Connect with us

Columna Invitada

Dignidad humana y bien común

Publicada

on

Por Antonio Maza Pereda

Es muy importante considerar que el bien común no se puede lograr plenamente, si no hay un total derecho a que se respete la dignidad de todos. Wikipedia dice: “La dignidad o «cualidad de digno» hace referencia al valor inherente a cada ser humano concreto, por el simple hecho de serlo, en cuanto ser dotado de libertad. No se trata de una cualidad otorgada por alguien, sino consustancial al ser humano”.

La dignidad tiene una relación muy importante con los derechos humanos universales, definidos por la ONU hace 75 años y que, desgraciadamente, todavía no son plenamente respetados en muchos países. Los gobiernos, al menos los que son parte de esa organización, han firmado convenios comprometiéndose a vigilar y hacer cumplir esos derechos. Lo cual no siempre ocurre.

Algunos componentes de la dignidad humana, son las múltiples libertades que tiene el ser humano. Incluyendo la libertad de conciencia, de expresión, de trabajo y otras más. Otros elementos serían el derecho a la integridad física y psíquica, a los bienes esenciales, a la vida y algunos bienes intangibles como puedan ser la paz y la esperanza.

Habría que cuestionar a nuestros sistemas económicos y sociales, si efectivamente estos bienes esenciales del bien común son los que tiene una parte importante de nuestra población. Así mismo podríamos cuestionar si nuestros partidos políticos están teniendo presentes estos componentes de la dignidad humana y si, verdaderamente, están al alcance de toda la sociedad.

¿Han cumplido nuestros gobiernos con el respeto a los derechos fundamentales de la sociedad? En las próximas elecciones, ¿se están presentando propuestas claras sobre el modo como se va a respetar la dignidad de nuestra población? Nuestra sociedad, ¿verdaderamente considera que todos los seres humanos tienen derecho al mismo nivel de dignidad?

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx



Dejanos un comentario:

Columna Invitada

Polarización o diversidad

Publicada

on

Por Antonio Maza Pereda

A tres semanas de concluido el proceso de elecciones generales, en México seguimos bajo presión. En cierto modo, parecería que seguimos en campaña, sujetos a una lógica de ataque y defensa de diferentes argumentos, como si los partidos todavía tuvieran que ser juzgados para obtener el voto.

Estamos recibiendo señales contradictorias. Aparentemente, una búsqueda de apaciguamiento, sobre todo con el sector privado y los grandes capitales. Pero, por otro lado, continúa el ataque al bando perdedor. Como si ellos todavía pudieran revertir la situación. Parecería que todavía se necesita que los votantes avalen con su voto a quienes triunfaron.

Para efectos prácticos, la polarización continúa. Se sigue hablando de conservadores y liberales, de chairos y fifís, y se sigue tratando de ganar las mentes y los corazones de los votantes. Curiosamente, esto ha ocurrido mayormente entre la izquierda, tanto en su clase política como en sus adherentes. No tanto entre sus contrincantes: sus partidos está más enfocados a las acciones en los tribunales, pero sus partidarios siguen atacando a los triunfadores como si nada hubiese ocurrido.

Hay quien dice que esto está bien. Algunos, dicen que esto nos sirve para darnos cuenta de los problemas de gran parte de la sociedad. Si efectivamente eso fuera así, sería muy bueno. Polarizar por sí solo, sin embargo, no lo es. Lleva a la división. Hace ver las situaciones en blanco y negro. En la naturaleza, bajo ciertas condiciones, los polos iguales se rechazan. Y eso es lo que está ocurriendo. En lo social, cuando hay polarización, la opinión pública se divide en dos campos. Esto fortalece a las facciones extremas que ganan apoyo. Como consecuencia de la polarización, las voces moderadas pierden influencia.

Más que polarizar lo que necesitamos es tener la capacidad de aceptar, incluso darle la bienvenida a la diversidad de opiniones. Desarrollar la capacidad de poder ver puntos de vista diferentes, sin atacar o sentirnos atacados. Tener la posibilidad de entender que otros, que no opinan igual, no son nuestros enemigos.

Reconocer, e incluso abrazar, la diversidad, es entender que quienes opinan diferente que nosotros, no son necesariamente malvados. Tampoco es que todos sean bondadosos. Es admitir la posibilidad de buena voluntad en todos los que opinan, hasta que se demuestre lo contrario. Puede darse por ignorancia, por defectos en su manera de razonar. Es aceptar la posibilidad de buena fe, sin ser ingenuos: también pudiera haber mala fe. Pero no en todos los casos de aquellos que no aceptan nuestras opiniones. En general, los que opinan diferente, tienen razones. Es importante entenderlas y ver cómo se puede, sobre dichas diferencias, construir acuerdos.

