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Opinión

Vamos de Socavón a Socavón, y las injusticias, en lugar de atenderse se agravan más

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Nuestro país, lamentablemente, está sumido en el temor y la incertidumbre, pues vamos de socavón en socavón.

La injusticia y los problemas de inseguridad crecen y en vez de atenderse, se agravan más. Los crímenes de personas inocentes y de periodistas aumentan y no hay autoridad que pueda frenar esta ola de violencia.

Aunado a ello, el nuevo Sistema Penal Acusatorio y el Sistema Nacional Anticorrupción han demostrado que son bastante vulnerables y han mostrado que la corrupción e impunidad no va ser fácil poderla erradicar.

En el caso del nuevo Sistema Penal Acusatorio, centenares de delincuentes que se encuentran en los reclusorios, podrán regresar a las calles gozando de los beneficios que ofrece este nuevo sistema y por los errores legislativos al elaborar el Código Nacional de Procedimientos Penales, pues muchos de los delitos que eran considerado como graves y tenían penalidades altas, a los legisladores se les “olvidó” incorporarlos tal cual.

En cuanto, al Sistema Nacional Anticorrupción, este comenzará a funcionar en unos días sin tener un Fiscal General Anticorrupción ni tampoco a sus magistrados, por lo que no parece correrles prisa a los legisladores para elegirlos pues iban a convocar a un periodo extraordinario de sesiones, pero fue cancelado. Por allí dicen que hasta que se roben el último quinto que se destinará a las campañas, podrán en operación el nuevo sistema de control de los recursos públicos.

Esos dos sistemas que fueron anunciados como las armas que necesitaba el gobierno para ir cortando de raíz aquellos cánceres que tanto daño le han hecho al país — y que ahora, según dijeron, sí se les iba a combatir frontalmente–, no pasó de ser un “buen propósito” porque como se ve, las cosas siguen igual y no se ve que vayan a cambiar en el corto plazo.

Uno de los ejemplos más emblemáticos es el del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, quien seguramente sea internado en un penal federal, en cuestión de días o semanas podría alcanzará la libertad bajo fianza y enfrentará su proceso en la calle porque de los delitos por los que se le acusa en el nuevo Sistema Penal Acusatorio no son considerados graves, salvo el de delincuencia organizada.

La PGR informó que el gobierno del estado de Veracruz, solicitó la colaboración de esa institución, para añadirse a la solicitud la extradición de Javier Duarte de Ochoa –por contar con dos órdenes de aprehensión libradas por el Juez de Control del Juzgado de Proceso y Procedimiento Penal Oral del XI Distrito Judicial de Xalapa, Veracruz–, por los delitos de abuso de autoridad, incumplimiento de deber legal, peculado, tráfico de influencia y coalición.

Por otra parte, el escándalo por la muerte de dos personas que cayeron en el socavón que se formó en el Paso Exprés de Cuernavaca, Morelos, se suma a la serie de problemas en los que la administración de Enrique Peña Nieto, ha estado envuelto durante su sexenio y que indudablemente de una u otra forma repercutirán en las preferencias electorales de 2018.

Lo que se ha demostrado, hasta ahora, además de la imperdonable negligencia oficial, es que los gobiernos federal y del estado de Morelos construyeron ese tramo carretero a toda prisa, permitiendo que la constructora concesionada cometiera actos de corrupción, haciendo las cosas con las patas y utilizando material de mala calidad.

Al gobierno de Peña Nieto no sólo le ha causado un daño irreversible de credibilidad, los actos de sospecha de la llamada “casa Blanca”, con la resolución del caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y recientemente el de espionaje contra periodistas y activistas. Ahora es está catastrófica falla en la vía de comunicación inaugurada hace apenas cuatro meses y que afecta a miles de mexicanos en estas vacaciones de mediados de año.

Desafortunadamente para el Presidente Peña Nieto y su gabinete, el incidente carretero que provocó la indignación de los ciudadanos ante la evidente corrupción que lo envuelve, podría no ser el último problema que enfrente su gobierno, sobre todo, si se toma en cuenta la cercanía del inicio de la carrera por la sucesión presidencial en la que, como quedó demostrado en las pasadas elecciones de junio, López Obrador, el PAN y el PRD serán serios adversarios y más si utilizan como argumento que muchos colaboradores del actual gabinete serán llevados a la cárcel por ineficientes y corruptos.

Cuando llegue el momento, no extrañará a nadie que los adversarios del Partido Revolucionario Institucional echen mano de todos aquellos casos que hayan dejado mal parado al gobierno federal a lo largo de seis años. Veremos.

