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Opinión

Partidos políticos ricos, electores pobres…

CUARTOSCURO

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El Congreso de la Unión discutirá nuevamente en el próximo período ordinario, la disminución del financiamiento público a los partidos políticos, una vez que el presidente López Obrador ha expresado su decisión de presentar una iniciativa sobre el tema. 

Los argumentos en la exposición de motivos de la reforma de 1996 en la que se establece la prioridad de los recursos públicos sobre los privados en el  financiamiento de los partidos políticos, eran: evitar que recursos de dudoso origen “infiltren” a los partidos y comprometan su independencia; mejorar la competitividad entre partidos, al establecer criterios de equidad y proporcionalidad en la asignación del financiamiento e; incentivar la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos y disminuir el abstencionismo.

Sin embargo, en la elección presidencial del 2000, sucedieron dos hechos que exhibían el uso ilegal de recursos públicos y privados que obligaron a fortalecer los instrumentos de fiscalización. Me refiero al PEMEXgate, en que se estima el desvió de mil millones de pesos del sindicato petrolero hacia el PRI y su candidato y, “los amigos de Fox”, un mecanismo ilegal para recabar recursos privados a favor del PAN y su candidato y hasta donde se llegó a documentar fueron 600 millones de pesos de origen dudoso. 

Por otra parte, el que los partidos políticos tengan cada año mas y mas financiamiento, no se ha traducido en una mayor participación de los ciudadanos en las elecciones. En las presidenciales del 2000, 2006, 2012 y 2018 prácticamente el porcentaje de participación es el mismo, 62%, y en las intermedias del 2003, 2009 y 2015 ocurre lo mismo, una participación del 44%. En estos 20 años el financiamiento federal se incrementó en tres veces y media, al pasar de 1,563,636,107 en el año 2000 a 5,327,124,203 en 2020.

AÑO LISTADO NOMINAL VOTARON % ABSTENCIONISMO FINANCIAMIENTO ORDINARIO PARTIDOS
2000 58,780,081 37,601,618 63.97 36.03 1,563,636,107 11
2003 64,916,057 26,738,924 41.19 58.81 2,401,968,752 11
2006 71,374,373 41,791,322 58.55 41.45 2,102,721,293 8
2009 77,815,606 34,708,444 44.6 55.4 2,812,150,150 8
2012 79,454,802 50,143,616 63.1 36.9 3,461,954,466 7
2015 83,563,190 39,872,757 47.72 52.28 4,026,832,177 10
2018 89,332,031 56,611,027 63.42 36.58 4,640,733,607 9
2020         5,327,124,203 7

Al mismo tiempo, los procesos electorales han tenido modificaciones sustanciales que nos indicarían que lo racional es disminuir el financiamiento. En primer lugar, se han reducido los tiempos de campaña. Aquellos procesos eternos que duraban un año, ya no existen. Se han ido compactando las elecciones federales y locales, para que se realicen el mismo día, lo que trae ahorros sustantivos en materia de propaganda. Pero lo mas importante es el cambio tecnológico. El internet y las redes sociales son hoy en día, el espacio por el que transcurre la información, el debate, las campañas, la vida pública. Se acabó la propaganda de superficie, los pendones, los carteles, los plásticos, etc, etc. 

La vida transcurre en el internet hoy en día, quien no está en las redes, vive en las cavernas. 

Otro asunto es que los votos cuentan doble en materia de financiamiento. A los recursos federales, hay que agregarle las prerrogativas que localmente se asignan a los partidos y que son por la misma cantidad. 

La Secretaria General de MORENA en funciones de presidencia anunció que este partido va a regresar el 75% del financiamiento federal, es decir, que de los 1,760,357,966 millones de pesos que tendría en 2020, solo recibirá  440,089,491. A esa cantidad hay que sumarle las prerrogativas que MORENA recibe en los estados 1,392,078,310 para tener la cantidad real, en total:  1,832,167,801.

El PAN tendrá 1,873,544,248 millones de pesos. 970,494,658 de recursos federales y 903,049,590 de recursos locales.

El PRI tendrá 1,746,682,630 millones de pesos. 914,603,291 de recursos federales y 832,079,339 de recursos locales.

