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¿Hallan científicos al sustituto ideal del plástico?

Levaduras genéticamente modificadas podrían ser la clave para erradicar el problema de la basura plástica

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La basura plástica es uno de los principales problemas de contaminación. Foto: Pixabay

Viena.— Un equipo de investigadores austríacos ha logrado modificar genéticamente células de levadura para que se alimenten del dióxido de carbono (CO2) del aire y puedan ser usadas en la elaboración de plástico favorable para el clima, informó este lunes la Universidad de Viena.

El objetivo es “cultivar con diversos fines industriales levaduras modificadas en grandes biorreactores”, de forma que se conviertan en “potentes consumidores de gases de efecto invernadero”. Precisó a Efe el biotecnólogo Diethard Mattanovich, jefe del equipo que desarrolló el trabajo científico.

La revista especializada “Nature Biotechnology” publica el resultado de esta investigación del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida (BOKU) de Viena y del Centro de Austria para la Biotecnología Industrial (ACIB).

Además de su utilización milenaria para producir pan y cerveza, las levaduras, unos hongos microscópicos, tienen múltiples aplicaciones. Entre ellas, en la elaboración de medicamentos, enzimas para detergentes, materias primas industriales y biocombustibles.

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Así funcionará el sustituto del plástico

Como organismos vivos que son, se alimentan de diversas fuentes de carbono, principalmente azúcar. Esto en un proceso de fermentación en el que producen CO2 y alcohol.

Para crear una variedad que en lugar de emitir dióxido de carbono, lo absorba y almacene, los científicos austríacos introdujeron ocho genes exógenos en células industriales de la levadura (Pichia pastoris), y destruyeron tres genes naturales de las mismas.

“Hemos usado genes de bacterias y plantas”, precisó Mattanovich.

Las levaduras transgénicas obtenidas no necesitan otro alimento que el aire, del que capturan el CO2 de forma similar a como lo hacen los vegetales.

Aunque sin necesidad de la luz que requieren las plantas como fuente de energía para su fotosíntesis.

Técnicamente “es muy difícil” lograr que la luz llegue a la profundidad necesaria a través del material líquido de los fermentadores donde se cultiva la levadura”, explicó Mattanovich.

“En esos grandes biorreactores insuflamos aire”, y en lugar de luz, la nueva levadura transgénica, obtiene su energía de un proceso químico con metanol, añadió. Destacó que esta levadura ya es independiente de otras materias primas de plástico como fuente de carbono.

De esta forma, se convierte en un potente consumidor de gases de efecto invernadero.

Según el biotecnólogo, “un único fermentador industrialmente común, de unos 500 metros cúbicos, podría capturar al menos 2 mil toneladas de CO2 al año. Esto equivalente a la media anual de emisiones de mil automóviles”.

Además, los científicos ven otro gran potencial en el posible uso de las nuevas levaduras para fabricar diversos productos de bioplástico (pliácido láctico, PLA).

Calculan que entonces “consumirían” una tonelada y media de CO2 por tonelada de PLA.

JAHA

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