La opinión emitida en este texto es responsabilidad del quien lo emite y no representa la opinión ni la postura de Siete24.mx ni de deportes.siete24.mx

 



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Felipe Monroy

Profetismos religiosos frente a mesianismos políticos

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No se puede tomar a la ligera lo acontecido esta semana en la Catedral Nacional de Washington durante el tradicional servicio religioso de inicio de administración del gobierno norteamericano. La obispa episcopaliana Mariann Budde, en su prédica, se dirigió directamente al presidente Donald Trump para pedirle que tenga compasión y misericordia de quienes tienen miedo por ser sujetos de su aversión política e ideológica; por supuesto, el mandatario tomó a mal el comentario de la religiosa y desde el pináculo del poder le exigió una disculpa pública.

Toda esta escena es profundamente simbólica y relevante para el momento que vivimos. Muchos podrían estar de acuerdo con Trump sobre cierto ‘exceso’ de la líder religiosa al utilizar el púlpito para cuestionar la actitud política del gobernante; pero a ellos habrá que recordarles que él mismo se definió como el elegido por Dios para rescatar al pueblo norteamericano. Así que él se metió primero en esa tesitura discursiva. Por otra parte, la obispa fue sumamente cuidadosa de no traspasar discursivamente sus ámbitos religiosos (compasión, clemencia y misericordia con los débiles) de los técnico-políticos; es decir, no cuestionó los actos políticos o las actas ejecutivas sino las actitudes humanas y cristianas detrás de los discursos del presidente.

Trump evidenció más tarde que el sermón le disgustó profundamente. Sin decirlo expresamente, cuestionó la libertad religiosa de la obispa y su congregación al exhortarlos a pedir disculpas por la prédica de la ministra de culto; y, en el mismo mensaje, reafirmó sus convicciones políticas sobre validar el prejuicio de que las personas migrantes indocumentadas son directamente asesinas. Prejuicio que soporta la razón de sus políticas públicas; las cuales, según su perspectiva, fueron mandatadas por Dios.

No estamos ante un caso aislado. Alrededor del mundo crecen las identidades políticas afianzadas en mesianismos religiosos maniqueos; y, aunque suene paradójico, los liderazgos religiosos y espirituales contemporáneos tienen la responsabilidad de atemperar la radicalización discursiva de estas expresiones de los nuevos “salvadores de la patria”. Y su herramienta es justamente el servicio profético.

Se debe aclarar que el profeta no es aquel que juzga o critica desde una postura de superioridad moral, sino el que “anuncia verdades que transforman”, el que señala caminos de conversión y reconciliación. El auténtico profetismo religioso se entiende como el anuncio y la denuncia de las realidades del mundo frente a las injusticias y las decadencias temporales; incluso el que obliga a poner la mirada a realidades trascendentes que superan toda pragmática inmediatista. Y hoy, esta actitud profética, se ha convertido en un espacio de resistencia ética y espiritual ante políticas autorreferenciales e integristas. Ese es el eje que diferencia al profeta auténtico de las voces que, bajo la apariencia de profecía (o falsos profetas), se convierten en agentes de legitimación de ciertas superioridades, de ciertas agresividades y desprecios, de maniqueismos modernos y de mesianismos políticos.

Debemos comprender que los nuevos mesianismos políticos han surgido como respuesta a la profunda crisis antropológica y cultural que vivimos. Agotados por intentar asir certezas entre la dictadura del relativismo y asfixiados por las innumerables restricciones que parecen provenir de nuestra nube de confusiones; estos movimientos políticos, liderados por figuras carismáticas, prometen redimir a sus seguidores de todos esos males que aquejan a la sociedad. Sin embargo, su retórica suele construirse sobre la exclusión, la culpa y el señalamiento de un “otro” que debe ser eliminado para alcanzar la utopía prometida. En este contexto, el mesianismo político se convierte en una trampa: sustituye el discernimiento colectivo por la obediencia ciega y reduce la complejidad de los problemas sociales a soluciones simplistas y polarizantes.

Ese mesianismo hace uso de los falsos profetas que confunden la profecía con adivinación, augurio o predicción del futuro; se alimenta de las voces religiosas que se erigen como oráculos que auguran males si el pueblo no se adhiere a sus propios intereses de grupo, valores o orgullos identitarios. Así, el profetismo pierde su esencia transformadora y se alinea con las dinámicas del mesianismo político. Ejemplos de esto son los discursos que utilizan el miedo y la amenaza como instrumentos de control.