El PRD tendrá 808,855,352 millones de pesos. 439,827,808 de recursos federales y 369,027,544 de recursos locales. 

El PT tendrá 654,203,974 millones de pesos. 395,435,270 de recursos federales y 258,768,704 de recursos locales.

El PVEM tendrá 761,547,286 millones de pesos. 431,008,417 de recursos federales y 330,538,869 de recursos locales.

El MC tendrá 615,705,941 millones de pesos. 415,396,793 de recursos federales y 200,309,148 de recursos locales. 

Además los partidos locales recibirán 313,507,565 millones de pesos. 

En total, para el año 2020, el financiamiento presupuestado para los partidos políticos de recursos federales y locales, es:  9,929,483,272 millones de pesos. 

Esta es otra vía para reducir a la mitad el dinero que reciben los partidos. Basta cancelar las prerrogativas locales. Que los votos cuenten una sola vez.

PRERROGATIVAS FEDERALES Y LOCALES DE PARTIDOS POLITICOS PARA EL EJERCICIO 2020










ESTADO MORENA PAN PRI PRD PT PVEM MC LOCALES
FEDERAL   1,760,357,966  970,494,658 914,603,291 439,827,808 395,435,270 431,008,417 415,396,793  
-75%        440,089,491               
AGUASCALIENTES 12,995,129 15,611,698 11,356,214 1,072,078 5,746,568 8,600,308
BAJA CALIFORNIA 55,743,687 32,065,889 13,172,895 16,303,878 10,391,754 14,654,390 3,231,583
BAJA CALIFORNIA SUR 9,856,866 4,957,088 3,264,934 2,285,012 3,196,809 607,088 5,750,892
CAMPECHE 17,265,713 13,312,605 15,995,818 5,833,161 5,947,702 2,438,407 2,438,407 5,180,665
CHIAPAS 41,658,797 8,769,654 18,500,369 8,494,813 9,237,122 20,674,082   22,385,123
CHIHUAHUA 40,040,045 41,365,931 27,865,967 10,806,930 11,694,280 1,092,594 11,470,302
CIUDAD DE MEXICO 174,544,423 75,069,416 55,327,854 61,308,648 32,906,436 36,627,731
COAHUILA 17,394,438 35,513,705 40,703,933 9,774,273 7,280,512
COLIMA 8,768,769 5,182,896 5,911,948 211,864 2,279,933 2,880,420 2,961,574 2,430,055
DURANGO 17,656,464 12,202,673 15,567,559 5,380,289 7,047,297 5,380,289 4,973,827 5,292,823
GUANAJUATO 28,626,078 50,728,642 24,153,128 11,549,377 17,756,182 11,382,981 11,451,285
GUERRERO 43,223,109 10,874,628 28,100,019 23,858,098 12,740,020 11,360,968 10,196,171
HIDALGO 20,013,000 6,745,000 10,468,000 4,104,000 4,289,000 31,084,262
JALISCO 25,221,260 19,318,150 19,700,350 10,424,332 30,512,216
MEXICO 243,807,297 102,467,728 138,991,044 61,447,010 44,184,542 49,631,584 13,638,045 42,528,005
MICHOACAN 55,583,575 31,016,438 40,090,622 36,453,299 19,464,269 23,650,783 15,264,332
MORELOS 18,381,795 7,443,821 9,152,714 9,131,485 4,896,403 4,954,782 4,445,298 17,409,905
NAYARIT 7,243,688 10,969,539 11,699,446 4,504,053 3,305,075   4,862,947 3,260,435
NUEVO LEON 37,493,000 58,655,000 41,883,000   16,914,000 18,826,000 27,956,000 14,714,000
OAXACA 61,089,330 16,110,260 32,229,195 17,040,861 14,800,524 11,055,414 15,151,454
PUEBLA 73,595,682 49,377,987 39,727,464 13,590,631 15,765,654 16,898,858 14,266,898 31,700,000
QUERETARO 21,960,801 30,454,900 18,072,173     7,753,083   8,151,505
QUINTANA ROO 10,441,507 7,548,178 5,608,614 3,247,718 2,641,913 3,955,572 3,319,982 8,454,947
SAN LUIS POTOSI 19,920,448 19,405,947 16,193,433 15,027,261 7,244,821 8,777,210 8,891,392 15,039,483
SINALOA 49,277,082 19,277,429 33,065,101 11,441,382 14,677,940
SONORA 32,661,972 21,381,151 25,741,302   7,908,592 7,814,737 10,202,368 8,725,538
TABASCO 26,168,136 7,736,325 8,166,998 6,110,005
TAMAULIPAS 43,388,898 67,640,762 22,876,200 15,211,026
TLAXCALA 17,834,843 6,490,137 3,465,416 3,893,616 5,030,885 3,461,239 4,038,700 5,582,566
VERACRUZ 124,415,461 87,723,215 52,162,086 33,772,615 28,821,465
YUCATAN 19,100,084 26,236,022 27,545,691 6,729,346 7,062,719 6,203,965
ZACATECAS 16,706,933 9,133,101 15,750,525 5,847,160 6,327,641 6,175,071 7,750,012
PRERROGATIVAS TOTALES   1,832,167,801  1,873,544,248 1,746,682,630 808,855,352 654,203,974 761,547,286 615,705,941 313,507,565

