de la Cuarta Transformación de la vida pública del país: una laicidad moderna y positiva que garantice los derechos humanos de un colectivo social cuyo compromiso es contribuir a la pacificación de los pueblos.

“La violencia en México es una batalla enorme y fuerte; pero no es un reto indabatible. Sólo si el enemigo nos encuentra divididos, caeremos uno a uno”, sintetiza el sacerdote Sotelo Aguilar.

Al evento asistieron representantes de la Secretaría de Gobernación: el director de Asociaciones Religiosas, Héctor Miranda Anzá; el director de Diseño de Construcción de Paz, Fernando Villalovs; y el director de Ministros de Culto, Jorge Basaldúa. Por parte de la Mesa Directiva de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el vicepresidente y arzobispo de Morelia, Carlos Garfias; y el secretario general, obispo Alfonso Miranda.

También estuvieron presentes los representantes estatales de Morelos y Veracruz de las unidades de Asuntos Religiosos: Luis Héctor Herrera y Sergio Ulises Montes, respectivamente.

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