Tomemos como ejemplo el debate más destacado en este momento. Mientras un bando opina que es necesaria una reforma para poder quitar o al menos limitar la corrupción del Poder Judicial, sus contrincantes ven esa propuesta como un modo de concentrar el poder de la presidencia, de manera que no existan contrapesos a su actividad. Y, curiosamente, la discusión no se centra en demostrar la intención de quitar contrapesos, ni tampoco en demostrar que el Poder Judicial es irremediablemente corrupto y que, únicamente, mediante el voto popular, se remediará esa corrupción. La discusión importante debería ser: ¿cómo lograr quitar la corrupción protegiendo los contrapesos que, nuestra Constitución y los países democráticos, tienen para evitar la posibilidad de las dictaduras?

Por supuesto, eso es más difícil y requiere mayor estudio. Exige la cooperación de las mejores mentes del país para encontrar soluciones óptimas. Desde luego, este alegato se ha vuelto un diálogo de sordos. Aprovechando la mayoría calificada que espera obtener la 4T, se quiere legislar contra reloj, logrando el proceso completo de cambio constitucional en los primeros treinta días de la nueva legislatura. Sin “cambiar ni una coma”. Aunque no resulte muy claro cuáles son las ventajas de ese apresuramiento. Esta prisa podría ser el enemigo de una reflexión, que se ve necesaria.

Este caso es solamente un ejemplo. Un tema particularmente importante para la República, está siendo discutido, sin aceptar reconocer las diferentes motivaciones y necesidades de una sociedad que es muy diversa. Necesitamos, como ciudadanos, aceptar nuestra diversidad, reconocer que no siempre tenemos la razón y que el otro no siempre está equivocado. Que es posible que cada uno de los bandos tenga elementos valiosos en sus planteamientos y que hay que reconocerlos por el bien de la ciudadanía.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

Seguir leyendo

Columna Invitada

¿Y si Dios existe, qué?

Publicada

on

Una reflexión sobre ciencia, espiritualidad y el sentido de la existencia

La intersección entre ciencia y espiritualidad ha sido durante mucho tiempo un terreno fértil para el debate y la reflexión profunda. En este contexto surge el libro “¿Y si Dios existe, qué? La ciencia, las pruebas. El albor de una revolución”, escrito por los franceses Michel-Yves Bolloré y Olivier Bonnassies, una obra que llega a México con la intención de desafiar y enriquecer nuestra comprensión sobre la existencia de lo divino.

Los autores del libro son dos pensadores franceses con formaciones distintas pero complementarias. Michel-Yves Bolloré, ingeniero informático y empresario, cuenta con un amplio interés en la historia de la ciencia y la religión, además de haber dirigido importantes grupos empresariales. Por su parte, Olivier Bonnassies, licenciado en Politécnica y empresario, ha liderado varias empresas de consultoría y comunicación, además de ser reconocido por su trabajo en medios de promoción del diálogo interreligioso.

En primer lugar, el libro se distingue por su enfoque riguroso y objetivo. A diferencia de muchos tratados sobre religión y ciencia que se sumergen en debates teológicos o filosóficos abstractos, optan por un análisis basado en evidencias científicas contemporáneas. Desde el Big Bang hasta la teoría de la evolución, los autores exploran cómo estos descubrimientos han impactado nuestra concepción del universo y, por ende, nuestra noción de un posible creador.

Uno de los pilares fundamentales de su argumento es el concepto del ajuste fino del universo. Este principio sostiene que las constantes físicas del universo están tan perfectamente ajustadas que permiten la existencia de vida tal como la conocemos. Desde la fuerza de la gravedad hasta las propiedades de las partículas subatómicas, cada detalle parece estar cuidadosamente configurado para sustentar la complejidad y la diversidad de formas de vida en el cosmos. Para muchos científicos, este ajuste fino sugiere la existencia de una inteligencia detrás del diseño del universo, lo cual es central en la discusión propuesta por los autores.

Además, el libro aborda las implicaciones filosóficas de los descubrimientos científicos más recientes. La muerte térmica del universo, predicha por la teoría termodinámica y confirmada por la expansión acelerada del cosmos, plantea no solo el origen del universo, sino también su destino final. Este contexto cósmico invita a reflexionar sobre si el universo es un fenómeno autónomo o si requiere una causa externa que lo haya iniciado y que lo mantenga en funcionamiento.

Por otro lado, el libro no se limita a la ciencia pura; también explora las dimensiones espirituales y metafísicas del debate. Los autores argumentan que la ciencia moderna, lejos de refutar la existencia de Dios, puede ofrecer una perspectiva complementaria. Sugieren que la búsqueda de la verdad científica y la búsqueda de lo trascendental no son incompatibles, sino que pueden enriquecerse mutuamente. Este enfoque resonará especialmente entre aquellos que buscan integrar sus creencias religiosas con una comprensión moderna y científica del mundo.