*AGUSTIN GUERRERO CASTILLO
POLÍTICO
@agustingc2012



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Felipe Monroy

Estamos solos en esto

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Las identidades ideológicas, religiosas o partidistas siempre serán una fuerza influyente dentro de las estrategias político-operativas para mantener o conseguir el poder; su efectividad depende usualmente de dos factores: de la dureza en las fronteras en la identidad del grupo y en el tamaño simbólico de sus enemigos reales o imaginados. Y si hay algo que agrava la vida democrática de una nación es la exacerbación de ambos factores.

Por un lado, los conflictos internos en las cúpulas del poder político en México tienen su origen en el propio interés por incrementar o mantener el control. El deseo de orden y estabilidad dentro de las filas del poder produce el estrechamiento de las fronteras de los que se consideran a sí mismos como “puros” frente a los que considera “viciados” o “corrompidos”.

Hemos visto en las últimas semanas cómo se multiplican y recrudecen las pugnas dentro de los grupos en el poder político en México: a través de acusaciones y recriminaciones mutuas se busca deslegitimar a los hermanos por la heredad del trono. El poder acumulado es una tentación natural y ya sin el riesgo de salir a buscarlo, el principal objetivo de los nuevos liderazgos será erigirse como esa identidad que merece el ejercicio de dicho poder o, por lo menos, la potestad para repartirlo a quienes se alineen mejor a la identidad del liderazgo establecido.

Como se ve, quien pertenece a un grupo de poder aún puede crear otras fronteras más íntimas de los privilegiados mientras radicaliza la dureza en la identidad del grupo interno e incrementa el tamaño de sus enemigos con las periferias del poder de los que hasta hace poco fueron correligionarios. Incluso en los estrechos círculos de poder, un grupo que se identifica a sí mismo como ‘más fiel’ o ‘más consciente’ se autoconvence y predica a sus prosélitos: “Estamos solos en esto”.

Por otra parte, los proscritos del poder (eso que algunos insisten erróneamente en llamar “la oposición”) tienen la opción de buscarlo y hacerse de él básicamente de la manera correcta que es acompañando una lucha política por los auténticos clamores sociales; sin embargo, casi siempre prefieren el camino sencillo al usurpar discursivamente las cualidades morales de algún conflicto irracional para auto erigirse como el único remedio. También ellos, al igual que sus adversarios, dicen “estamos solos en esto” antes de emprender auténticas y desaforadas cruzadas identitarias.

Respecto a esto, las capacidades mercadológicas de la nueva política ‘emocional’ han revelado cuán exitosas son las campañas mediáticas y electorales que ya no buscan el diálogo atemperado o debates racionales y argumentados, sino que vencen a través del puro enardecimiento de las masas a través de eslóganes agresivos y panegíricos llenos de autoelogios.

La búsqueda de poder para estas ‘oposiciones’, por tanto, se torna en una carrera por hallar y atizar voces minoritarias para convocarlas a batallas absolutas contra estructuras de poder existentes o contra los cambios sociales. Es en este tipo de motivaciones donde reside un fermento de polarización emocional de uso político: exacerbando las divisiones sociales (señalando y acentuando las diferencias), propugnando por hiperregulaciones (ejerciendo presión legislativa o punitiva contra aquellos que no piensan y obran como ellos desean) y minando los valores democráticos más básicos como la equidad, la pluralidad, la diversidad, la argumentación dialógica y la inclusión de las voces en el concierto de negociación política.