El verdadero servicio profético desafía las estructuras de poder injustas y llama a la conversión personal y colectiva. Retoma el mensaje central de los profetas: denunciar la corrupción y la opresión, pero también anunciar la esperanza de un futuro renovado basado en la justicia y la misericordia. Ese es un profetismo que incomoda, porque no busca agradar ni ganar adeptos, sino confrontar las conciencias y movilizar hacia el bien colectivo.

Y ¿cómo reconocer entre el falso y el verdadero profetismo? Sin duda no es fácil, pero la teóloga Elsa Tamez lo intuye así: “Contra todas la expectativas mesiánicas de su tiempo, donde se esperaba a un gran líder militar que hiciera frente con su ejército al Imperio romano, [Lucas] describe al Mesías como un niño vulnerable y de procedencia humilde… dedica cinco versos al censo, dos al nacimiento [de Jesús] y trece a los pastores”. Es decir, la luz alumbra primero a aquellos de condición humilde y pobre, de ellos es la primacía de las buenas nuevas. Si los que más sufren no son los primeros destinatarios de “la verdad que transforma”, entonces no es ese el camino.

*Director VCNoticias.com @monroyfelipe

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Columna Invitada

Redadas y deportaciones masivas: verdades y mentiras

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Por Alejandra Yánez Rubio

En los últimos meses de la presidencia de Joe Biden, se llevaron a cabo miles de redadas para detener y deportar inmigrantes. Algunos inmigrantes relatan el miedo colectivo de salir a trabajar, ya que temían ser “agarrados”. Justamente, el 2024 fue el año en el que se efectuó la mayor cantidad de deportaciones en la última década: 271,484. Es importante resaltar que esta campaña de persecución y de terror migratoria no fue instrumentalizada por Donald Trump, sino por la administración “demócrata” de Joe Biden. También es importante resaltar que el presidente con más deportaciones en los últimos tres lustros es Barack Obama, quien fue apodado como el “Jefe de Deportaciones” debido a sus 3 millones 089 mil migrantes deportados.

La hermana de una amiga, quien vive en California, estaba muy angustiada debido a su status migratorio. Después de más de 20 años de vivir allá junto con su esposo y sus 4 hijos (3 mexicanos y uno nacido en EU), creía que en cualquier momento la separarían de su familia. Ya había tramitado sus papeles, pero no le habían dado una respuesta. Incluso, en un video de Tik Tok, le pidió a la presidente Claudia Sheinbaum y al gobierno mexicano una intervención más eficiente para los mexicanos migrantes. Sexenio tras sexenio, millones de mexicanos viven a la sombra de las autoridades de ambos países, y con una gestión intergubernamental, se podría regularizar la situación de millones de personas de bien que están luchando para salir adelante.

El video es una verdadera invitación a la reflexión. Los programas de “apoyo” por la contingencia migratoria del gobierno mexicano son insuficientes. De poco les servirán los $2000 de apoyo a “deportados” si se contrasta con todo lo que pudieron haber perdido: casa, trabajo bien remunerado y la convivencia diaria con su familia. El acceso al programa para que puedan comprar una casa de INFONAVIT es ineficiente, ya que estas personas no quieren vivir en México, necesitan apoyo para quedarse en donde tienen trabajo bien remunerado. ¡Por esa razón se fueron!

La mayoría de los migrantes no comprenden el por que del incremento de la persecución hacia ellos. ¿Fue un castigo por qué no ganó Kamala? ¿Estas políticas forman parte de una campaña de desprestigio contra Trump? Porque muchos de ellos piensan que esas redadas del 2024 fueron ordenadas por Trump, cuando no fue así. La realidad es que gobierne quien gobierne en Estados Unidos, las deportaciones siguen incrementando.

Dos días después de la toma de protesta de Donald Trump, la abogada de asuntos migratorios de la hermana de mi amiga le llamó: su permiso de trabajo había sido aprobado por 4 años. Es decir, en la nueva administración de Trump sí se están dando permisos a migrantes.

Trump tiene posturas controversiales y sus maneras no son siempre las mejores. Sin embargo, es necesario que escuchemos lo que dice sin la ayuda de los medio de comunicación hegemónicos, porque estos deforman y manipulan. Sí se quieren deportar a los migrantes ilegales que cometen delitos y que no se ajustan a las leyes de esa nación. Tambíen ha sido claro que la gente buena y trabajadora, puede tramitar su estancia legal. También es muy importante informar que Trump se comprometió a perseguir los delitos de trata y darle cadena perpetua a quienes trafican niños. No todo es malo. Hay muchos retos en materia de migración que deben ser atendidos. Demos seguimiento y exijamos soluciones verdaderas.

