“No sean clérigos de Estado”, pide Papa Francisco a sacerdotes latinoamericanos

Ciudad del Vaticano.— Tal como lo dejara escrito en el libro de visitas del Seminario Diocesano de Ecatepec, México, en el 2016, el Papa Francisco ha pedido a los varones en formación eclesial del Colegio Pío Latinoamericano de Roma que no sean “clérigos de Estado sino pastores del Pueblo de Dios”.

El Papa recibió en la Sala Clementina del Vaticano a los miembros de la familia del Colegio Pío Latinoamericano y además de felicitarlos por sus esfuerzos en “profundizar en su formación, no solo a nivel intelectual, académico, sino, además, para experimentar la riqueza y la diversidad de la Iglesia universal” mientras se encuentran estudiando en Roma.

A los sacerdotes provenientes de varias regiones del continente americano que realizan estudios de especialización en las universidades católicas de Roma, el pontífice les pidió renovar “cotidianamente el encuentro con el Señor, compartir su Palabra, permanecer en silencio ante Él para qué nos dice, qué hace, cómo siente, cómo calla, cómo ama, dejémoslo conjugarse en nosotros y a través nuestro. No lo impidamos que actúe en nuestro ministerio en primera Persona ¡Que Jesús tenga voz activa en cada una de nuestras decisiones! Somos ministros suyos, pertenecemos a Él y nos llamó para “estar con Él. Esto es lo que significa ser sus discípulos”.

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Francisco les ha dicho que cuando vuelvan a Latinoamérica los sacerdotes sean “pastores del Pueblo de Dios” y no “clérigos de Estado”, e insistió: “Por favor, no negocien nunca la pastoralidad. Pastores del Pueblo de Dios, no clérigos de Estado. No caigan en el clericalismo, que es una de las peores perversiones. Estén muy atentos, el clericalismo es una forma de mundanidad espiritual. El clericalismo es deformante, es corrupto, y te lleva a una corrupción, una corrupción almidonada, con la nariz parada, que te aparta del pueblo, te hace olvidar el pueblo de donde saliste”.

El Papa hizo recomendaciones también de espiritualidad para los religiosos, destacó la importancia de conectar, al final del día, con Jesús, y no con la pantalla del celular que “atiborra de cosas”. Suplicó que no caigan en la adicción de escaparse por la pantalla del celular: “Sean adictos al encuentro con Jesús, y Él sabe lo que nos hace falta y tiene una palabra para decirnos en cada ocasión”, les ha sugerido.

En su discurso, el Papa centró su reflexión en el servicio y el discipulado que como ministros deben realizar en sus lugares de origen o en sus destinos de misión. Explicó que cuando el apóstol Andrés se encontró con Jesús, éste no lo dejó tranquilo y de brazos cruzados, “sino que lo transformó, ya no era el mismo de antes, no podía más que ir a anunciar lo que había vivido y al primero que encontró para decírselo fue a su propio hermano, a Simón Pedro”.

“De este modo, Andrés se ‘estrenó’ como misionero”, les dijo el Papa y recomendó: “También a nosotros nos esperan nuestros hermanos y hermanas; especialmente los que aún no han experimentado el amor y la misericordia del Señor, para que les anunciemos la Buena Noticia de Jesús y los conduzcamos hacia Él. Salir, movernos, llevar la alegría del Evangelio, eso es ser misioneros”.

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ebv