Es imperativo que toda la estructura social entre en dinámicas propositivas de resolución de conflictos, sin obviarlos o eludirlos. Las injusticias están allí: los crímenes y las carencias, los privilegios de unos y las precariedades de otros, los abusos y las víctimas. Faltan los espacios de pluralidad dialogante donde ningún liderazgo azuce a sus huestes con la idea de que “están solos” en el “verdadero” “rescate” de una patria o un pueblo.

Porque la exacerbación de estas identidades pseudo-heróicas reconfigura los conflictos políticos en batallas morales; donde todas las estrategias para superar las conflictividades se encuentran atravesadas por mecanismos socio-psicológicos como el temor, la escisión, la obediencia y la sumisión irrestrictas; y donde los discursos se plagan de agresividad, superioridad y desprecio.

La administración del poder no es una tarea sencilla, siempre se debe mantener un sano temor de que los cuadros internos no se perviertan en actos de corrupción por operar en la cúspide del privilegio o que la creación de ‘niveles’ o círculos concéntricos en torno al centroide del poder no sólo sirva para la gestión funcional y operativa del mismo sino como la jerarquización de clanes o camarillas de ‘puros’ y ‘defensores’ de inasibles ideales.

Pero además, la búsqueda de poder también debe mantener un sano temor de que sus tácticas no alimenten viejos o nuevos fanatismos, fuerzas integristas que dibujan sus propios monstruos enemigos para hacerse pasar por políticos heroicos. Nada es más peligroso que eso.

*Director VCNoticias.com @monroyfelipe

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Columna Invitada

Apartidismo

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De un artículo anterior, surgieron algunas preguntas de mis lectores. “¿Por qué la obstinación en el apartidismo?” “¿Por qué la insistencia en la necesidad de una oposición apartidista?” A lo cual le di una respuesta relativamente breve, diciendo que la razón de ser de los partidos, es obtener el poder para un grupo y lograr que gobierne. Pero al mismo tiempo es su mayor tentación: la corrupción.

Obviamente, tuve algunas observaciones que vale la pena aclarar. Partiríamos de una cita famosa de un político inglés, del siglo XIX, Lord Acton, quien decía, y cito: “el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Claramente, no es el único que ha opinado así. Se encuentran algunas citas parecidas en Maquiavelo y en Rousseau, uno de los ideólogos de la Revolución Francesa. Así como en Mijaíl Bakunin, uno de los fundadores de la corriente moderna del anarquismo.

Lo que se puede criticar aquí es lo absoluto del dicho. Es decir, que no hay ninguna otra opción: que quien tiene poder absoluto, siempre se volverá absolutamente corrupto. Lo que no necesariamente ocurre. Pero también es cierto que es una gran tentación. Claramente, cuando alguien tiene el poder absoluto, es decir, un poder sin contrapesos, un poder sin frenos, verdaderamente requiere ser un verdadero santo para no abusar de ese poder.

El modelo actual de nuestra democracia, no solamente en nuestro país, sino en el mundo entero, es muchas veces tener un poder concentrado en partidos políticos. Desde quien tiene un partido único, hasta quien permite cantidades inmanejables de partidos políticos. Finalmente, se busca concentrar poder, sea a través de las votaciones, o a través de alianzas.

Habría que desarrollar un modelo donde el papel de los partidos fuera diferente. Donde no tuvieran que estar conectados necesariamente con el ejercicio del poder, sino solamente el de concentrar, concertar y combinar las elecciones para poder elegir a quienes deben de gobernar según la ciudadanía. Y una vez hecho esto, dejar de tener un papel en el gobierno en cualquiera de los tres poderes. Claramente, podemos pensar que esto es una utopía. Y también es cierto que es difícil lograr una reforma integral de los partidos políticos. Hay que discutir si el papel de los partidos debe ser temporal, actuando solamente mientras duren las elecciones.