Alejandra Yánez Rubio

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Columna Invitada

Oportunidades y retos en México y Estados Unidos

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La importancia de la capacitación laboral y profesional en un contexto de transformación global.

En un escenario global caracterizado por la demanda creciente de mano de obra especializada, México enfrenta un momento crucial para transformar sus retos en áreas de oportunidad.

La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha traído consigo una serie de políticas migratorias que limitan el acceso al mercado laboral estadounidense para trabajadores extranjeros, a pesar de la necesidad de personal calificado en sectores como el transporte y los semiconductores.

Mientras tanto, en México, la presidenta Claudia Sheinbaum ha presentado el Plan México: Estrategia Nacional de Industrialización y Prosperidad Compartida, con metas ambiciosas como generar 1.5 millones de empleos y capacitar a 150 mil profesionistas y técnicos anuales en sectores estratégicos. En este contexto, la capacitación en competencias laborales y la actualización profesional se presentan como herramientas esenciales para enfrentar los retos y aprovechar las oportunidades de esta nueva era.

El Plan México: Una hoja de ruta para el desarrollo

El Plan México busca potenciar el contenido nacional y regional en sectores estratégicos, incrementar el valor agregado en las cadenas productivas y fomentar la creación de empleos bien remunerados. Para ello, se ha implementado el Decreto de Estímulos Fiscales Plan México, que promueve la inversión, la innovación tecnológica y la capacitación técnica, destacando:

  1. Deducción inmediata para inversiones en bienes nuevos de activo fijo.
  2. Deducción adicional del 25% para gastos en capacitación técnica e innovación tecnológica.
  3. Apoyo prioritario a las MIPYMES con hasta mil millones de pesos asignados a proyectos de capacitación.

Estas medidas tienen el potencial de posicionar a México como un líder en la integración regional del continente y en la atracción de inversiones extranjeras, al tiempo que refuerzan la competitividad del capital humano nacional.

El papel de las alianzas estratégicas en la capacitación

En este entorno, INCIDE como Colegio Multidisciplinario y ubicado en Sonora, se erige como un actor clave en la transformación del panorama laboral. Con nuestra plataforma, planta académica y alianzas estratégicas con instituciones y empresas, INCIDE ofrece programas de capacitación alineados con las necesidades del mercado. Estas iniciativas no solo fortalecen las competencias laborales de los profesionistas, sino que también generan conexiones valiosas para facilitar su inserción en cadenas de valor locales y globales.

Convirtiendo retos en oportunidades

La demanda de mente de obra especializada en Estados Unidos, especialmente en sectores como construcción, energía y los semiconductores, representa una oportunidad para los profesionistas mexicanos. La capacitación continua y la educación dual permiten que los trabajadores y profesionistas adquieran habilidades técnicas y blandas que les otorgan una ventaja competitiva en el mercado internacional. Además, las inversiones en infraestructura y tecnología promovidas por el Decreto de Estímulos Fiscales crean un entorno propicio para la innovación y el desarrollo.

Beneficios sociales y económicos de la capacitación

La capacitación laboral tiene un impacto directo en la mejora de la calidad de vida de las personas y en el fortalecimiento de la economía nacional. La creación y promoción de alineación de empleos bien remunerados y el acceso a programas de educación continua contribuyen a reducir la desigualdad social.

Además, el desarrollo de cadenas de valor locales impulsa la economía regional y mejora la competitividad de las PYMES.

Conclusión

El contexto actual representa un momento histórico para México y su fuerza laboral y profesional. La implementación de estrategias como el Plan México y el fortalecimiento de alianzas estratégicas son fundamentales para convertir los retos globales en oportunidades locales. En este sentido, nuestro colegio, se posiciona como un aliado indispensable en la capacitación de profesionistas y técnicos, contribuyendo así al desarrollo sostenible y a la prosperidad compartida del país.

Ahora, más que nunca, invertir en la formación de capital humano es la clave para asegurar un futuro competitivo y equitativo. Y esta vez, el aprovechamiento de esta oportunidad de progreso, no depende tanto del gobierno y sus políticas, sino de los individuos y sus ganas de acceder a un mejor estrato social y profesional.

Mtro. Guillermo Moreno Ríos
Ingeniero civil, académico, editor y especialista en Gestión Integral de Riesgos y Seguros. Creador de Memovember, Cubo de la Resiliencia y Promotor del Bambú.
incide.guillermo@gmail.com

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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Felipe Monroy

Trump es, sobre todo, un síntoma

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Han pasado los primeros 20 días del año y ya se ha marcado la pauta del ejercicio del poder en los grandes temas que se anticipan a nivel sociocultural el resto de la década: las nuevas identidades nacionalistas, los nuevos modelos económicos, la nueva apuesta integrista frente a los conflictos y una renovada retórica propagandística que han hallado una inmensa cantidad de simpatizantes por una sola razón: asfixia.