Para un ingeniero civil creyente, este enfoque representa una valiente reconciliación de la fe con la razón. La estructura lógica y el análisis meticuloso de los datos científicos pueden servir como un puente hacia una comprensión más profunda de la existencia de Dios. Al aplicar un método científico riguroso al estudio de lo divino, nos invita a considerar no solo la posibilidad de un creador, sino también su papel en el universo y en la vida humana.

Invita a los lectores a cuestionar sus propias creencias y a explorar nuevas formas de entender la relación entre ciencia, espiritualidad y el sentido de la existencia. En un mundo donde las preguntas fundamentales sobre la vida y el universo continúan siendo tan relevantes como siempre, este libro se presenta como una valiosa contribución al debate contemporáneo, ofreciendo perspectivas que desafían y enriquecen nuestra comprensión del mundo que habitamos.

Puedes encontrar el libro en varias tiendas como ejemplo la plataforma digital de la flecha amarilla que emula una leve sonrisa o en la cadena mexicana reconocida por sus tiendas departamentales y sus servicios diversos cuyo logo son tres búhos.

Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en gestión integral de riesgos, resiliencia empresarial, seguros y derechos humanos.
incide.guillermo@gmail.com

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

Seguir leyendo

Columna Invitada

Elección popular del Poder Judicial

La oposición se resiste, porque significaría la concentración de autoridad en manos del Poder Ejecutivo

Publicada

on

Por Antonio Maza Pereda

En estas luchas postelectorales, tenemos la que parece la madre de todas las batallas: la riña para evitar que el Poder Judicial sea elegido por voto popular. La oposición se resiste, porque significaría la concentración de autoridad en manos del Poder Ejecutivo

Los que critican no presentan propuestas. Solo se rechaza en bloque la oferta de la 4T, sin pensar que hay algunas razones para pedir la reforma del Poder Judicial. El cual no es muy amado por la ciudadanía, quien lo ve como algo lejano, costoso, complicado, corrupto, difícil de entender.

Debemos tener conciencia de que no estamos defendiendo un sistema bueno y que hay muchos, sobre todo los pobres, que no están recibiendo la justicia pronta y expedita a que tienen derecho. Mientras no haya propuestas, será muy difícil convencer al electorado de que la única posibilidad concreta, la que presenta la 4T, es la válida porque no hay otras opciones.

¿Cómo mejorar la actuación del Poder Judicial? ¿Cómo asegurar el contrapeso al poder del Ejecutivo? ¿Cómo dar participación a la Sociedad en asuntos jurídicos?

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

Seguir leyendo

Columna Invitada

¿Para qué sirve la Suprema Corte de Justicia?

Publicada

on

Por Antonio Maza Pereda

El gran tema postelectoral, curiosamente, ha sido la reacción por parte del sector privado frente al dominio de la 4T, que le permite hacer cambios en el modo de elegir a los ministros de la Suprema Corte de Justicia. Es cierto que se está politizando el punto, y qué bueno. Se trata de un concepto político.

El problema no es la politización; el asunto es, si se vale la expresión, la partidización. El hecho es que, al poner el nombramiento de la Suprema Corte de Justicia en manos de los partidos, se deja sin contrapeso al Ejecutivo. Y esto es incompatible con la democracia.

De inmediato reacciona la candidata electa. Llama al futuro secretario de hacienda para que tranquilice al sector privado y no funciona. La doctora Sheinbaum declara que se discutirá y se debatirá el tema. Sin gran efecto.

Algo importante. Si le preguntamos al votante: ¿Para qué te sirve la Suprema Corte de Justicia?, es probable que no tenga una respuesta clara. Y no es por ignorancia. Estoy seguro de que, si les hacemos la misma pregunta a alumnos de posgrado, pocos responderían adecuadamente.

¿Con quién se puede negociar este conflicto? Habrá que negociar con el sector privado, que teme que la falta de independencia de la Suprema Corte de Justicia, deje en manos del gobierno la posibilidad de cambiar las reglas del juego.

Por otro lado, el T-MEC tiene cláusulas específicas sobre el punto del Estado de derecho y se tienen que cumplir. Y siempre estarán las famosas calificadoras que influyen para decidir si a México se le presta o no y en qué condiciones, cuando requiera dinero.

El dilema está presente y todavía faltará algún tiempo para poder definir, con claridad, cómo se resolverá.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

Seguir leyendo
Dios la ciencia las pruebas en amazon

Te Recomendamos