Tenemos que lograr tener “un piso verdaderamente parejo” para todos los participantes. Lo cual, hoy en día, cuesta mucho trabajo lograr. Los partidos existentes han estado recibiendo cantidades importantes de recursos que les han permitido desarrollar capacidades que les permiten estar en ventaja ante sus contrincantes.

Para tener “un piso parejo”, habría que eliminar la posición competitiva, construida por años y décadas de estar recibiendo recursos, que les han permitido crear ventajas que son difíciles de remontar por quienes crean un nuevo partido. En esta utopía, podría pensarse en una moratoria de, por lo menos, unos cinco o diez años, durante la cual los funcionarios de administraciones anteriores a todos los niveles tendrían prohibido participar en los partidos políticos y en las elecciones. Para que no puedan aprovechar un prestigio que fue generado a través de fondos financiados por la ciudadanía y por sus impuestos.

También, obligar a los partidos a cambiar de nombre, colores e imagen, porque eso ha sido resultado de una inversión que hizo la ciudadanía para permitirles operar. Y podría haber otros cambios parecidos. Pero reconozco que esto, verdaderamente, es difícil. Pero el concepto es adecuado. Deberíamos tener una idea clara de cómo se podría crear ese “piso parejo” para los partidos reformados. Se necesitaría también una auditoría ciudadana, independiente de los partidos, que se asegurara de que estas reglas se cumplan.

Y, desde luego, leyes que pudieran hacerse cumplir por jueces adecuadamente preparados para ello. No es fácil, hay que reconocerlo. Hay que tratar de ver hasta dónde se puede llegar, porque esto tiene grandes dificultades. Por un lado: ¿dónde hay ciudadanos que no hayan participado en los niveles importantes de decisión de los partidos existentes, que se formen y tengan la disponibilidad para poder encauzar la democracia con nuevas instituciones? Por otro lado, que tengan conocimiento de la política y de la democracia para poder mejorarla.

Habría que pensar en una transición. Es claro que no podemos aspirar a un remedio rápido, ni completo. Sería una labor de ir construyendo poco a poco lo necesario. Apostar también a la educación de la ciudadanía, para que pueda exigir, a quienes estén desarrollando esas nuevas posibilidades y a quienes los auditen, que reformen esta parte de la democracia. Finalmente, habría que confiar en que esto será posible, gracias al sentido común del votante. Creer lo que en algún momento dijo Abraham Lincoln: que “no se puede engañar a todos durante todo el tiempo”. Ese sentido común, nutrido por un conocimiento profundo de lo que significa ser ciudadano. Eso es lo que puede modificar nuestra situación.

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Columna Invitada

Seguro navideño: el mejor presente

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Sé que este no es un tema fácil. Como ingeniero civil, académico y especialista en resiliencia, entiendo perfectamente lo que significa luchar para que los recursos siempre alcancen. He visto cómo negocios enteros, hogares y familias quedan vulnerables porque nadie se anticipó financieramente un accidente, una enfermedad o, peor aún, una ausencia inesperada.

Hoy quiero ser directo contigo. Estamos en fechas decembrinas donde la mayoría prefiere gastar en cosas pasajeras. Pero, ¿y si hoy decides invertir en algo que realmente proteja financieramente tu vida y la de los tuyos? Porque cuando todo falla, el seguro es la única herramienta que avanza y te permite reconstruir.

Datos duros: El riesgo de no estar asegurado

En México:

• Solo el 2.7% del PIB proviene del sector asegurador, muy por debajo del 8.9% promedio mundial. Esto refleja una falta de cultura de prevención y resiliencia financiera.
• El 56% de los trabajadores están en la informalidad, sin acceso a seguros básicos como gastos médicos o vida.
• Los accidentes en el hogar representan el 20% de las consultas en hospitales públicos (INEGI, 2022). Caídas, quemaduras y cortaduras son las más comunes.

Y en el sector profesional y empresarial:

• El 40% de las pequeñas empresas no sobrevive al primer año después de un evento catastrófico porque no tienen seguros (AMIS, 2021).
• Los gastos médicos mayores son una de las principales causas de endeudamiento familiar. Tan solo una hospitalización puede superar los 50 mil pesos por enfermedad leve y más de 500 mil pesos en casos graves.
• En México, solo 2 de cada 10 profesionistas independientes (como arquitectos, ingenieros, médicos o abogados) cuentan con un seguro de vida o de responsabilidad civil profesional.