El modelo ideológico neoliberal, global, hiper garantista e hiper regulatorio que se erigió a finales del siglo pasado y que alcanzó casi todas las actividades humanas entró en varias crisis desde el 2001. Las más relevantes sucedieron en materia de seguridad doméstica e internacional por el uso de la guerra como herramienta de mercado; en el ahondamiento de la desigualdad derivado de la protección y desarrollo de oligopolios financieros; en la disolución de la identidad personal, familiar y del bien comunitario por el patrocinio de un desenfrenado consumismo individualista y de autorrealización egoísta; y finalmente en los conflictos político-sociales causados por sistemas ‘democráticos’ hiper regulados y mecanismos de justicia elitistas que impidieron la auténtica representación de los pueblos en las decisiones de sus gobernantes.

En cada crisis, el modelo fue defendido mediante malabares políticos, económicos e ideológicos; por ejemplo: infames acuerdos y presiones diplomáticas para mantener guerras internacionales debido a amenazas inexistentes; complejos fraudes electorales ‘legalizados’ a través de exquisitas burocracias falsamente apartidistas pero alineadas a intereses ajenos al pueblo; reiterados rescates de especuladores bancarios mediante la transferencia de sus deudas a ciudadanos y la reorientación de apoyos financieros del Estado a megacorporaciones; y el patrocinio de políticas de reconfiguración ideológica que incidieron desde la educación y el lenguaje hasta los marcos legales y de libertad presionando mediante agresivas agendas de interés aquellas nuevas convenciones culturales que, en la vida natural de los pueblos, podrían tardar varias décadas.

Sin embargo, ha dicho bien Trump: se trata de una etapa “en decadencia” que ya no puede mantener el poder hegemónico que gozó hace sólo un par de décadas y que ha encontrado sus derrotas tanto en la irrupción de personajes periféricos en el poder popular (muchas democracias dieron vuelcos radicales con la elección de líderes políticos antisistema) como en el refrescante avance de los modelos mixtos político-económicos distantes del endiosamiento neoliberal. Aquel modelo, congestionado y asfixiante, ha sido justo el sustrato en el que síntomas como Trump pueden expresarse con tanta potencia y confianza por parte de sus partidarios.

Sin duda, varios de los personajes icónicos de este viraje radical, han alcanzado poder y notoriedad gracias a su particular forma de comunicar, por mantener una postura política simple y determinada (a menudo más simplista que sencilla), por sus retóricas directas y exaltadas de ‘rescate’ nacionalista o de defensa de los valores tradicionales del pueblo, y por la convergencia de los muchos ‘parias’ y ‘excluidos’ del sistema precedente.

Es precisamente por ello que causa fascinación y angustia el refrendo de que este viraje esté intensamente respaldado por una buena porción del pueblo y que revela, en el fondo, una necesidad sociocultural abandonada durante décadas. Lo que ahora quizá está en la mente de esos liderazgos es pasar de enunciar la filosofía “que se expresa en fórmulas” a aquella que se afirma a través de las acciones; bien dice la máxima: “La fórmula tiene un valor, pero sólo la acción se contrapone a la inercia”.

Quizá desde esta perspectiva se podrán comprender las decisiones de gobierno que se tomen en esta ‘Segunda etapa de Trump’ (más definitoria que la primera) respecto a temas como la violencia, los carteles, las drogas y las armas; la migración, las deportaciones, los derechos humanos y la dignidad social; la economía de perspectiva nacional y los mercados prioritarios; la redefinición de las fronteras de libertad y los nuevos espacios de confrontación discursiva en los servicios omnímodos de los titanes mediáticos; las nuevas relaciones de poder entre el ejecutivo, el legislativo y el judicial; la reconfiguración de los modelos educativos y laborales por la revolución tecnológica; y las nuevas perspectivas sobre la libertad de pensamiento, conciencia y religión aderezada por integrismos autorreferenciales.

La histórica alternancia y sucesión democrática en los Estados Unidos parece garantizar que el segundo mandato de Trump sólo durará cuatro años; pero quizá su estilo y marcos doctrinales, no. Otros países han demostrado que la sucesión en el poder no implica una renuncia a los grandes principios y valores del cambio necesario; y quizá esa sensación refleja la posibilidad de que, esperar que todo ‘vuelva a lo normal’, quizá no sea suficiente.

*Director VCNoticias.com @monroyfelipe

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