El sector profesional: Entre la vulnerabilidad y el riesgo

Como profesionista, tu capital más valioso eres tú mismo: tu capacidad de generar ingresos y tu conocimiento. Pero, ¿qué pasa si un accidente te deja inhabilitado por meses o, peor aún, si una ausencia inesperada deja a tu familia sin sustento?

• Accidentes laborales y personales pueden ocurrir en cualquier momento. Un resbalón en casa, un choque o una caída simple pueden dejarte fuera de circulación.
• El 70% de los mexicanos no cuenta con seguro de gastos médicos (AMIS, 2023). Esto significa que una emergencia de salud golpea directamente tus finanzas, obligándote a usar ahorros o endeudarte.

Los profesionistas no estamos exentos. A menudo, postergamos estas decisiones, convencidos de que “a mí no me va a pasar”. Pero la realidad es otra.

No todo se arregla con “salir adelante”

En mi experiencia, he visto cómo las consecuencias económicas de un imprevisto son las que más duelen:

Familias que venden su casa para cubrir gastos funerarios o médicos.
Hijos que abandonan la escuela porque falta el ingreso del proveedor principal.
Negocios que cierran porque no hay recursos para reiniciar operaciones.

Todo esto es evitable. Un seguro no es para ti, es para los que dependen de ti. Es tu manera de asegurarles que tendrán un futuro estable, pase lo que pase.

¿Cuánto cuesta protegerte? Menos de lo que crees

Existe la idea equivocada de que los seguros son caros. La realidad es que hoy en día hay opciones para todos los presupuestos:

Un seguro básico de vida puede costar menos de $15 pesos diarios.
Un seguro de gastos médicos menores comienza en $800 pesos anuales e incluye consultas, accidentes y hasta hospitalización básica.
Seguros de responsabilidad civil profesional protegen tu patrimonio si algún error en tu trabajo causa daños a terceros.

Si puedes gastar en cafés, suscripciones digitales o salidas, entonces estás en condiciones de pensar en proteger tu vida, tu familia y tu profesión.

La resiliencia no es suerte, es planeación

La muerte, un accidente o una enfermedad no avisan. La diferencia entre quienes se levantan y quienes no radica en la preparación financiera.
Invertir en un seguro no es un lujo, es un acto de responsabilidad. Es una forma de decirles a los que amas: “No importa lo que pase, ustedes estarán bien”.
Hay planes, programas, oportunidades, no todo es cerrado. Todo se puede. Hagámoslo juntos.

¿Y si mañana no estás?

Hazte esta pregunta con toda seriedad:
¿Tu familia tendrá cómo salir adelante?
¿Tu negocio podrá sobrevivir?
¿Quedarán protegidos o vulnerables?

La vida es incierta, pero tu amor y responsabilidad no deberían serlo.

No lo dejes para mañana

Hoy tienes la oportunidad de proteger lo que más importa: tu futuro, tu familia y tu patrimonio. Actúa antes de que sea demasiado tarde.
Llama, cotiza y decide. Porque cuando llegue ese día —y llegará—, tu legado será la tranquilidad que les dejaste.
Porque resiliencia no es resistir el golpe, es estar preparado para levantarse sin perderlo todo.
El seguro es el mejor presente que puedes dar.

Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en Gestión Integral de Riesgos y Seguros. Creador de Memovember, Cubo de la Resiliencia y Promotor del Bambú.
incide.guillermo@gmail.com

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Felipe Monroy

Tregua verbal

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En días pasados, el obispo Javier Acero Pérez hizo un llamado para que los días 12 y 25 de diciembre los mexicanos hicieran una “tregua” para reducir la violencia a la que nos hemos acostumbrado. El llamado no se limitó a los criminales para que bajen las armas; sino que hizo extensiva la invitación esencialmente a políticos y periodistas para también dejar de lado la agresividad discursiva y las agendas de interés confrontativo.

Los días elegidos no son casuales: el día de la Virgen de Guadalupe tiene un significado histórico en la pacificación de la cultura mexicana; y el día de la Natividad de Jesús también guarda un importante simbolismo como sucedió en la tregua de Navidad de 1914 durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, a diferencia de lo que se ha especulado en los medios, esta invitación a la tregua no se trata de un cálculo político demasiado pensado, sino un anhelo sencillo y esperanzado ante la cantidad de violencia que se vive en el país.

Se equivocan quienes afirman que el llamado a la tregua pretende “sustituir” el poder de las sotanas por la capacidad del Estado para enfrentar el problema del crimen organizado; el deseo originario tiene su valor en su sencillez, incluso en su desinteresada espontaneidad. El llamado a la tregua no tiene lógica en el poder sino en la armonía; tiene una espontaneidad moral que clama por armonía, no por control. Parafraseando a Eckhart: “Quien busca la paz a través de los senderos, encontrará los senderos y perderá la paz, que reside en los senderos”.

Una tregua habla esencialmente de la libertad de decisión; cada quien puede persuadirse o no de la responsabilidad de su actuar tanto como de sus palabras. Y esto último es realmente importante en el espacio cultural actual donde la vociferación de majaderías ha tomado los principales escenarios de conversación o, más precisamente, de intercambio de sandeces.

Me explico: El exceso de ruido e información en el espectro mediático y digital obliga hoy a los comunicadores a manifestar sus pensamientos de forma creativa e inteligente para ‘destacar’ entre el océano de estridencias; sin embargo, en lugar de creatividad hay sólo agresividad cáustica, burlona o pendenciera, infames vituperios y un desaforado griterío de necedades.

Hoy no se premia ni se recompensa al pensamiento sosegado, atemperado, analítico ni crítico; se enaltece a bufones llenos de agresividad que defienden a ultranza sus íntimas convicciones. Y eso es una decisión política que mantiene un ciclo creciente de virulencia pendenciera. Es decir, los comunicadores pueden tomar la oportunidad de la tregua para moderar los impulsos de sus certezas y propiciar el mejor servicio que pueden hacer: poner en común, abrir espacios de diálogo, construir puentes de entendimiento y silenciar sus propias diatribas y ceder el micrófono a voces que se suelen acallar sistemáticamente.

Ahora bien, la tregua no sólo es una oportunidad para los profesionales de la comunicación; una tregua útil en este aspecto cabría además en la audiencia para dejar de promover, patrocinar o consumir que en los que han hecho de la maledicencia su negocio. Todo ello, en términos de decisión política, ofrece espacios renovados dónde se puede experimentar el valor reflexivo en torno a las obligaciones éticas y morales de la sociedad como el bien común, la asistencia a los necesitados y la búsqueda activa de justicia.

Es claro que la tregua verbal no implica callar las injusticias, las corrupciones o los dolores sobre la faz de la tierra o que se cometen contra las personas; pero sí requiere que los partícipes estén convencidos de que el valor moral de su actitud supera cualquier otro valor material, económico o utilitario.

Tanto la tregua que llama a deponer las armas en la cotidianidad de los actos delictivos como la que invita a regular mediante el cumplimiento de altos estándares de corresponsabilidad política y mediática (o, por el contrario, a evitar comportamientos egoístas y utilitarios) tienen un modo práctico que conecta el sentido de la paz con el obrar concreto en “los días de tregua”.

Finalmente, también ha sido motivo de crítica que la tregua no deja de ser sólo un acto corto y pasajero, una ficción simulada y fugaz entre los reales dramas de una sociedad violenta. Y quizá sea cierto pero hay que recordar que la tregua no sustituye las responsabilidades institucionales del poder y del control: La pacificación en México es necesaria no sólo por la violencia criminal persistente sino por las graves injusticias sociales y culturales vigentes, por las hegemonías políticas que desoyen el clamor de los que no tienen voz y por la vana autorreferencialidad de los nuevos modelos de comunicación. El deber –como dice el clásico–, ata a la libertad; y la tregua sólo puede ser hija de la libertad, de la decisión personal y de la voz de su conciencia. Su anhelo es la armonía, no el orden; su potencia es la bondad, no la obligación. Pero quizá son esos actos cortos y pasajeros los que dan sentido a la búsqueda institucional y formal de la paz y el bienestar; como apuntó Cayo Salustio: “La armonía hace que las cosas pequeñas crezcan; y su ausencia, por el contrario, provoca que las grandes obras, perezcan”.

*Director VCNoticias.com @monroyfelipe

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